Ha llegado el momento. El pueblo debe y tiene que movilizarse para sacar a los inquilinos de la Casa de Nariño. Que han convertido en un inmenso lodazal el Palacio de gobierno y andan chapoteando su propio estiércol.
Es la hora en que el pueblo tiene que tomar en sus manos su destino. Debemos entrar a decidir nosotros por nosotros mismos. ‘Sólo el pueblo salva al pueblo’, dice la consigna. No podemos esperar de la oligarquía colombiana nada diferente al triste espectáculo que vemos hoy día. Corrupción, compra de votos, compra de conciencias, narco-paramilitarismo, asesinatos a los opositores al régimen, amenazas a los defensores de derechos humanos, motosierrazos, mochacabezas. Además de tenernos sumidos en la carencia de hasta lo indispensable. Empleo, vivienda, agua potable, salud, educación, vida!
Nuestro pueblo tiene que ganar la calle como el espacio para la decisión del futuro del país. No es quedándonos en casa viendo impasibles el transcurrir de los acontecimientos. No es dejando que otros decidan en nuestro nombre. Es transformando nuestra energía creadora en propuestas concretas para la solución de la enfermedad estatal oligárquica. Es movilizándonos como vamos a concretar una Nueva Colombia.
Por ello la izquierda agrupada de diversas maneras debe confluir en las acciones de masas. Ya hay la propuesta de la Asamblea Nacional Constituyente. Pero la mera propuesta sin acción de masas es estéril. Ya hay la otra propuesta de una marcha para parar la re-elección presidencial. Pero ‘de buenas intenciones está empedrado el camino del infierno’. Tenemos que marchar, una, dos, las veces que sean necesarias, para exigir la renuncia del narco-paramilitar presidente, Álvaro Uribe Vélez. Razones hay de sobra. Y Uribhitler debe enfrentar la justicia!
En ese marco, los parlamentarios del PDA, los camaradas del Partido y del Moir, deben jugar su papel de avanzada, de vanguardia. No podemos permitirnos el lujo de dejar que las aguas ‘vuelvan al cauce institucional burgués’, porque ese aparatejo está carcomido por sus propios vicios. La movilización de las directivas de todas las organizaciones populares es garantía para la movilización de las masas. Es un imperativo la participación en cuanto foro, reunión barrial, veredal, y demás formas para hacer llegar a nuestro pueblo la consigna de ‘renunciar a Uribe Vélez’.
Tenemos que marchar sin miedo. Ya lo hemos vencido y ‘sobre la marcha’ iremos reconstruyendo el tejido social roto por años y años de Terrorismo de Estado adelantado por las fuerzas militares-narcoparamilitares. Ya la insurgencia armada está jugando su papel, juguemos el neustro sin temores! Y entre todos saquemos a Uribhitler porque el no se irá por las buenas.
A renunciar a Uribe Vélez… Todos a la Calle!
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