Esto viene a confirmar que “el acuerdo con el Fondo” fue la verdadera plataforma de reunificación de la central. La ´unidad´ en torno a un pacto colonial se puso en escena en la ´movilización´ por el día de la militancia, el 17 de noviembre pasado, a Plaza de Mayo. Allí, con la CGT y los ´barones del conurbano´ a la cabeza, se emplazó al gobierno a acelerar las negociaciones. Fue también un ´apriete´ al kirchnerismo, el cual tampoco ha sacado los pies del plato.
El apoyo de la CGT es ´la columna vertebral´ del acuerdo. El rol de la CGT será crucial para continuar ´desindexando´ salarios y jubilaciones. En los últimos dos años, la mayoría de los gremios retrocedieron entre 10 y 20 puntos en la capacidad de compra de sus salarios. En la víspera de este reciente ´entendimiento´ con el Fondo, Guzmán exhibía un ahorro de nada menos que $ 600.000 millones a costa de gastos sociales y asistencia frente a la pandemia.
En este cuadro, es evidente que reclamarle un “plan de lucha” a los “cuerpos orgánicos” de la CGT es una vía muerta para enfrentar el acuerdo con el Fondo. La cuestión de la huelga general está inscripta en la agenda para defender el salario y el empleo a partir del desarrollo de fuertes organizaciones de base, de la coordinación de las luchas y del pronunciamiento de sectores del movimiento obrero, que serán llamados a intervenir más temprano que tarde frente a las consecuencias del ´entendimiento´. La agitación por un Congreso Obrero que dé forma a una intervención de la clase obrera en la crisis cobra mayor urgencia.
Para empezar, se encuentran en curso distintas negociaciones paritarias (estatales, comercio, bancarios, petroleros) que serán un primer escenario de batalla en el movimiento obrero bajo el acuerdo con el FMI. La capacidad del movimiento obrero de defender el salario y las condiciones laborales dependerán del desarrollo de las organizaciones de base y antiburocráticas.
El Be
30/01/2022
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