Estos trabajadores se desenvuelven en distintas áreas del Estado, como salud, servicios sociales, parques, obras públicas, custodia y administración de bibliotecas. Las principales reivindicaciones son aumento salarial por encima de la inflación -que terminó siendo del 8,5% el último año-, cobertura médica continua y completa y cese de la privatización y tercerización laboral, que se expandió con la pandemia, especialmente con la subcontratación de enfermeras por parte del gobierno demócrata de Los Ángeles a través de diversas empresas.
El voto de los trabajadores no significa que la huelga vaya a comenzar inmediatamente, sino que le otorga un mandato a la dirección sindical. La votación se llevó a cabo por la fuerte presión de las bases en desacuerdo por la oferta que había hecho el Estado -sólo un 2% de aumento anual. El presidente del local 721, David Green, dijo "no queremos ir a la huelga, pero estamos listos y preparados".
De hecho, el ente estatal que propuso el nuevo contrato colectivo -la Junta de Electorales del Condado de Los Ángeles- está formado por cinco miembros, de los cuales cuatro son demócratas que fueron elegidos en su momento gracias al apoyo político y económico de la SEIU.
La propuesta de contrato colectivo que surja de las negociaciones, que se retoman este lunes entre el estado y el sindicato, seguramente darán como resultado otra oferta insuficiente que la burocracia intentará vender como satisfactoria. Mientras tanto, en diversos puntos geográficos de EE. UU., más trabajadores públicos -como enfermeros, maestros y médicos- estuvieron llevando a cabo huelgas, o se preparan para realizar nuevas, por reivindicaciones similares.
Matias Melta
14/05/2022
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