Para nadie es un secreto que el régimen colombiano a la cabeza del narcoparapresidente esta casado con la solución militar al conflicto y en consonancia con eso, con el rescate a sangre y fuego de los prisioneros en poder de la insurgencia. En estos términos debemos prepararnos para lo peor, por ejemplo que los prisioneros regresen a sus hogares en bolsas plásticas.
Johnson Bastidas
La peligrosidad patológica de Uribe se intensifica, sobre todo ahora que tiene diferentes focos de conflictos. Uribe busca a toda costa desprestigiar a la insurgencia colombiana mientras la guerra sucia se intensifica contra los luchadores sociales y políticos que no comparte la seguridad democrática y su proyecto neoliberal.
En estos momentos, el narcoparapresidente no quiere que la atención de la opinión pública se centre entorno a su régimen y su putrefacta corrupción. Por eso el presidente Chávez tiene razón cuando afirma que el régimen colombiano puede producir una guerra. Uribe busca -lo que en su momento significo para las dictaduras argentinas, la guerra de las Malvinas o el mundial de Fútbol del 78- algo que le permita respirar, un paliativo a ese cáncer de la Parapolítica. Los militares argentinos lograron que con estos dos hechos, el pueblo gaucho olvidara que estaba llegando a los límites insospechados de una crisis sin retorno. Crearon un sentimiento nacionalista y de unidad nacional con la guerra y una sensación de lujuria a punta de goles. No olvidemos que el vicepresidente Santos ha tenido estas genialidades en su agenda, desde mundiales de fútbol hasta reinado de locas, pasando por otras lucubraciones más morbosas como traer al Dalai Lama.
Si enumeramos los fracasos de este gobierno, no nos alcanza el papel, es el más mediocre de todos, pero ha tenido una virtud, nos ha sumido en un letargo de miedo a punta de motosierra, y cuando el ruido de esta cesa, aparecen RCN, Paracol, con sus Felix de Bedout y otras tetas sin paraíso a decirnos que vivimos en el país más hermoso del mundo y que somos los más felices sobre la tierra. El Mesías esta en todo, menos en las soluciones concretas para los problemas concretos que nos aquejan, pero su popularidad aumenta a punta de encuestas pagadas con el erario público.
Las últimas perlas del narcoparapresidente son los argumentos que sustentan supuestamente la extradición de los jefes paramilitares, argumentos inocuos ya que, éstos delinquieron antes, durante y después de Ralito y desde la cárcel no lo dejaron de hacer. Todo esto era de conocimiento público, imposible que el gobierno lo ignorara.
El Tiempo en su último editorial afirma que las extradiciones dejan sin piso las criticas de los acuerdos secretos de Ralito entre el Presidente y los paramilitares. Mentira, los pactos secretos de Uribe Vélez vienen desde hace tiempo con los paramilitares. Los acuerdos con la mafia tienen más antigüedad y se remontan a los primeros cargos públicos de Uribe en Antioquia. La extradición como todo lo que hace el Narcoparapresidente esta ligado a pactos y acuerdos oscuros entre delincuentes y bendecidos por Washington.
Y para que todo este circo se coherente, la INTERPOL viene ahora con su reporte relámpago para darle otro respiro al régimen.
No sabemos cuando el presidente Bolivariano Hugo Chávez entenderá que con este régimen delincuencial no se pueden tener relaciones, ni siquiera diplomáticas –las más hipócritas de todas la relaciones-ya que está prestando su territorio y todo lo necesario para conspirar contra el proceso venezolano y contra los cambios en Ecuador.
Si el presidente Chávez tiene la lucidez de cerrar el chorro a todos los millones de dólares que Venezuela le compra a Colombia, si eso ocurre, le abrirá otro foco de problema a la seguridad democrática y miraremos entonces cual será las repuesta de los gremios económicos cuando vean que Uribe les esta perjudicando sus negocios.
Ya lo habíamos dicho en estas mismas páginas, darse besitos con Uribe en la OEA es quemar pólvora en gallinazo, el narcoparapresidente colombiano es un lacayo que esta presto a conspirar contra Chávez y Correa con tal de recibir las migajas de los EEUU entre ellas el famoso TLC.
La diplomacia de la Revolución venezolana nos preocupa, no podemos manejar la noción cubana de la coexistencia pacifica con Dios y con el Diablo, en este caso con el régimen uribista, con el falaz argumento de que es mejor tener a Colombia en la mesas regionales, discutiendo con acuerdos de cooperación que aislarlo. NO, Venezuela no tiene las mismas deficiencias geopolíticas que Cuba ni la misma situación económica. Las razones de Estado no pueden separarse de la lucha por la emancipación de los pueblos y esto debe entenderlo el gobierno venezolano.
Al régimen colombiano es mejor aislarlo, porque simplemente es un régimen paria, que no respecta acuerdos ni convenios internacionales, que su única agenda es la agenda de la guerra y esa agenda se la han establecido en Washington.
Por eso la paz esta lejos con este gobierno, la única posibilidad de acercamiento que podía ser el despeje de los municipios vallecaucanos para avanzar en el acuerdo humanitario se van al traste cuando ordena infamemente un cerco militar entorno a los prisionero de guerra en poder de la insurgencia, esto es, los condena al desenlace fatal.
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