viernes, agosto 08, 2008

Neruda en las noticias


PEDRO DE LA HOZ
pedro.hg@granma.cip.cu

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Casi no hay un día en que Pablo Neruda deje de aportar novedades. Ahora mismo en este verano —invierno en Chile por su geografía austral—, un bibliófilo de ese país, Nurieldin Hermosilla, recibió una de las sorpresas más grandes de su vida al descubrir en el envío de un anticuario amigo el manuscrito de una breve colección de versos titulada Álbum de Isla Negra.
Los poemas están escritos en la inconfundible tinta verde con que el vate solía registrar su inspiración sobre el papel en blanco —García Márquez contó alguna vez cómo 48 horas antes de viajar a Estocolmo para recibir el Premio Nobel, Neruda trazó en la contratapa del menú de un restorán parisino las primeras frases de su discurso con una lapicera de ese color—, y están dedicados a Alicia Urrutia, joven sobrina de su compañera Matilde, por la que el poeta sentía un afecto especial.
"Para que navegues por mi poesía. Para mi querida Alicia. Isla Negra, 1969", se lee en la dedicatoria adornada por el dibujo de flores silvestres.
"Aquí en Isla Negra está la ola / estrellada que trae tu recuerdo / compañera del cielo. Aquí está el árbol del olvido, / de él saqué un trozo de madera para grabar tu nombre", son algunos de los versos que el coleccionista adelantó a la prensa.
Prácticamente al mismo tiempo emergió del legado del poeta argentino Ricardo Tudela (1893–1984) otro manojo de poemas y escritos en prosa, unos inéditos, otros no, entre los cuales se halla un texto de 1936 titulado "Llegada a Madrid de la Brigada Internacional".
Al reseñar este suceso, el diario argentino Clarín recordó la evolución lírica y política del poeta en esa década: "1935 es una bisagra en la vida del poeta chileno. Después de apenas ocho meses como agregado en Buenos Aires, es transferido a Madrid en junio del 34. Las amistades españolas selladas en Argentina lo saludan con una edición de sus Tres cantos materiales. Ese año publica en España Residencia en la tierra. En algunos círculos poéticos Neruda ya es reconocido como una poderosa voz americana. A comienzos de 1934 se funda en París el Comité de Vigilancia de Intelectuales Antifascistas y en junio de 1935 se organiza el Congreso de Intelectuales en Defensa de la Cultura, al que asisten decenas de escritores, entre ellos Neruda y su amigo, el poeta comunista Raúl González Tuñón. La influencia del autor de La rosa blindada será definitoria para que tanto el chileno como Miguel Hernández se afilien al Partido Comunista".
Todo parece indicar que fue precisamente Tuñón quien entregó a Tudela la correspondencia española de Neruda, en la que aparece la versión definitiva del poemario España en el corazón, publicado luego en 1937 por Ercilla en Chile, y en el que expresa su más hondo compromiso a favor de la República agredida por el fascismo.
Esa posición de principios del poeta enojó al gobierno del conservador Arturo Alessandri, que acudió al sinuoso expediente de cerrar la representación consular chilena en Madrid, con lo que Neruda quedó a la deriva en el servicio diplomático. A finales de 1936 marchó a París y desde allí trabajó por la causa republicana.

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Otra noticia nerudiana da cuenta de una anticipación: el V Congreso de la Lengua Española, que tendrá lugar en 2010 en la ciudad chilena de Valparaíso, potenciará como figuras tutelares a Gabriela Mistral y Pablo Neruda.
"Valparaíso / qué disparate / eres, / qué loco, / puerto loco, qué cabeza / con cerros, / desgreñada, / no acabas / de peinarte, / nunca tuviste / tiempo de vestirte, / siempre te sorprendió / la vida, / te despertó la muerte, / en camisa, / en largos calzoncillos / con flecos de colores, / desnudo / con un nombre / tatuado en la barriga, / y con sombrero¼ ", escribió Neruda en una de sus odas memorables.
El poeta tuvo una casa en Valparaíso. Aunque la más famosa de sus residencias es la de Isla Negra, al borde de un despeñadero que da al mar, coronada por mascarones de proa con formas de cuerpo de mujer, la de Valparaíso se halla también envuelta en la leyenda.
Tenía por nombre La Sebastiana, por el constructor español que tiempos atrás la levantó en uno de los cerros de la increíble ciudad. Una amiga suya, Sara Vial, le habló de la casa. Neruda la adquirió y modificó a la medida de su imaginación. El 18 de septiembre de 1961 la inauguró en lo alto del cerro Florida con una fiesta en la que gente entrañable venida de varios puntos de Chile quedó impresionada por el aire marinero que se respiraba por doquier. La Sebastiana parecía un barco.
En sus memorias, Sara Vial recuerda así al autor de Canto general: "Neruda era un ser maravilloso en el sentido de la curiosidad vital por las cosas, la vida, la alegría de sentirse rodeado por los amigos y las personas en las que confiaba y quería. Era un ser, un poeta hecho para la amistad y la conversación, para el sentido del humor, que era una de las cosas que las apreciaba en las personas".

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Pero si de actualidad se trata, el impacto nerudiano mayor de estos tiempos nace de la evocación de su amistad con Salvador Allende, a propósito de cumplirse este año el centenario del nacimiento del Presidente mártir.
Diversos medios reprodujeron las palabras con que Neruda, ya herido de muerte, describió la barbarie que se desató en su país a raíz del golpe fascista del 11 de septiembre de 1973: "Escribo estas rápidas líneas para mis memorias a sólo tres días de los hechos incalificables que llevaron a la muerte de mi gran compañero el presidente Allende. Su asesinato se mantuvo en silencio; fue enterrado secretamente; sólo a su viuda le fue permitido acompañar aquel inmortal cadáver".
El propio poeta sería víctima poco después de semejante trato por las hordas pinochetistas alentadas por Nixon, Kissinger y la CIA. Un diplomático mexicano, Gonzalo Martínez Corbalá, destacado a la sazón en Santiago, acompañó a Matilde Urrutia en el semiclandestino velatorio de Neruda y en su enterramiento el 24 de septiembre de 1973. En su testimonio dice: "Cuando llegué ese lunes a la Casa de la Chascona (donde vivía la familia Neruda-Urrutia en la capital chilena), encontré un cuadro desolador, caminaba uno quebrando con los pies los vidrios rotos ya de las ventanas a culatazos, las pinturas rasgadas con bayonetas y los relojes de pie despedazados también a golpes de culatas diseminados por el piso. Así salimos al panteón, en un ambiente de campo de concentración, entre dos filas dobles de carabineros a los lados de la avenida".
Neruda y Allende se conocieron inmersos en las tareas políticas. En 1945 coincidieron en el Senado, uno electo por el Partido Comunista; el otro por el Partido Socialista. En las elecciones de 1970, Neruda iba a ser postulado por su formación política para la Presidencia, pero los comunistas, mostrando madurez, decidieron integrar la Unidad Popular y apoyar la candidatura de Allende, a la postre triunfador. Allende admiraba al poeta y este al médico que defendió su causa a costa de la vida.
La Historia los ha juntado para siempre.

No hay soledad inexpugnable

Yo no aprendí en los libros ninguna receta para la composición de un poema: y no dejaré impreso a mi vez ni siquiera un consejo, modo o estilo para que los nuevos poetas reciban de mí alguna gota de supuesta sabiduría. (¼ ) Pienso que la poesía es una acción pasajera o solemne en que entran por parejas medidas la soledad y la solidaridad, el sentimiento y la acción, la intimidad de uno mismo, la intimidad del hombre y la secreta revelación de la naturaleza. Y pienso con no menor fe que todo está sostenido —el hombre y su sombra, el hombre y su actitud, el hombre y su poesía— en una comunidad cada vez más extensa, en un ejercicio que integrará para siempre en nosotros la realidad y los sueños, porque de tal manera los une y los confunde. (¼ ) De todo ello, amigos, surge una enseñanza que el poeta debe aprender de los demás hombres. No hay soledad inexpugnable. Todos los caminos llevan al mismo punto: a la comunicación de lo que somos. Y es preciso atravesar la soledad y la aspereza, la incomunicación y el silencio para llegar al recinto mágico en que podemos danzar torpemente o cantar con melancolía; mas en esa danza o en esa canción están consumados los más antiguos ritos de la conciencia: de la conciencia de ser hombres y de creer en un destino común.

(Fragmentos del discurso de Pablo Neruda al recibir el Nobel en 1971)

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