Las FARC es la consecuencia de más de 60 años de Terrorismo de Estado. Son ellas por tanto parte de la solución.
Por ANNCOL
El Terrorismo de Estado en Colombia lo ha practicado la oligarquía desde hace más de 60 años. Las víctimas son más de 100.000 colombianos y más de 5 millones de desplazados internos si incluimos el desplazamiento silencioso, no denunciado (Ver tabla abajo). Y todas esas víctimas son hijos del pueblo. Para ello la oligarquía colombiana ha utilizado las fuerzas militares y ha realizado un contubernio impúdico con las fuerzas narco-paramilitares que hoy tiene una demostración irrefutable en la narco-para-política uribista que tiene 32 parlamentarios entre rejas y más de 65 investigados por la Corte Suprema y la Fiscalía, además de gobernadores, alcaldes, concejales y exparlamentarios.
En la base de este Terrorismo de Estado está la DSN (Doctrina de Seguridad Nacional) y sus sucedáneos, doctrinas diseñadas en los centros de poder del imperio, Washington y demás. Al punto que se considera que es la injerencia estadounidense la que permite la prolongación de la guerra en Colombia, guerra que es realizada en la práctica por el gobierno nacional y negada con palabras.
Por ello llama la atención que los áulicos del régimen narco-paramilitar y del imperialismo estadounidense por todos los medios traten de mostrarnos que ‘el problema son las Farc’. Definitivamente los que conocemos Colombia sabemos que las FARC no son el problema, son la consecuencia de una forma violenta de ejercer el poder.
Y son tan consecuencia que las FARC siempre está enarbolando la bandera de la Paz en Colombia y en las actuales circunstancias enarbola el Intercambio Humanitario de prisioneros en poder de las dos partes –estado colombiano y guerrilla de las FARC-, intercambio que ha mostrado ante los ojos del mundo que el ‘problema’ es el Estado colombiano.
La propuesta de las FARC de despeje de los municipios de Pradera y Florida por 45 días -apenas 45 días!-, es desechada por el narco-paramilitar presidente Uribe Vélez. Y comienza a darle vueltas buscando propuestas que él sabe son irrealizables, con la macabra idea de volver irrealizable el Intercambio y producir la muerte de los retenidos por el medio que sea, ya por el ‘rescate militar’ o por la muerte producida en condiciones duras para la supervivencia. Y si las FARC tiene culpa de algo es haber puesto en el centro de discusión del mundo el conflicto interno colombiano, es más, haber hecho conocido el problema del Intercambio Humanitario porque a nivel internacional cuando se habla de Intercambio ya todo el mundo sabe a que se están refiriendo.
En esta propuesta de las FARC se convierte el Estado colombiano en ‘el problema’ –como hace más de 60 años-, y se atraviesa ‘como vaca muerte en la carretera’. Ayer no más, ante la visita del primer ministro de la República Checa, que vino –al parecer a ofrecer vender ‘sus armas’-, Uribe Vélez culpa a las FARC de lo inimaginable. Todos los males son causados por las FARC. Todos, absolutamente todos.
Si llueve y hay inundaciones es culpa de las FARC; si la economía va bien es culpa de las FARC, si va mal peor; si ya la inversión extranjera muestra su desaceleración es culpa de las FARC y no de la narco-para-política; en fin, todo lo que ocurre en Colombia es culpa de las FARC.
Y ¿Por qué ese odio?, nos preguntamos. Al mirar detalladamente los acontecimientos vemos que la razón de ese odio enfermizo es nada más y nada menos que la posición de clase de las FARC. Es la lucha por la paz con justicia social, es la lucha por el socialismo –las FARC han declarado y demostrado ser marxistas-leninistas-, lo que genera el odio de la oligarquía colombiana y el imperio estadounidense. Es querer crear un poder con el pueblo para que sea precisamente ese pueblo quien decida que rumbo darse y qué tipo de sociedad quiere construir para lograr su felicidad.
Y cuando vemos esto así de claro, entendemos por qué Uribhitler anda ‘babeando como perro con mal de rabia’. Porque eso es lo que muestran sus signos. ‘Perro con mal de rabia’, que entre otras ha tenido por estos días un rebrote epidémico como todas las enfermedades transmisibles porque el estado –y el gobierno- no cumplen con su obligación constitucional de ‘brindar salud a todos los colombianos’, y anda en cambio tratando de reformar por segunda ocasión la Constitución Nacional para satisfacer su ‘capricho’ de resultar re-elegido por segunda vez.
Pero la verdad la sabe el pueblo y trabaja por una Nueva Colombia, porque sabe que ‘el mal de rabia mata al perro que la tiene’ y ´muerto el perro se acaba la rabia´.
ALP
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