miércoles, febrero 12, 2025

Vindicación de Cuba y el anexionismo en 2025


«Es probable que ningún cubano que tenga en alto su decoro desee ver su país unido a otro donde los que guían la opinión comparten, respecto a él, las preocupaciones solo excusables a la política fanfarrona o la desordenada ignorancia» Pareciera un absurdo tener que referirse al tema del anexionismo en Cuba en pleno 2025. En 1889, cuando José Martí escribió Vindicación de Cuba, en carta de desagravio al diario The Manufacturer, de la ciudad de Filadelfia, por ofensas contra los cubanos, el primer tema del que habla es del fenómeno del anexionismo. 
 Dice Martí: «No es este el momento de discutir el asunto de la anexión de Cuba: Es probable que ningún cubano que tenga en alto su decoro desee ver su país unido a otro donde los que guían la opinión comparten respecto a él las preocupaciones solo excusables a la política fanfarrona o la desordenada ignorancia». 
 Es cierto, no es noticia para nadie que en la vocería que conforma esa pandilla de influencers de origen cubano, que medra en las redes sociales digitales, desde el espacio físico de la Florida y Madrid, predominan fanfarrones de desordenada ignorancia, como diría el Apóstol. 
 Pero el caso es que, en vísperas de la toma de posesión del presidente Trump, proliferaron cualquier cantidad de ideas descabelladas, en ese denominado clúster contrarrevolucionario, sobre qué hacer con Cuba. Y, lógico, no podía faltar quien exigiera una salida anexionista. 

 ANEXIONISMO A LA CUBANA 

 Aquellos que hablan de bienestar para los cubanos, que depende de una prometida democracia al mejor estilo liberal, con multipartidismo y demás hierbas, así como amplia privatización de todo, hasta de nuestras mentes, se han cuidado de venderse como adalides de la soberanía nacional; la misma reivindicación que la defendida por la Revolución Cubana desde al menos el 10 de octubre de 1868; solo que esta sí es genuina, auténtica.
 Sin socialismo no hay soberanía ni independencia, que nadie olvide esta verdad; el anexionista lo acaba de recordar y, a confesión de partes, ya se sabe.
 El fanfarrón de desordenada ignorancia promete que, con la anexión, los cubanos lograrían estabilidad política e institucional, quizá incluye algún que otro asalto al Capitolio, o el robo de elecciones, según aseguró el ahora titular del Gobierno en Washington; quizá también un colegio de electores de cuatro gatos, que usurpan con aprobación constitucional, la voluntad de millones de votos.
 Ni hablemos de las más de mil personas que mueren como promedio cada año en Estados Unidos, por los «excesos» de la Policía, según la británica BBC. Destacó este medio que, en 2018, hubo 85 000 personas heridas por el «celo» conque las autoridades policiales cumplen con su deber, mereciendo esa violencia policial el calificativo de problema de salud pública, según la Asociación Estadounidense de Salud Pública (APHA). La Policía batistiana palidecería de envidia con semejante record. 
 Y a propósito de la salud, el anexionista promete altos estándares en materia de sanidad pública. ¿Cómo sería, cómo en el Norte? Allí es conocido el carácter mercantil de estos servicios, al extremo de que la actual epidemia de fentanilo tiene un sórdido origen en la manipulación de diagnósticos y planes de curación.
 Otra proyección incumplible tiene que ver con la educación. En Estados Unidos, en solo un año hubo más de 900 tiroteos en las escuelas. No se sabe qué podría pasar con el hijo cuando salió en la mañana a estudiar. ¿Es acaso eso paradigmático? 
 En materia de derechos civiles, no podía faltar el tema de la libertad de expresión. El anexionista intenta vender humo cósmico sobre lo que la eventual metrópoli de Cuba garantizará al respecto. Obvia que la concentración de los medios de comunicación en Estados Unidos no tiene parangón en la historia, y constituye un enorme obstáculo para la susodicha libertad. Cada día la realidad estadounidense aporta nuevas muestras de su violación masiva, en especial cuando se cuestiona la esencia del sistema. Para muestra, veamos cómo quedó la última conferencia de prensa del exsecretario de Estado, Blinken, cuando dos periodistas fueron levantados en peso (literalmente) al preguntar por el crimen en Gaza. ¿Así sería en la Cuba anexada? 
 Otra parte delirante de la propuesta anexionista es cuando promete prosperidad económica. Qué razón hay, entonces, para que existan aproximadamente 37,9 millones de personas que viven en la pobreza en Estados Unidos, según la Oficina del Censo de ese país. ¿A son de qué esto sería diferente en Cuba? El sistema, al fin y al cabo, está imposibilitado de resolver esto. Y ni hablar de la desigualdad en un país donde diez tipos concentran 1,2 billones de dólares, mientras la clase media va en indetenible declive. 
 También dice el personaje de marras que Estados Unidos asumiría la deuda externa cubana. Con esto si se fue del aire el anexionista. El país del Norte es el más grande deudor del mundo: 32,9 billones de dólares, y para peor, admite que no la puede pagar. 
 El anexionista divaga en otras estimaciones, incluido el complejo tema migratorio. A propósito, y viendo como este asunto funciona en Puerto Rico, se conoce que no menos del 65 % de la población total de esa isla vive en el exterior. Si ya son parte de Estados Unidos, ¿por qué se fueron? Bueno, aquí viene al caso recordar aquel gesto imperial de Trump, cuando visitó la ínsula, tras un catastrófico huracán. No tuvo mejor idea que lanzar papel higiénico, un patético episodio que muestra cómo Washington trata a la Isla caribeña.

 ¿EXPANSIÓN IMPERIAL EN 2025? 

 La perorata del anexionista divaga en otros asuntos, pero como ya aburre, viene al caso poner en perspectiva qué tan posible puede ser la concreción de estas ideas. 
 Un enjundioso artículo aparecido recientemente en Sputnik, recuerda la historia de las ansias expansionistas a costa de la Isla de Cuba, de parte del sistema capitalista, desde su conformación en Estados Unidos.
 Ahora, círculos cercanos a Trump publicaron un mapa en el que, además de Groenlandia, Canadá y Panamá, aparecen la Mayor de las Antillas, República Dominicana, Nicaragua y parte del territorio de México.
 El medio digital The Hill afirma que, supuestamente, en una reunión de Mike Hammer, jefe de la Embajada estadounidense en La Habana, con el Jefe del Comando Sur, se abordó el asunto como una probabilidad. Qué tan cierto es lo que se dice en The Hill, veremos. 
 Con razón, el Primer Secretario del Partido y Presidente Díaz-Canel, evocaba la carta de Martí al diario The Manufacturer. La conocida prepotencia imperial es parte del adn de los mandamases estadounidenses, que con Trump en segundas nupcias, probable se multiplique. 
 Es, por tanto, urgente, retomar lo que dejó como advertencia el Apóstol en la mencionada nota: Ningún cubano honrado se humillará hasta verse recibido como un apestado moral, por el mero valor de su tierra, en un pueblo que niega su capacidad, insulta su virtud y desprecia su carácter. 

 Francisco Delgado Rodríguez | internet@granma.cu 
 26 de enero de 2025 19:01:13

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