miércoles, julio 20, 2022

Lula frente a las amenazas golpistas de Bolsonaro


El fascista presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, acorralado por el fantasma de una inminente derrota electoral, durante las últimas semanas se ha encargado de intensificar las amenazas de un golpe de Estado como el que ensayó Donald Trump en Washington con la invasión de sus seguidores al Capitolio.
 Bolsonaro no está solo en esta aventura golpista. Es apoyado por miembros de su gabinete, como el Ministro de Defensa, el general Paulo Sérgio de Oliveira y Ciro Nogueira, ministro Principal de la Casa Civil y líder del “Centrão”. Es decir, cuenta con el apoyo de las fuerzas armadas y de parte de la camarilla política civil que medra en el parlamento. La retórica bolsonarista centra sus ataques contra el Tribunal Electoral (TSE) y el sistema de votación electrónica. Para Bolsonaro, las elecciones estarían amañadas a favor del ex presidente del Partido de los Trabajadores (PT), Lula da Silva. Trump también inició su conspiración golpista “alertando” sobre el sistema de votación por correo, habitual en Estados Unidos. 
 En la agenda política de Brasil está instalada la probabilidad de una recreación verdeamarelha de la invasión del Capitolio, que Bolsonaro apoyó. Los informes oficiales del ejército hacen referencia a ese posible escenario cuando describen los preparativos del servicio de inteligencia para las elecciones. En una transmisión en vivo, Bolsonaro dijo a sus seguidores: “Ustedes saben cómo deben prepararse, no para un nuevo Capitolio… pero sabemos lo que tenemos que hacer antes de las elecciones”. Anteriormente, ante una pregunta del diario Estado de São Paulo acerca de si reconocería una derrota, el senador Flávio Bolsonaro respondió que su familia “no puede ser responsable de lo que hagan sus partidarios” antes y después de las elecciones.
 Flávio comparó la actitud de su padre con la de Donald Trump, de quien afirmó que “no tuvo injerencia, no envió a nadie allí (a invadir el Capitolio)”, algo desmentido en las audiencias públicas que tienen lugar en el Congreso de Estados Unidos. “La gente siguió los problemas del sistema electoral estadounidense, se enojó e hizo lo que hizo. No hubo una orden del presidente, y eso nunca sucederá del presidente Bolsonaro”. Como corolario, este lunes, en el Palácio da Alvorada y por cadena nacional, convocó a 40 embajadores para levantar, una vez más, sospechas sobre la seguridad de los comicios. 
 Biden ofreció una “declaración oficial de confianza en las instituciones democráticas brasileñas”. Por su parte, algunos medios, como Folha de São Paulo, dedicaron titulares para calificar a Bolsonaro como “presidente golpista”. Hace unas semanas, el periodista Pedro Brieger señaló en C5N que Lula había indagado en las fuerzas armadas si se le permitiría asumir en caso de victoria. 

 El PT y el golpismo 

Durante un acto de conmemoración de la independencia de Brasil, Lula llamó a sus seguidores a ignorar la amenaza de golpe. “No crean en el terrorismo de la televisión sobre un golpe, porque él [Bolsonaro] solo quiere crear confusión”. 
 Incluso después del asesinato de Marcelo Arruda, tesorero del PT en Foz do Iguazú, a manos de un bolsonarista, el Partido de Trabajadores llamó solamente a un acto en memoria del dirigente asesinado. Días después, en una reunión del consejo político de la candidatura de Lula -que cuenta con los presidentes de los partidos que componen el frente electoral (PT, PSB, PSOL, Red, PV, PCdoB y Solidaridad), Lula pidió tranquilidad frente al crecimiento de los casos de violencia y reclamó no responder a las provocaciones. 
Lula cuenta con el inequívoco apoyo de Biden. Lula se aferra a su alianza con la derecha liberal brasileña, que militó decisivamente por el derrocamiento de Dilma Roussef y la condena penal que lo sacó de la disputa por la presidencia en 2018. El aparato del PT apoya decididamente su llamado al inmovilismo. No quiere de ninguna manera que la movilización de los trabajadores constituya el factor decisivo para derrotar a Bolsonaro. 

 Mauri Colón 
 20/07/2022

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