jueves, abril 07, 2022

Onda de luchas obreras en Brasil


Los trabajadores de la Compañía Municipal de Limpieza Urbana (Columrb), encargada del barrido y recolección de la basura en el municipio carioca llevan adelante una enorme huelga, que comenzó el día 28 de marzo con piquetes y movilizaciones, por el aumento salarial y de los tickets de alimentación.
 Los garis, como son popularmente conocidos sus trabajadores, exigen un reajuste de sus haberes del 25%, luego de tres años de congelamiento y sin reposiciones por inflación, así como también la recategorización y un adicional por insalubridad; la patronal les ofrece un 5%. 
 La Columrb es la mayor empresa de limpieza pública de América Latina; se trata de una Sociedad Anónima donde el municipio es el accionista mayoritario. La patronal aduce que la empresa, producto de una ley federal para la administración pública que rige en todo el territorio nacional, estaba habilitada legalmente a no conceder reajustes salariales durante los años 2020 y 2021, ya que los recursos financieros solo se destinaban a enfrentar la pandemia. La inflación galopante de los últimos meses y la carestía han llevado a los trabajadores a la condición de parias. A esto debe agregarse que los garis fueron uno de los sectores más expuestos y castigados durante toda la pandemia ya que además de la limpieza urbana, también llevan a cabo la higienización, limpieza y recolección de residuos de los hospitales municipales. 

 Provocaciones patronales

 En la última ronda de negociaciones, la empresa ofreció un reajuste salarial en cuotas del 8%; un 6% en marzo, 2% en agosto y 2% en noviembre; fue rechazado por el sindicato y las asambleas obreras. La respuesta obrera, "No hay arreglo", fue coreada en las movilizaciones del día 5 en la avenida central de la ciudad y en la avenida costanera de las playas de Copacabana e Ipanema. Un nuevo reclamo se suma ahora al pliego de reivindicaciones que es el no descuento de los días de paralización. 
 La patronal sostiene que "de no levantarse la huelga no habrá más negociaciones y que delante de la intransigencia de los huelguistas, que insisten con piquetes agresivos, aguardarán la decisión de la justicia", justicia que ya ha "considerado reiteradamente la huelga como ilegal" (Jornal O Dia, 5/4); además de imponerle al sindicato (Siemaco) una multa exorbitante de 200 mil reales por cada día de huelga. Las grandes centrales sindicales han aislado esta heroica lucha.
 El intendente/patrón de Rio de Janeiro, Eduardo Paes, salió por los medios a tachar a los trabajadores en lucha de "quilomberos" y delincuentes. Incluso se atrevió a calumniar públicamente a los activistas de estar asociados con los traficantes de las favelas. Para derrotar la organización de los trabajadores Paes ha ordenado a la guardia municipal escoltar los camiones recolectores conducidos por carneros contratados, que son impedidos de salir de los galpones por los piquetes obreros. Varios de estos piquetes en las puertas de los galpones fueron reprimidos por la Policía Militar con varios activistas detenidos, entre ellos un legislador del Psol que se solidarizaba con la lucha de los trabajadores. Frente a estos ataques, ni la CUT (de dirección petista y a la cual está adherido el sindicato de los garis) ni Forza Sindical (PCdoB) han propuesto una sola medida de apoyo. 
 Es instructivo señalar que el intendente derechista Paes (ex PMDB y ahora DEM) venció las elecciones del 2020 con los votos del PT y del Psol en la segunda vuelta en nombre del "mal menor" y de la unidad democrática anti-bolsonarista, para enfrentar al entonces candidato a la reelección, Marcelo Crivella, apoyado por el presidente Bolsonaro (este obispo de la Iglesia Universal Crivella ya había sido ministro en el gabinete del presidente Lula da Silva).

 Explosión reivindicativa 

La gran huelga de los garis no es la única hoy en el Brasil. También en Rio de Janeiro los choferes de omnibus fueron al paro por tiempo indeterminado por aumento de salarios, denunciando 7 mil despidos en este gremio el último año (noticias.r7.com). El sistema de transporte colectivo en Rio está al borde del colapso y 16 empresas de omnibus ya dejaron de funcionar, aún cuando el valor de los pasajes se encuentra entre los más altos del mundo y cuentan con abultados subsidios públicos. El martes 5, los profesores de la red municipal de enseñanza convocaron a un paro de 24 horas denunciando que hace tres años no tienen aumento de salarios; en el periodo desde marzo del 2019 a diciembre de 2021 las pérdidas acumuladas de sus ingresos es de un 23% sin contar con el aumento de los descuentos previsionales que pasaron del 11% al 14%.
 Desde el 21 de marzo los trabajadores metroviarios (subtes) de Belo Horizonte están en huelga por tiempo indeterminado por reajustes salariales, enfrentando la amenaza de 6 mil despidos luego de la privatización Compañia Brasilera de Trenes Urbanos. También en esta capital de Minas Gerais los docentes de las escuelas primarias municipales se encuentran de paro hace dos semanas por reclamos salariales (11,77% de aumento) y de nuevos escalafones. 
 El mes pasado una huelga de choferes y cobradores a fuerza de piquetes paralizaron 38 líneas de colectivos del sur de San Pablo durante varios días por la reincorporación de decenas de despedidos. En Salvador Bahía los choferes están en asambleas periódicas discutiendo la posibilidad de ir a la huelga frente a la negativa de las empresas de transporte de pasajeros de no aceptar sus demandas salariales. El paro de choferes de Porto Alegre convocada para el 6 de abril se levantó debido a que los empresarios del transporte terminaron aceptando la propuesta salarial y de tickets canasta de los trabajadores ante la inminencia de una paralización por tiempo indeterminado.
 Otros que fueron a la huelga son los metalúrgicos de AVIBRAS, la mayor empresa del sector de defensa del Brasil, ubicada en el ABC paulista contra el despidos de 420 operarios. 
 Los trabajadores estatales del Banco Central y del INSS (sistema previsional) se encuentran de paro por reajuste del 19,9% e indexaciones por inflación. 
 Choferes de transporte por aplicaciones (Uber, 99), así como los trabajadores precarizados de delivery (Ifood y Rappi) también pararon en casi todo el país por reclamos de sus magros ingresos y de mejoras en las condiciones de trabajo. El aumento de los precios del combustible. 

 Adónde va la clase obrera 

El escenario electoral que comienza a prefigurarse se encuentra atravesado por esta verdadera explosión reivindicativa. La gestión capitalista criminal de la pandemia por parte del gobierno Bolsonaro, ha producido 660.500 muertos y una miseria social extrema. Las asambleas obreras, los paros, piquetes y movilizaciones están a la orden del día. Una crisis económica marcada por una inflación que no da tregua. El Partido de los Trabajadores y Lula se mantienen de espaldas a este proceso (en las redes sociales del PT carioca no hay una sola mención a la lucha de los garis) ya que apuestan a recobrar el apoyo del capital financiero para las presidenciales de octubre. Así como orquestaron antes el golpe a Dilma y el ascenso de Jair Bolsonaro, las patronales consideran ahora la necesidad de un nuevo mandato de Lula como último recurso frente al derrumbe del gobierno derechista. Un eventual nuevo gobierno de Lula deberá operar en el terreno de una crisis mundial sin atenuantes agravada por la guerra imperialista en Europa. 

 9 de abril, movilización popular contra Bolsonaro 

Para el próximo 9 de abril está convocada una masiva manifestación en todas las capitales del país con la consigna Fuera Bolsonaro. El PT y la izquierda democratizante buscaran darle un carácter electoralista a la jornada. Lula ya designó al político patronal reaccionario y golpista de Geraldo Alckmin (dos veces candidato presidencial del PSDB, hoy en el PSB). El ascenso de las luchas obreras es una expresión de la desconfianza de los trabajadores en este recambio político.

 Hernán Gurian 
 07/04/2022

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