La situación por la que atraviesa el PCE es de crisis política sin precedentes. Por un lado Gaspar Llamazares insiste en llevar al PCE y a IU a una deriva derechista que, en la práctica, no se diferencia de la política practicada por el PSOE; por otro, está el sector de Frutos que con un discurso que habla de la necesidad de un PCE fuerte, se presenta a los militantes con un discurso más a la izquierda. Pero ninguno de ellos parece darse cuenta de lo que es esencial: defender las ideas del marxismo de una forma clara, sin concesiones a aquellas ideas que pareciendo nuevas, son muy viejas, ya Marx, Engels, Rosa Luxemburgo, etc., lucharon contra ellas: las ideas del reformismo. Mientras esas luchas se dan por "arriba" los militantes de base poco o nada tenemos que decir al respecto puesto que no hay ninguna reunión ni nada que ofrezca la oportunidad de que los militantes de base defendamos qué política queremos.
La crisis del PCE en Asturias
Si la crisis del PCE a nivel del estado ha llegado a estar tan exacerbada, en Asturias ha llegado a un punto de no retorno.
En el último congreso (marzo 2007) hemos visto una ruptura total entre los dos sectores mencionados más arriba, representados en Asturias por Noemí Martín (sector de Gaspar Llamazares) y Paco de Asís (sector de Paco Frutos), hasta el punto que el sector de Noemí Martín no acepta el resultado del mismo en el que salió elegido de Asís como secretario general.
La ruptura llegó a repercutir en las últimas elecciones municipales en las que IU apareció claramente rota y dividida en la ciudad de Oviedo: por un lado se presentaron los concejales que tenía IU de las últimas elecciones municipales (que fueron excluidos de las listas municipales por la dirección regional de IU, pese a haber sido elegidos por la asamblea local) agrupados en la Asamblea de Ciudadanos por la Izquierda (ASCIZ), que representaba además al sector de Asís, y por el otro se presentó una IU con una lista hecha rápidamente sin contar con lo que querían los militantes de IU en dicha ciudad. El resultado de las elecciones habla por sí mismo: IU perdió los concejales que tenía, mientras que ASCIZ consiguió un concejal porque se presentó con una lista claramente obrera hablando incluso de nacionalización de las empresas en crisis, criticando al gobierno de Asturias integrado por el PSOE e IU... ASCIZ estuvo durante toda la campaña en la calle participando en las manifestaciones mientras que IU hacía una campaña "creíble", es decir, una campaña luchando para ver quién era más reformista: IU o el PSOE.
Cabe preguntarse ahora qué va a pasar con ASCIZ, si no va a dar paso alguno o si va a ser una nueva organización a imagen y semejanza de IU sólo que en la ciudad de Oviedo. Ninguna de las dos opciones nos parece la más óptima, lo mejor sería que ASCIZ se integrara claramente en el PCA con el objetivo de que el partido se presentara a las elecciones.
Tras las elecciones municipales de mayo, parece que ninguno de los sectores en liza quiere mover ficha, después de que la situación haya llegado a los tribunales de justicia para ver quién puede utilizar los locales del PCA (hasta ese punto ha llegado la situación de parálisis). Parece que se está esperando a la sentencia del juez para luego ver qué hacer: algunos ya hablan de otro congreso en el que las dos partes discutan y se integren en una nueva dirección. Esta última posibilidad no resuelve el tema central: lo que está en juego es la propia existencia del partido y, sobre todo, que de una vez por todas se convierta en una herramienta creada para y por los trabajadores, que luche para conseguir la transformación de la sociedad en una sociedad socialista.
Marxismo o reformismo
IU tiene un programa claramente reformista en el que, si acaso, pide un poco más de presupuesto para gastos sociales que el PSOE sin ninguna diferencia clara entre ambos. En algunos casos ni llega a ser la pata izquierda del PSOE como ocurre en el caso de Euskadi donde está en el gobierno con un partido burgués, el PNV. Existe claramente un espacio para una formación genuinamente revolucionaria, marxista, comunista. Un proyecto de este tipo contaría desde el principio con un apoyo importante en el movimiento obrero y en la juventud. Un programa anticapitalista, de transformación de la sociedad, unido a un método de trabajo correcto, no sectario, persuasivo, podría a medio plazo arrebatar a la dirección reformista del PSOE su hegemonía sobre el movimiento obrero. Sin embargo, si persiste una situación en la que la clase obrera tiene que elegir, sobre todo en el terreno electoral, entre dos partidos reformistas, la ventaja siempre estará al lado del más grande.
La autoridad que ha tenido IU entre los trabajadores se debe, en lo fundamental, a la tradición de lucha del PCE. Es legítimo discutir si efectivamente IU es una plataforma electoral válida o si el PCE debería presentarse directamente, lo cual indudablemente podría tener el efecto de agrupar a los sectores dispuestos a batallar por una política más a la izquierda; pero lo decisivo es debatir y definir una política correcta para el PCA y para el PCE, es decir, una política genuinamente marxista, en la que se abandone de una vez cualquier vestigio de política de colaboración de clases con la burguesía y la teoría etapista de transformación de la sociedad en la que el socialismo está situado en un futuro infinitamente lejano en el tiempo. La situación en América Latina, y muy en particular en Venezuela, demuestra que la vigencia de las ideas del socialismo y que la lucha por la transformación revolucionaria de la sociedad no es ninguna utopía. Es el capitalismo el que está en crisis, no el comunismo.
David Merallo Bravo
jueves, 20 de septiembre de 2007
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