Una renegada periodista venezolana dijo años atrás la siguiente frase lapidaria, “prefiero la bota de los marines en Venezuela a tener que calarme el régimen chavista”. Es probable que la antigua guerrillera –excursionista, más que combatiente a decir de quienes la conocieron en su pasantìa revolucionaria- pasara por alto, muy conscientemente, la tragedia de los pueblos cuando alguna superpotencia decide exportar la felicidad de su paìs a otros, utilizando como embajadores de buena voluntad a su marina de guerra.
Se han cumplido 5 años desde que George W Bush –el nuevo Neròn del siglo XXI… muy lejos de la capacidad poètica de éste- decidiera terminar la tarea que su padre dejara inconclusa en Irak. Sus mentiras, para justificar su bárbara agresión en este paìs mesopotámico, son ya de antología. “Misión cumplida” diría en un portaviones, símbolo del poderío militar-industrial norteamericano, hace 5 años. “Estados Unidos está en la obligación moral de exportar la democracia y su modelo económico a aquellos países cuyos gobiernos vayan en contra de la libertad y sean opresores de sus pueblos”, sacrosantas palabras de un paladín a quien no le tembló el pulso para firmar un Acta Patriótica que cercena la libertad del propio pueblo norteamericano.
Pero lo más terrible y peligroso de este César moderno fue cuando sentenció lo siguiente después de los sucesos del 11-S, “Tenemos el derecho de atacar aquellos países que representen un peligro para el modo de vida norteamericano”. Rescatando de esta forma el gran deseo del régimen nazista de la Alemania Hitleriana de declarar la guerra de manera preventiva a aquellos países que representaran un peligro –así sea en el papel- de aquel Estado prepotente y racista.
Al preguntàrsele a Madeleline Albrigh-flamante Secretaria de Estado en el gobierno de Bill Clinton- si 500.000 niños irakìes muertos no era suficiente para quitar el bloqueo a Irak, dijo con sarcástica ironía, “el precio vale la pena”. Se olvidaba en ése momento la Sra. Albrigh –quien profesa la religión Judía- el Holocausto causado a su pueblo por el régimen nazista en la segunda guerra mundial.
Más de un millón de irakìes asesinados.-daño colateral dirían los comandantes de los marines in Irak. Cientos de heridos sin atención médica., cuatro millones de desplazados., servicios básico inexistentes., 60% de desempleo., infraestructura destrozada producto de los bombardeos indiscriminados de la aviación norteamericana a centros poblados., millones de niños huérfanos y una división étnica artificial para justificar los crueles asesinatos de los escuadrones de la muerte, son el balance de 5 años de tragedia humanitaria en Irak. “Debemos frenar tal genocidio” grita el pueblo árabe al mundo. Debemos oírlos, digo yo.
Hagamos un esfuerzo imaginativo y supongamos que el Departamento de Estado de los EE.UU., invite a la periodista Ángela Zago a que haga una visita de buena voluntad al pueblo iraquí. Es muy capaz esta tránsfuga de la nacionalidad, después de ver lo anteriormente descrito, reseñar la realidad del pueblo iraquí diciendo que ¡Aquí no ha pasado nada!
Franklin Alvarez
No hay comentarios.:
Publicar un comentario