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miércoles, septiembre 12, 2007
Qué es el fascismo y cómo combatirlo
El capitalismo es un sistema social que se basa en la explotación de la clase trabajadora a manos de una minoría de la sociedad, aquellos que poseen los medios de producción, es decir, los capitalistas. El dominio de esta minoría sobre la mayoría es garantizado por el estado que es el instrumento por el cual una clase impone su dominio sobre otra.
El estado burgués garantiza el dominio social de los capitalistas mediante su control del aparato del estado. El aparato ideológico del estado -la educación, la familia, la Iglesia, los medios de comunicación, las cúpulas sindicales y políticas reformistas, etc- garantiza la difusión de los valores e ideas de la clase dominante con objeto de impedir la concienciación política y por consiguiente, la lucha, de la clase dominada. El aparato ideológico tiene, por tanto, una función preventiva. Su misión es evitar el levantamiento de la clase dominada.
A pesar de que el capitalismo ha perfeccionado notablemente este aparato, en algunas ocasiones -los momentos en que se producen crisis revolucionarias- su control social no puede ser garantizado sólo por el dominio ideológico. Es entonces cuando actúa el aparato coercitivo -ejército, policía, Guardia Civil, etc- mediante la represión violenta de cualquier movimiento que desestabilice el dominio de los capitalistas.
Los modelos de su dominio
En condiciones normales, la burguesía domina mediante la democracia burguesa. Existen libertades formales, se puede votar, hay partidos y sindicatos, etc. Aquí el aparato dominante es el ideológico. Los capitalistas pueden prevenir cualquier levantamiento social mediante su dominio ideológico que se traduce en un bajo nivel de conciencia de las masas de trabajadores, en la domesticación de las cúpulas sindicales y políticas obreras, en el aislamiento de la vanguardia revolucionaria, etc. Este modelo se da normalmente en mayor o menor medida en países capitalistas desarrollados.
Otro modelo es la dictadura burguesa o bonapartismo. Aquí el aparato dominante es el policíaco-militar. La burguesía deposita su confianza no en los líderes políticos a su servicio, si no en una junta militar. Se suspenden las libertades, se persigue a los opositores, se reprime al movimiento obrero, etc. Existen muchos tipos de dictaduras burguesas. Por ejemplo, la dictadura de Primo de Rivera reprimió a la CNT y al movimiento anarquista, pero toleró a la UGT y al movimiento socialista. Las dictaduras latinoamericanas, sin embargo, sin dejar de ser dictaduras, emplearon métodos propios del fascismo: el aniquilamiento físico de la vanguardia obrera y, por tanto, la destrucción del movimiento obrero organizado. Hay dictaduras que duran poco tiempo (la de Primo de Rivera duró siete años) y otras que duran más (la de Franco, por ejemplo), dependiendo de las relaciones de fuerzas entre las clases.
El fascismo
El tercer modelo es el fascismo. El fascismo se distingue del bonapartismo en varios aspectos y por eso hay que estudiarlo separada y específicamente. El bonapartismo se basa exclusivamente en el aparato del estado. En cambio, el fascismo, descansa en una primera etapa, en un movimiento de masas, es decir, cuenta con apoyo social. Expliquemos esto. El fascismo sólo se puede dar en períodos revolucionarios, en períodos de grandes crisis sociales, cuando no es posible ningún arreglo pacífico entre las clases, cuando la salida no puede ser otra que o fascismo o socialismo. O lo que es lo mismo o victoria de la reacción o victoria de la revolución.
La burguesía, en estos períodos, juega a dos bandas. Por un lado, mantiene la apariencia democrática -parlamento, partidos, etc- y por otro, apuesta cada vez más por el fascismo. En un período revolucionario la clase trabajadora tiene muchas oportunidades para tomar una y otra vez el poder, destruir el estado burgués y transformar la sociedad. Si no lo hace -debido fundamentalmente a que la mayoría de los trabajadores siguen todavía a direcciones reformistas y no se ha construido un partido revolucionario de masas- las masas de la pequeña burguesía y el lumpenproletariado después de poner su confianza en el campo obrero y ser una y otra vez decepcionadas se pasan al campo contrario, al de la reacción burguesa.
La burguesía atrae a estas masas con una demagogia cuasi revolucionaria y las organiza paramilitarmente. Por ejemplo, el partido nazi alemán no sólo hizo propaganda contra los judíos, si no también contra los banqueros y el capital financiero. Distinguían entre el capitalista “bueno” que dirige su negocio y el capitalista usurero o prestamista que saca beneficio del negocio de los demás. Aunque los judíos no llegaban a representar ni un 1% de la clase dominante alemana, algunos de los banqueros más conocidos eran judíos, por lo que era fácil identificar al usurero con el judío.
Por otro lado, millones de alemanes estaban en paro, al mismo tiempo que el impago de los créditos y préstamos bancarios hacía que muchos pequeños comerciantes, tenderos, funcionarios, etc fueran cada día a la ruina. De esta manera los nazis con su demagogia racista atraían a sectores sociales que habían perdido la esperanza en que el proletariado organizado pudiera ofrecer una salida.
Esos sectores eran organizados paramilitarmente y realizaban acciones violentas contra militantes obreros, sedes de sindicatos, atacaban mítines etc. Esto es otra particularidad de los movimientos fascistas. En Alemania las SA y en Italia los Fascio di Combatimento dirigieron sus ataques contra los partidos y sindicatos obreros, por muy reformistas que fueran sus líderes. Muchos pequeño burgueses, lúmpenes y obreros que son enrolados en los destacamentos de combate fascistas creen honradamente que están llevando a cabo una revolución, creen que van a acabar con el sistema... La realidad es que están defendiendo los intereses de la clase dominante y del sistema.
Cuando el partido fascista adquiere una fuerza de masas, la burguesía liquida a los demás partidos burgueses y concentra todo su apoyo en el partido fascista, con objeto de facilitar su llegada al gobierno. Pero esta es la última fase en su estrategia de toma del poder. Antes de esto, los fascistas intentan dominar la calle fomentando el terror con sus acciones -palizas, intentos de asesinato, atentados, etc-. En un principio, estas acciones tienen un carácter individual y van dirigidas contra revolucionarios, minorías étnicas, gays, indigentes, etc. Más adelante conforme avance el proceso sus ataques van dirigidos hacia las organizaciones obreras, sus sedes y actividades.
Una vez que el partido fascista alcanza el poder, el proletariado es duramente reprimido. Sus organizaciones desaparecen y son perseguidas y no sólo sus líderes, si no cualquier militante es objeto de detención, tortura y asesinato. Los capitalistas se deciden por la opción fascista cuando la supervivencia del capitalismo entra en contradicción con la existencia de un movimiento obrero organizado.
El fascismo tiene corta duración. Cuando la burguesía ha aplastado al movimiento obrero y no necesita mantener un movimiento de masas fascista, el régimen evoluciona hacia una dictadura policiaco-militar normal. En esta fase, la clase dominante se puede encontrar con el problema de una posible rebelión de los elementos que cautivó con su demagogia cuasi revolucionaria. Por ejemplo, la burguesía alemana tuvo que liquidar físicamente a los cuadros de mando de las SA, muchos de los cuáles procedían del movimiento obrero y que pretendían apartar a Hitler del poder y expropiar a los capitalistas, en lo que llamaron la “segunda revolución”. Estos elementos desclasados fueron barridos por el régimen nazi en la famosa “noche de los cuchillos largos”.
Como vemos, el fascismo es un modelo de dominio muy peculiar, que se distingue perfectamente de una dictadura bonapartista, aunque también conserve rasgos comunes.
Resumiendo:
1) el fascismo es un régimen de dominación del gran capital que surge siempre en períodos revolucionarios y como consecuencia de la incapacidad de la clase obrera de tomar el poder y transformar la sociedad.
2) El fascismo se basa en un movimiento de masas organizado paramilitarmente formado por las masas desesperadas de la pequeña burguesía, elementos desclasados de la clase obrera y lúmpenes.
3) Este movimiento surge en torno al partido fascista que utiliza a estos elementos captados entre la pequeña burguesía y la clase obrera como fuerza de choque en su estrategia de toma del poder político.
4) Dicha estrategia pasa por diferentes fases hasta que el partido fascista adquiere una dimensión de masas. Entonces, la clase capitalista apuesta decididamente por el fascismo liquidando al resto de partidos burgueses.
5) Cuando las organizaciones obreras han sido destruidas y el peligro ha pasado, los capitalistas purgan el partido fascista de elementos “revolucionarios” para permitir la evolución del régimen hacia una dictadura bonapartista basada en el estado.
Esta es la teoría marxista del fascismo expuesta de la forma más sencilla y resumida posible. Pero no todo el mundo está de acuerdo con esto.
Otras explicaciones del fenómeno fascista
- La teoría socialdemócrata del fascismo afirma que existen sectores de la clase dominante interesados en derrotar el fascismo. Ponen por ejemplo, el enfrentamiento entre el capitalismo alemán y inglés durante la 2ª Guerra Mundial o el repudio de algunos importantes magnates alemanes hacia el nazismo. Todo ello para llegar a la conclusión de que no se puede luchar contra el fascismo con métodos violentos o extralegales. El estado -los jueces, la policía, etc- son los que tienen que enfrentarse a los fascistas, no los trabajadores. El movimiento obrero debe unirse a los sectores progresistas de la clase dominante para combatir desde la legalidad al fascismo. La expresión política de esta unión es el Frente Popular, coalición entre partidos obreros y burgueses. Este planteamiento clásico de la socialdemocracia fue asumido por el estalinismo a partir de 1935 en el VII Congreso de la Internacional Comunista que aprobó la política de Frentes Populares.
- La teoría estalinista del fascismo originariamente era bien distinta. No diferenciaba entre los fascistas y los socialdemócratas a los que llamaba "socialfascistas". Esto hacía imposible cualquier unidad de acción entre los obreros socialdemócratas y los estalinistas frente a los fascistas. Esta política era conocida como la política del "tercer período" que comenzó con el crak del '29 y que según los estalinistas iba a ser la crisis final del capitalismo. En ese período los socialdemócratas como habían demostrado otras veces iban a ser los salvadores del capitalismo como ocurriera en la revolución alemana de 1919 donde Rosa Luxemburgo y los dirigentes espartaquistas fueron asesinados por las tropas al mando del Gobierno socialdemócrata alemán. Los estalinistas llamaban a su táctica frente único por abajo, es decir, un frente de los trabajadores sin interferencias burguesas, lo cual es correcto, pero sin participación de la dirección socialdemócrata, lo que en la práctica impedía cualquier unidad de acción. El resultado de esta política fue que, por ejemplo, ante el peligro nazi, el PC alemán abrazó una política ultraizquierdista y sectaria que impidió por un lado, ganar a la base socialdemócrata y por otro lado, dividió el movimiento obrero, facilitando la llegada al poder de Hitler.
Cómo combatir el fascismo. Propuestas para el debate:
* Grupúsculos fascistas van a existir siempre. Conexiones con el aparato del estado también. Según un informe publicado en Madrid en 1994, el 13% de los miembros de BB.AA. eran miembros de las fuerzas de seguridad del estado. La cuestión es discernir cuando existe el peligro real del fascismo. O lo que es lo mismo, cuando un grupúsculo fascista puede adquirir una fuerza de masas. Para que esta variable pueda convertirse en realidad la sociedad tiene que entrar necesariamente en un período revolucionario. ¿Necesita la clase dominante el fascismo para seguir dominando? O lo que es lo mismo, ¿existe un peligro real de acceso al poder de los fascistas en Europa a corto y medio plazo?
* Existen diferentes grupos políticos de extrema derecha. Por ejemplo, el Partido de la Libertad (Austria) de Jorg Haider emplea una demagogía racista y xenófoba, pero no tiene encuadrados dentro de sus filas a bandas paramilitares. El Frente Nacional (Francia) de Le Pen o de la Alianza Nacional (Italia) de Fini han tenido o tienen estos elementos dentro de sus filas, aunque se desentienden de sus acciones. Entre estos grandes partidos y los grupos más abiertamente neonazis, ¿existe una diferencia esencial?
* Para luchar contra las bandas fascistas, crees que sería necesario exigir al Gobierno su prohibición. Es decir, ¿podemos fiarnos del estado para controlar la actividad de estos grupos o sólo podemos confiar en la fuerza de nuestra movilización?
* A la vista de la experiencia histórica, ¿que táctica debemos utilizar: Frente Popular, Frente Único o Frente Único por abajo?.
Javier García
1999
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