Esta caracterización vale particularmente para la larga marcha de la Cámpora. La frase del día de Máximo Kirchner, “el gobierno debe ser con la gente adentro”, fue traducida enseguida por Wado de Pedro, quien señaló que “no nos vamos a ir del gobierno que conquistamos”. Como ese gobierno levantó un nuevo pasajero en estos días -el FMI- el “pueblo adentro” deberá aceptar compañía – y por más de una década.
El cristinismo aprovechó la jornada del 24 para mostrarle al país entero su empeño en no sacar los pies del plato. Para subrayarlo, Máximo y Kicillof se movilizaron junto a una parte de los barones del conurbano, con Insaurralde a la cabeza, aunque el matancero Espinosa se quedó en Matanza. MK es, hasta nuevo aviso, el presidente del PJ bonaerense. Poco antes del 23, los intendentes se habían reunido para refrendar el arreglo fondomonetarista. Los herederos del duhaldismo y sus nietos recientes están en la vereda de los fondos internacionales.
Así las cosas, la marcha de la Cámpora fue caracterizada por propios y ajenos como una “demostración de fuerza”, es decir, doce kilómetros al hilo para disputar posiciones al interior del Estado.
Marcelo Ramal
25/03/2022
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