Bajo la consigna “que la deuda la paguen los que la fugaron”.
El Senado aprobó el proyecto presentado por el kirchnerismo para repatriar activos en el exterior. Los mismos tendrán como destino un fondo especial para pagarle al FMI, bajo la premisa de que “la deuda la paguen los que la fugaron”. Esto, claro, apoyados en el reconocimiento abierto hasta del propio expresidente Macri de que el empréstito del gigante financiero fue utilizado para financiar la fuga de capitales.
El debate en el recinto estuvo, desde el vamos, plagado de imposturas. Los parlamentarios oficialistas, de todo pelaje, se dedicaron a hacer hincapié en la fuga de capitales bajo el gobierno de Macri, hablando prácticamente como si se tratase de un recuerdo lejano y no de una realidad cotidiana en el escenario nacional. Esto cuando en el año pasado se marcharon fronteras fuera los 15 mil millones de dólares de superávit comercial, totalizando 25 mil millones extranjerizados bajo el gobierno del Frente de Todos.
Pero el eje por parte del oficialismo estuvo fundamentalmente en que con este proyecto la deuda no la pagarían los trabajadores y las mayorías populares. Esto es falso. El proyecto viene ante todas las cosas a validar la estafa que supone este endeudamiento colosal y todo su pacto de pago, por el que lejos de tratarse de una mera cuestión “de números”, hoy la Argentina se encuentra bajo un régimen de cogobierno con el FMI, que dirige toda la política económica nacional en nombre de cobrar los 45 mil millones de dólares.
Es falso también si se atiende a que desde el primer momento el kirchnerismo aclaró que esto sería para recaudar “una parte” de lo que se necesita para cumplir con los vencimientos. Pero lo es incluso todavía más cuando se deja entrever que el gobierno del Frente de Todos asume ya desde el minuto cero haciendo sobrados esfuerzos por “endulzarle el oído” al Fondo para ir hacia una renegociación, y orientando toda la política económica hacia un ajuste fiscal que le permita achatar cada vez más el déficit. No solo hablamos de “gestos” políticos como las tributaciones hacia el imperialismo, sino también de cuestiones como la última reforma previsional y las consecuentes confiscaciones a las grandes cajas de los jubilados, que tienen a funcionarios kirchneristas al frente.
La pretendida preocupación K por el costo que deben pagar los trabajadores ante el ajuste es, en realidad, su propia preocupación por el costo político que pagarán ellos mismos como consecuencia del primero. En ocasión de un artículo previo de Prensa Obrera, ya señalamos cómo estas operatorias cínicamente “denunciadas” por la oposición derechista por tratarse de un blanqueo de capitales fracasaron a lo largo de la historia del país. Fracasaron con Alfonsín, con Menem, en dos ocasiones bajo el kirchnerismo y hasta con Macri, ayudando a clarificar mejor las cosas. En la vereda contraria, la sobrada insistencia de los kirchneristas de que “no se trata de un blanqueo”, sino de que la deuda “no la pague la población”, evidencia mucho más este intento de absolverse de su responsabilidad en el ajuste.
Mientras en la Cámara Alta del Congreso se trataba este proyecto, vale destacar, Alberto Fernández estaba en Europa reuniéndose con la países de la Otan para recoger el apoyo del imperialismo europeo a la búsqueda de renegociar la deuda con el Club de París. Se trata de la validación hecha y derecha de otra estafa contra el pueblo argentino: un enorme cúmulo de endeudamiento acarreado desde la dictadura militar hasta el día de la fecha bajo el “visto bueno” de todos los gobiernos democráticos, y que también ha conllevado al ajuste, al saqueo del país, a las permanentes renegociaciones y a las entregas como la que perpetró Kicillof en 2014 regalándole a estos “buitres” jugosas tasas de interés y cláusulas absolutamente leoninas.
En tanto, se busca barrer bajo la alfombra como todos los gobiernos habilitaron a los capitalistas a fugar divisas; o cómo hasta la propia vicepresidenta, que impulsó su tratativa, reconoció abiertamente en su libro autobiográfico “Sinceramente” haber fugado activos junto a Néstor Kirchner. Que se proponga la creación de este fondo para… pagar la deuda externa termina por pintar de cuerpo entero al régimen político que nos gobierna.
Frente a esto, nuestro planteo es concisamente claro. Hay que desconocer y dejar de pagar la deuda externa, rompiendo con todo el pacto de ajuste arbitrado por el FMI y todo el capital financiero internacional. Hay que nacionalizar todo el sistema financiero y bancario del país en una única banca nacional, nacionalizando a su turno el comercio exterior como medida elemental para cortar con la fuga de capitales. Hasta que ello no ocurra, todo lo demás es cartón pintado.
Manuel Taba
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