martes, febrero 18, 2025

El Salvador: el esquema ponzi del presidente Bukele se vino a pique


La salida del bitcoin como moneda de curso legal expresa otro derrumbe del mundo cripto. 

 El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, viene siendo desde su asunción en 2019 un fuerte promotor en la inversión en Bitcoin, la criptomoneda lanzada en 2008 que inauguró el mundo de las Blockchain. En 2021, había llevado al Congreso un proyecto de ley para convertir al Bitcoin en una moneda de curso legal en su país, junto al dólar estadounidense - que había reemplazado a su moneda nacional, Colón, en 2001. La reforma introducida a la Ley Bitcoin a fines de enero de 2025 muestra el límite alcanzado por el esquema presidencial, que tiene pendientes un gran pago de deuda externa en los próximos años. 
 El argumento central en la salida del Bitcoin como moneda de curso legal, es decir, respaldada oficialmente por el Estado y el Banco Central de Reserva, es la obtención de diversos acuerdos con el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) por un monto cercano a los 3500 millones de dólares. El rescate ofrecido por el FMI (1400 millones) se encuentra destinado a fortalecer las reservas ante un vencimiento cercano a los 2000 millones de dólares en 2027. Las negociaciones con el FMI se habían visto estancadas en 2022 cuando la principal exigencia del ente crediticio era el abandono de la moneda cripto por parte del país centroamericano. Al día de hoy, el Bitcoin ha dejado de ser una “moneda oficial” pero las reservas - según posteos en X del propio Bukele - han superado los 6000 Bitcoin (un equivalente a 635 millones de dólares). Según el propio gobierno, el 2025 será un año de crecimiento en la adquisición de criptomonedas por parte del Estado como reservas en su Banco Central. Este mensaje de auspicio está amparado en el apoyo de Trump al mundo cripto, algo que se ha demostrado como una estafa completa ante el lanzamiento de $Trump que ha visto pérdidas cercanas a los 2000 millones de dólares a solo 15 días de su lanzamiento. A la cual podemos sumar la estafa encabezada desde la Casa Rosada por el propio Milei y un esquema similar de un aprendiz libertario, el presidente Faustin-Archange Touadéra de la República Centroafricana. Estos desplomes son la manifestación de la crisis mundial que ha protagonizado una serie de derrumbes financieros en las últimas semanas. El Salvador se encuentra acuciado por una deuda externa cercana al 90% del PBI del país. Los compromisos de deuda han sido concentrados en el 2027 como resultado de una negociación a fines de 2022 cuando Bukele llevó adelante una recompra de bonos de deuda soberanos cercanos a 500 millones de dólares a precio de mercado, lo que permitió sortear el default en enero del 2023. Actualmente, la calificación de El Salvador como “basura” en el mundo de los mercados ha dejado la posibilidad de acceso al crédito en manos de los entes internacionales como el FMI. Las mieles de Bukele al mercado cripto no han redundado en un beneficio de la economía salvadoreña, cuya puesta en pie tuvo un costo cercano a los 400 millones de dólares. Fuentes del propio gobierno aseguran que las inversiones en cripto han generado un rendimiento favorable de 300 millones, es decir, que tras 4 años de puesta en pie de este sistema cripto el Estado solo ha recuperado la inversión - en el mejor de los casos. 
 La retórica en favor del cripto tiene un puntal fundamental en las vías alternativas que ha adoptado Bukele para asegurar un financiamiento ante la ausencia del crédito internacional y una moneda propia, la emisión de “bonos volcán” respaldados en Bitcoin. En 2024, mediante esta vía, el gobierno buscó recaudar 1 mil millón de dólares con vencimiento en 2029 y una tasa de interés del 6,5% anual, algo superior a la media internacional en el sistema bancario formal. El mismo estaba asociado a la proyección de una inversión hotelera de lujo - el aumento del turismo es la principal reivindicación del gobierno en materia económica - así como a la mentada “Ciudad Bitcoin”, de la cual no se han realizado ni los planos del primer cimiento. El colmo de la cuestión es que los token de deuda no cuentan con el respaldo en Bitcoin, sino en las operaciones hechas a futuro, una verdadera estafa. 
 Bukele, que ha montado un régimen de poder unipersonal en el país, se ha montado sobre el esquema cripto para generar un drenaje de los fondos nacionales hacia un mercado que no cuenta con el control de ninguno de los otros poderes del Estado y, fundamentalmente, del cual solo se conocen “informes” por la cuenta de X del presidente. El abandono del Bitcoin como moneda de curso legal se muestra como un fracaso de esta política, que ha estado anclada en la nula penetración del mismo en la economía nacional. Se calcula que sólo un 8% de las transacciones se han realizado en esta moneda dentro del país. En el caso de las remesas enviadas desde el exterior, que llegan a representar un 20% del PBI, solo el 1% se han realizado en Bitcoin a pesar de la rebaja completa de impuestos para las transacciones en cripto impulsada por el propio Bukele. La ausencia de una base monetaria fuerte - un respaldo - marcaron el final de la aventura del Milei centroamericano. La tropilla “liberticida” ha recibido un duro golpe que ha expuesto los límites fundamentales del esquema económico, en momentos de una guerra por el comercio internacional impulsada por la Casa Blanca, la directora de la orquesta libertaria. 

 Joaquín Antúnez
 18/02/2025

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