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sábado, agosto 09, 2008
Congratulaciones a Fidel Castro
Por lo tantísimo que le ha aportado a Cuba, a América y al Universo, con sentido Patriótico, Revolucionario y Socialista.
Por Noel Manzanares Blanco
Al calor de los 82 agostos del compañero Fidel (13/8/1926), asumo su cumpleaños como una buena oportunidad para significar cómo aprecio el trascendental aporte de nuestro Comandante en Jefe al movimiento revolucionario cubano, latinoamericano y mundial. Aquí van algunas ideas ilustrativas.
Fidel Castro, tras ingresar a la Universidad de La Habana en 1945, se enroló en el movimiento revolucionario, incluidas actividades como la frustrada expedición contra la dictadura que oprimía al pueblo de la República Dominicana (1947) y su presencia en Colombia en función del Congreso Latinoamericano de Estudiantes, ocasión en la que participa activamente en las manifestaciones populares en el Bogotá de 1948.
Quizás su mayoría de edad política se aprecie en los sucesos en torno al 26 de Julio de 1953, cuando organizó y lideró los Asaltos a los Cuarteles Guillermón Moncada (Santiago de Cuba) y Carlos M. de Céspedes (Bayamo), en el oriente cubano, aunque tal acción careció de éxito militar. A partir de allí, fue capaz de convertir el revés en victoria, alimentado por la experiencia del presidio y el exilio, así como del combate frontal contra la tiranía batistiana en la Sierra Maestra. Todo ello dirigido con Maestría y traducido en el histórico Primero de Enero de 1959.
Ahora me viene a la mente con qué clase de tacto el Máximo Líder de la Revolución Cubana concibió al Gobierno destinado a sustituir aquella tiranía pro yanqui; al tiempo que con sabiduría proyectó la implementación de las medidas que hacían realidad las ideas plasmadas en La Historia me Absolverá –documento resultante de su autodefensa el 16 de octubre de 1953 por los sucesos del Moncada–, tendientes a resolver los problemas de la tierra, la industrialización, la educación, la salud, el empleo y la vivienda.
Simultáneamente, el fundador de la vanguardia político-revolucionaria cubana fue construyendo la unidad entre el Movimiento Revolucionario 26 de Julio, el Partido Socialista Popular (Comunista) y el Directorio Revolucionario 13 de Marzo, lo que se convirtió en actual Partido Comunista de Cuba (PCC) hacia 1965. En tal sentido, su carácter creativo se evidenció al proclamar la necesidad de consultar a las masas para el ingreso de la militancia a la organización partidista –algo inexistente como principio en el Movimiento Comunista Mundial.
Entretanto, el Comandante en Jefe condujo al pueblo a la rotunda victoria en Playa Girón (Bahía de Cochinos, 1961), al honroso desenlace de la Crisis de Octubre (Crisis del Caribe, 1962), al éxito durante la Lucha Contra Bandidos (al amparo del Águila Imperial, primera mitad de la década del sesenta) y a salir airosos en diversos y complejos escenarios internos y externos durante los treinta años que le siguieron al Gran Enero.
Por cierto, hacia mediados de los ochenta de la pasada centuria de su sabia brotó lo que denominamos Proceso de rectificación de errores y tendencias negativas, una fórmula encaminada a perfeccionar el quehacer revolucionario en Cuba, para nutrir y solidificar el Socialismo. Ello, diametralmente opuesto a la orquestación de la Perestroika en la Patria de Lenin –la misma que hacía señales a la izquierda y giraba para la derecha.
Casi veinte años atrás, cuando la contrarrevolución externa e interna apostó a que Cuba sería la próxima víctima después del derrumbe del socialismo al estilo soviético –él lo anticipó en Camagüey el 26 de julio de 1989–, el Primer Secretario del Comité Central del PCC, coherente con su carácter inclaudicable, convirtió lo invencible en cotidiano desde bases realistas y optimistas (para la ocasión, fueron consignas: Resistencia y Desarrollo, y Salvar la Patria, la Revolución y las conquistas del Socialismo).
Con la emergencia de este siglo, justamente en la alborada de la Batalla de Ideas, expresó que lo asombroso no era tanto lo que habíamos hecho, sino lo que nos quedaba por hacer, tal como ya se aprecia en torno a la educación, la salud, la cultura, la Revolución Energética..., y el paulatino bienestar del pueblo, muy a pesar de factores negativos como las múltiples y prolongadas agresiones yanquis vs. el pueblo cubano en las esferas militares, ideo-políticas y socio-económicas; una coyuntura económica internacional adversa, caracterizada por el crecimiento acelerado del costo de los alimentos y otras imprescindibles mercancías que compramos; y la necesidad de enfrentar las consecuencias de desastres climatológicos, de magnitud y frecuencia crecientes –como el que ocurrió en Baracoa, en el extremo oriental del país, el pasado marzo.
De manera que con su liderazgo cubanas y cubanos hemos sido capaces de corroborar la tesis que él formuló el 1ro de mayo de 2000 en cuanto a que Revolución es sentido del momento histórico y cambiar todo lo que debe ser cambiado –en primerísimo lugar.
Simultáneamente, su profunda percepción de que Otro mundo es posible la refleja desde la más legítima convicción martiana de que Patria es humanidad. Ahí están los primeros frutos de su contribución a la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA) y la Operación Milagro (ha mejorado y/o devuelto la vista a miles y miles de necesitados de nuestra región), de la mano de Hugo Chávez. Ahí están... Es que él constantemente procura tributar a la Globalización de la Fraternidad.
Paralelamente, ha venido retomando la naturaleza de aquel Proceso de rectificación de errores y tendencias negativas, con más bríos. Al mismo tiempo, sostiene: “Por buenas que sean las perspectivas en todos los órdenes, no podemos descuidarnos en el más mínimo detalle”.
En el caso específico de lo que respecta a la multifacética agresividad del gobierno yanqui –ahora encabezado por el neofascista de W. Bush–, una vez más el Comandante en Jefe ha delineado la estrategia correspondientes para fortalecer y preservar el Socialismo en Cuba, para que hoy y mañana perdure este ejemplo y esperanza de los pobres de la Tierra, al margen de la complejidad de las condiciones presentes y por venir. Un ejemplo de lo anterior se encuentra en la Proclama que nos dirigió dos años atrás, justamente cuando la vida le interpuso una zancadilla, en la que entre otros elementos nos convocó a trabajar más y mejor cada minuto, todos los días a favor de no dejar lastimar a la Revolución Cubana “ni con el pétalo de una rosa” –al decir de gente de pueblo.
Un aparte deseo hacer sobre la impresión que me causó el descomunal esfuerzo devenido “Cien horas con Fidel”, consecuencia de una fehaciente prueba de entrega absoluta al quehacer en pos de la memoria histórica.
Ante todo, subrayo que a través de las páginas de “Cien horas con Fidel” verifiqué lo que sin dudas ha sido una constante en más de medio siglo de militancia revolucionaria del Líder del pueblo cubano, a saber: su ilimitado apego a los principios de la ética de José Martí –incluye el no mentir jamás–, su desprecio por cualquier actitud derrotista –al margen de que el sentido común pudiera “certificar” la necesidad de renunciar a la lucha– y su convicción de que es posible el perfeccionamiento humano. Esto, asumido en relación dialéctica.
Puntualmente, en el libro en cuestión encontré sobremanera educativo lo concerniente al Capítulo 26: “Después de Fidel, ¿qué?”, en el que se aborda acerca del futuro de Cuba.
Al meditar en lo expresado por el compañero Fidel en esta última parte de su diálogo con el politólogo y ensayista Ignacio Ramonet, vino a mi recuerdo la certeza de su concepción alrededor de la creación de la irreversibilidad de la Patria revolucionaria y socialista, construyendo nuestra invulnerabilidad militar, económica y político-ideológica; en una frase, la utopía desde la perspectiva revolucionaria.
En consecuencia, en el plano militar resulta indispensable afincarnos como nunca en la idea reiterada en múltiples ocasiones por el General de Ejército Raúl Castro, Segundo Secretario del PCC y Presidente de los Consejos de Estrado y de Ministros: ganamos la guerra evitándola, y en función de ello no importan los sacrificios que tengamos que hacer. Además, una máxima ha de servir de buena compañía: “No hay que darle explicaciones, ni pedir excusa o perdón” al Águila Imperial –a tono con las reflexiones del Comandante en Jefe divulgadas el pasado 24 de julio con el título “La estrategia de Maquiavelo”.
En el ámbito económico, resulta indispensable remontar las deformaciones viejas y nuevas, alimentando la vitalidad del Proceso de rectificación de errores y tendencias negativas, con el cual le demos un puntapié a la burocracia, las indisciplinas, las ilegalidades y el delitos –sobre todo a las manifestaciones de corrupción–, y le prestemos mayor atención a nuestras potencialidades aún por explotar, como son estimular una actitud de ahorro de recursos, de eficiencia y de aprovechamiento de la jornada laboral.
Mientras, en el quehacer político-ideológico resulta indispensable perfeccionar incesantemente nuestro sistema de democracia, convertir a la vanguardia revolucionaria de modo creciente en carne-sangre-sudor-lágrimas-corazón-creación de las masas, e impulsar la voluntad de cubanas y cubanos para sentirnos más y más comprometidos con la necesidad estratégica de crear día a día una obra mejor, dondequiera que nos encontremos.
Otro tanto debo apuntar acerca de cómo el Magisterio del Primer Secretario del PCC ha adquirido peldaños incalculables desde que inició su ofensiva periodística a partir de marzo del año pasado, precisamente reflejando la aberración que significa producir maíz, caña y otros productos del agro para biocombustibles de automóviles, amparado en datos de organismos internacionales que han revelado la insostenibilidad del actual orden mundial, y de la mano de sólidos razonamientos de personalidades de la ciencia, la economía y la política.
En esta disposición de ideas, presenta una alternativa entre cuyos elementos aparece cómo todos los países del mundo, ricos y pobres, sin excepción alguna, podrían ahorrarse millones de millones de dólares en inversión y combustible simplemente cambiando todos los bombillos incandescentes por bombillos fluorescentes, algo que Cuba ha llevado a cabo en todos los hogares del país. Sin lugar a dudas, se trata de una indiscutible buena opción asimilada en varios países de Nuestra América –y apenas he resaltado sus tesis en esta dirección.
En el orden personal, las Enseñanzas que el Comandante en Jefe nos ofrece desde su labor periodística –particularmente en lo que va del año presente–, me motivaron a escribir “Nuevas lecciones de Fidel Castro” (www.noticiasdelsur.com, 19/1/08), “Fidel Castro, Fiel a sus Principios” (www.blogalaxia.com, 22/2/08), “Fidel Castro, vergüenza por excelencia” (www.kaosenlared.net, 29/2/08), “Fidel Castro, fuerza en el pensamiento” (www.cubasocialista.cu, 16/4/08) y “Advertencias de Fidel Castro” (www.cubasocialista.cu, 11/7/08 –este a propósito de su título “El recorrido de McCain y el destino manifiesto de la IV Flota”. Ver www.granma.cu, 1/7/08).
Por demás, asumo como propia la carta que el compañero Hugo Chávez dirigió al “Querido Padre Fidel”, “Con el más genuino fervor revolucionario”, en la que le manifiesta al Comandante en Jefe el sentir de millones y millones y millones de personas en el mundo, al expresarle: “Te necesitamos muchos años más entre nosotros con el temple y la entereza que te conocemos: el temple y la entereza del que, cada día, está dispuesto a asaltar al Moncada” –según publicó la prensa nacional e internacional el pasado 28 de julio, justo el día del cumpleaños del mejor discípulo de El Libertador Simón Bolívar.
Con los elementos de juicios que sucintamente he significado, resumo lo expresado hasta aquí: por lo tantísimo que le ha aportado a Cuba, a América y al Universo, con fervor patriótico, revolucionario y socialista exclamo a corazón abierto:
¡MUCHAS, MUCHAS CONGRATULACIONES A FIDEL CASTRO!
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