En una continuidad de lo que venimos observando el año pasado, se vuelve a confirmar una baja del trabajo estable y un crecimiento del monotributo social, la categoría más baja de todas. Esta categoría fue creada originalmente para aquellos trabajadores vulnerables que desarrollan trabajos de cartoneo, venta ambulante, recolección o acarreo. El monotributo social permite al trabajador al ser registrado tener una protección de seguridad social mínima.
El retroceso en los planteles de trabajadores de los sectores tanto públicos, privados como de casas particulares tuvo una caída de 186.500 trabajadores, mientras que en el mismo periodo el trabajo sin relación de dependencia creció en 248.600 personas; con el monotributo social (+6%) siendo el rubro que más creció dentro de ellos.
Este año la cuota para un monotributista social por cada integrante de su familia que inscriba en la obra social pasó a $8.358 por mes, a cargo claro, del trabajador. Los adherentes a esta forma de cobertura médica son unas 600.000 personas. Por otro lado, las patronales que tomen estos trabajadores no tendrán problemas de compatibilidad con los programas sociales del Ministerio de Capital Humano e incluso con la jubilación o la pensión.
El año pasado fracasó el intento de eliminar esta modalidad por parte de Javier Milei y Sandra Pettovello durante el tratamiento de la Ley Bases en el Senado. Donde hubo en las comisiones una variada presión: desde pequeños productores rurales, a cooperativistas, organizaciones sociales y la llamada economía popular.
Este profundo cambio está detrás de numerosos conflictos en fábricas e industrias motorizando los despidos e impulsando una rotación completa con contratados, tercerizados y monotributistas en gremios como el SMATA, la UOM y el SUTNA. A nivel nacional los monotributistas registrados en todas las categorías ascienden a 3.073.000. Con estas modalidades flexibilizadas, el ejército de reserva, los desocupados y precarizados, está siendo absorbido en la cadena productiva.
Pero esta reconfiguración tiene observaciones legales, además de las sindicales, en cuestión del retroceso de derechos laborales. Especialistas marcan para el caso del monotributo social que fue creado para aquellos “en situación de vulnerabilidad que realizan una única actividad económica por cuenta propia y se encuentran fuera del mercado formal laboral o trabajando en relación de dependencia con ingresos brutos inferiores al haber previsional mínimo” con lo que se advierte que la finalidad de la categoría no está siendo respetada.
Leonardo Perna
08/02/2025
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