La otra novedad es que el ministro encargado de todo esto abandonó el hábito burocrático de balconear las sesiones que tratan asuntos económicos estratégicos, para irse a Houston. La capital del petróleo de Estados Unidos desplazó a la convulsa Buenos Aires de las prioridades de Guzmán. Allí escuchó un reclamo que no figura en el Memorando de Acuerdo con el FMI, que Diputados no aprobó. Las multinacionales plantearon la libertad para girar divisas al exterior a un país que carece de reservas financieras. Hasta que esto no ocurra Vaca Muerta no podrá ser resucitada. La visita puso a luz un aspecto de la guerra que se está desarrollando en Europa, que es los beneficios que reporta a los capitales petroleros (además de los armamentistas). Con el precio del barril acelerando el paso a los 200 dólares, se recupera la tasa de beneficio que deja la explotación del petróleo no convencional. Los monopolios petroleros no quieren una interrupción de la guerra y apuntan a mantener las sanciones contra Rusia cualquiera sea la derivación del conflicto, para que esa tasa de ganancia perdure durante un largo tiempo. Las ambiciones petroleras y mineras reiteradamente expuestas por los Fernández (recordar el currículum de CFK con Barrick Gold y con las legislación de glaciares) cobra nuevo ímpetu. La burguesía local y sus representantes políticos no quieren perder los dividendos que deja la guerra.
Ayer, la bancada locuaz de la Cámpora se mantuvo en silencio. Itai Hagman, sin embargo, dejó impresa en el diario de sesiones la enorme hipocresía del ala combativa del kirchnerismo. “Quiero agradecer a mi bloque, dijo sin pestañear, por permitirme esta disidencia coyuntural”. Entre bueyes no hay cornadas.
En el recinto también se lució Milei. Votó contra el acuerdo con el Fondo, porque está en contra, argumentó, del endeudamiento público, que las nuevas generaciones pagarán con más impuestos. A Milei lo altera que la deuda pública encarezca el endeudamiento privado, o sea el que financia a la patronal que lo banca a él. Pero la deuda privada, como lo han demostrado todas las crisis, acaban con un default generalizado de capitales, que el estado capitalista se ve obligado a rescatar. Es lo que ha ocurrido, en especial, con los emprendimientos públicos-privados que impulsan él y Eurnekian, o con los especuladores hipotecarios financiados por los bancos. En Gran Bretaña, el estado asumió la totalidad del costo de la obra pública luego de la quiebra de dos poderosas constructoras, y en EEUU se hizo lo mismo con la mayor aseguradora mundial, AIG, cuando se derrumbó el mercado de hipotecas inmobiliarias.
Todo esto empalidece, sin embargo, frente al espectáculo que ofrecieron peronistas y macristas apretando el mismo botón de la votación. Ayer se formó una pareja, aunque los programas de televisión de la tarde no lo hayan notado. Las leyes a partir de ahora se aprobarán de “manos dadas”. El FdT y JxC han quedado engrillados por una misma cadena de presidiarios, de modo que cualquier movimiento brusco de uno echará de bruces al otro.
La Argentina auténtica, de obreros y trabajadores, observa, marcha y saca sus conclusiones.
Jorge Altamira
11/03/2022
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