martes, enero 25, 2022

Jornada de lucha contra la dictadura militar en Sudán


Más de 70 manifestantes muertos desde el golpe de octubre. 

 El martes y miércoles se llevaron a cabo en Sudán dos días de “desobediencia civil” contra la junta militar gobernante, con cierres de comercios y barricadas en las calles. Fue en respuesta a la sanguinaria represión del día lunes, en que las fuerzas de seguridad asesinaron a siete manifestantes, llevando la cifra a 71 víctimas fatales desde el golpe del 25 de octubre pasado.
 Como parte de las jornadas de lucha, la Universidad de Ciencia y Tecnología suspendió todas sus actividades.
 En 2019, un aumento en los combustibles desató un levantamiento popular contra el gobierno de Omar al-Bashir, en el poder desde la década del ’90. Las fuerzas armadas derrocaron al déspota en marzo, para tratar de desactivar el clima de rebelión. La lucha en las calles continuó, pero unos meses más tarde las Fuerzas de la Libertad y el Cambio pactaron con el Ejército la formación de un gobierno de transición cívico-militar por al menos tres años, hasta el desarrollo de elecciones.
 A fines de octubre de 2021, el militar Abdel Fattah Al Burhan ordenó la destitución del primer ministro, el civil Abdalla Hamdok, y la disolución del Consejo Soberano, con lo que los uniformados pasaron a controlar todo el poder. Las movilizaciones contra las fuerzas armadas, que nunca cesaron del todo, volvieron a profundizarse desde entonces. 
 En noviembre, Hamdok pactó entre bastidores su regreso al gobierno, por lo que fue acusado de traidor por el pueblo movilizado. 
 El baño de sangre de la junta y la falta de poder real no le dejaron a Hamdok otro camino que el de una rápida renuncia. Al Burhan nombró este jueves a su sustituto en el cargo de primer ministro (Osman Hussein) y a nuevos funcionarios, culminando la remodelación del gobierno. Promete elecciones en 2023. 
 Un cuarteto llamado “amigos por Sudán”, integrado por Estados Unidos, Reino Unido, Arabia Saudita y Emiratos Arabes, impulsa un proceso de negociación entre la junta criminal y las fuerzas que se manifiestan en las calles. Es también la línea de la ONU. El llamado de Naciones Unidas se extiende a “todas las partes civiles y militares interesadas, incluyendo movimientos armados, partidos políticos, sociedad civil, organizaciones de mujeres y comités de resistencia” (Al Arabiya, 8/1). Pero la vía del “diálogo” ya ha demostrado ser una vía muerta para las masas. 
 Un caso especialmente nefasto es el del gobierno israelí. Una delegación arribó en estos días al país africano a anudar lazos con la dictadura, que ha decidido reconocer -al igual que Marruecos, Emiratos y Bahrein- a Israel.
 A partir del golpe de octubre, las fuerzas armadas vienen incrementando el poder y las atribuciones de los siniestros servicios de inteligencia, que cumplieron un importante rol en el gobierno de al-Bashir. Es un intento de aplastar el alza de masas iniciado en 2018-2019. 
 Viva la lucha de las masas sudanesas. Abajo la junta militar.

 Gustavo Montenegro

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