El gobierno nacional realizará este martes 9 de julio un desfile militar, en razón de un nuevo aniversario de la independencia nacional, con un despliegue de más de 7.000 efectivos de las Fuerzas Armadas y de Seguridad. Se trata de un derroche de recursos para montar una intimidación represiva más de este gobierno, con decenas de despidos en los Espacios para la Memoria como contracara.
Con esta iniciativa el gobierno da un nuevo paso en la dirección e intentar lavarle la cara a las fuerzas militares, refrendándolas ante la población, mientras vacía los Espacios para la Memoria para favorecer la orientación negacionista y de impunidad para los genocidas.
El despliegue de miles de militares este 9 de julio importa una demostración de fuerza ante la población, luego de que la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, haga lo suyo con las fuerzas de seguridad federales en cada movilización y manifestación pacífica, en lo que hace a un gobierno que se ha caracterizado por el estilo de una “democracia de infantería”.
Esto se da en el marco de más de 50 despidos vinculados al área de Derechos Humanos, y particularmente a la Dirección Nacional de Sitios y Espacios de Memoria (27 cesantías) responsable de las actividades pedagógicas y la preservación de los ex centros clandestinos de detención como lugares para la reflexión y conciencia de la actividad criminal de la última dictadura cívico militar y el terrorismo de Estado.
Esto a su vez fue denunciado por distintos referentes políticos y de los DD.HH. en la última Ronda de Las Madres de Plaza de Mayo, donde también se exigió por la liberación inmediata de los cuatro detenidos por la represión policial contra quienes se manifestaron en rechazo a la Ley Bases frente al Congreso de la Nación.
El dirigente nacional del Partido Obrero y legislador porteño Gabriel Solano señaló que “hacer un desfile militar el 9 de julio no solo es un derroche de recursos cuando “no hay plata”, es una provocación de un gobierno que quiere intimidar al pueblo escenificando una militarización mientras echa a los trabajadores de los espacios de memoria”.
Estamos ante un gobierno defensor a ultranza de los militares golpistas, como así lo expresa la vicepresidenta Victoria Villarruel, amiga del genocida Rafael Videla. O las recientes declaraciones de Milei en Brasil, en respaldo a Jair Bolsonaro, señalando que el líder derechista que viene de intentar un golpe militar sería un “perseguido político”. O reclamando por la libertad de los golpistas en Bolivia.
La intención del gobierno es que las fuerzas armadas puedan volver a participar de la represión interna en la Argentina, para intentar evitar una escalada social como producto del agravamiento de las consecuencias sociales y económicas nefastas de las políticas de ajuste del gobierno.
Gabriel Solano también manifestó que “Milei, Bullrich y Petri insisten en que las Fuerzas Armadas del Ejército son los guardianes de la patria, pero en realidad son unos de los responsables del máximo hundimiento del país con una dictadura militar asesina, la destrucción de la economía y la deuda contraída. Este desfile militar ya tuvo un primer paso cuando asumió Milei y por lo tanto es otra escenificación fascistoide de parte de su gobierno”.
Reclamamos la inmediata reincorporación de los trabajadores despedidos y el normal funcionamiento de los Espacios para la Memoria. Ningún desfile militar ni reconciliación con los genocidas. Basta de represión; liberación inmediata de los detenidos por manifestarse y cese de las causas armadas contra luchadores y militantes.
Marcelo Mache
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