Impasse económico
Pero la histeria de Milei no es inocente: en 2024, se evaporaron de Argentina 20.000 millones de dólares por parte del Banco Central. El Central continúa con casi 10.000 millones de dólares de reservas negativas. Cavallo, el castigado, había denunciado la pretensión de recomponer esas reservas “con nueva deuda externa”, es decir, lo que quieren hacer Milei y Caputo a través de un préstamo del FMI o bancos privados. En el arco de enfrente están los capitales que quieren conseguir esas divisas por medio de exportaciones, la eliminación de las retenciones al agro y la industria, y la devaluación del peso. También el Fondo quiere el ajuste del dólar y fomentar la exportación. Teme una reanudación de la fuga de capitales si se sigue incentivando su ingreso por medio de un peso sobrevalorizado y una tasa de interés elevada. Esa fuga podría acelerarse como consecuencia del caos monetario internacional que ha creado la guerra comercial desatada por Trump y Elon Musk. Caputo se metió en la disputa con una frase que dejará huellas:“ el dólar no está bajo, sino que los precios están altos”. No solamente “están altos” sino que siguen subiendo – la baja del dólar no los redujo: la inflación en dólares es la más alta del planeta. Tampoco redujo los precios la caída de la demanda (de consumo personal o inversión), agravando la crisis industrial, las suspensiones de actividad y el cierre de empresas. El dúo Caputo-Milei es consciente de que camina por el borde de una cornisa, sin red de seguridad. Quienes intentaron ese malabarismo en el pasado (dictadura, Cavallo, Macri) se estrellaron sin remedio. Caputo quiere, de nuevo, un dólar bajo para que los pesos del superávit fiscal alcancen para comprar las divisas para pagar la deuda externa. Si “los precios (no siguieran) altos” no podría ejecutar su principal cometido. Milei se niega a discutir el Presupuesto en el Congreso porque depende de su desmanejo y la arbitrariedad para continuar como garante de una deuda pública que es creciente. Ha puesto en marcha una nueva Motosierra, con recortes y cierres de organismos públicos, en particular en el área de la salud. En cuanto al sistema universitario y científico, los anuncios recientes reducen el Conicet a la mínima expresión, y el salario de los investigadores pasará a depender de los fondos ya recortados de las universidades.
Los despidos de funcionarios y las polémicas cambiarias han provocado un revuelo mediático. La pelea entre pro-devaluadores y anti devaluadores encierra una crisis de conjunto; hay desesperación por contenerla en un año electoral. En las diferentes clases sociales influye la extorsión de que una devaluación llevaría a una hiperinflación. Es lo que pretende contener (pero no evitar) Cavallo con la creación de dos mercados de cambios – uno comercial, el otro financiero. El liberticida repite la historia, aunque con dosis aún más explosivas.
Marcelo Ramal
11/02/2025
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