Blog marxista destinado a la lucha por una nueva sociedad fraterna y solidaria, sin ningún tipo de opresión social o nacional. Integrante del Colectivo Avanzar por la Unidad del Pueblo de Argentina.
sábado, febrero 20, 2016
José del Barrio o la dificultad de ser comunista
José del Barrio. Memorias políticas y militares ha sido editada por Miquel-Àngel Velasco editorial de Pasado & Presente, con un prólogo de Lena del Barrio
Historias como las de José del Barrio, únicamente se explican en el cuadro de la historia comunista en su fase estalinista. Se trata de un “caso” que no ha tenido la resonancia de otras como la de Joan Comorera por ejemplo. Sin embargo, no por ello deja de ser menos representativo. Durante muchos años pareció como el militante que “creía” en el PCE. En un verdadero “martillo de herejes” que, a continuación de una crisis política fue tachado de “traidor” o sea de “trotskista” y otros estigmas parecidos. Del Barrio pudo comprobar lo difícil que de ser comunista en unos tiempos en el que la “razón” estaliniana producía monstruos.
Su autobiografía José del Barrio. Memorias políticas y militares ha sido editada por Miquel-Àngel Velasco editorial de Pasado & Presente (Barcelona, 2013), con un prólogo de Lena del Barrio y epílogo de Fernando Hernández Sánchez…Del Barrio fue el único militante comunista catalán que alcanzó el grado de teniente coronel de milicias y de ostentar la jefatura de un Cuerpo de Ejército.
Comunista como quien dice, desde Octubre de 1917, del Barrio fue quizás el más firme militante del PCE en Cataluña a lo largo de los años veinte y treinta, amén de cofundador del PSUC, cuando su nombre aparece estrechamente ligado al de Miquel Alcubierre, 1/ otro militante del entonces muy minoritario comunismo oficialista catalán.
Llama la atención verlos citados en un documento de mayo del 37 en el que tratan con Rafael Vidiella 2/ sobre la posibilidad de bombardear Barcelona si la crisis de las barricadas no se resolvía a favor del gobierno de la Generalitat. 3/. Ante semejante información, comencé a revisar algunos de los libros en los que se ofrecían diversas referencias sobre un personaje que, finalmente, acabó sus días militando en PSC-PSOE al lado de viejos poumistas que sin duda le recordarían lejanas diferencias que hasta el final del 36, no fueron tantas. De hecho, había sido “camaradas” en los “hechos de Octubre” de 1934 e incluso habían considerado seriamente la posibilidad de una unificación. Era por eso que tanto el POUM como el PSUC utilizan el mismo concepto: unificación, unificados. 4/
Cuando mi tutor militante, el anarcosindicalista Francesc Pedra, hablaba “de los comunistas”, se refería muy especialmente a dos comunistas insertos en la CNT eran los nombres de del Barrio y Alcubierre, a los que conocía personalmente, de cuando ambos trabajaban en Lámparas Z, empresa todavía situada cerca de la plaza España, ambos muy combativos. Pero eso no era suficiente porque el “gran tema” fue la expulsión de ambos de la CNT, central en la que militaban desde los años del pistolerismo, durante los cuales según Pedra, los militantes más combativos se “jugaban la vida y la libertad”. Sin embargo, ambos acabaron siendo expulsados del sindicato por su afiliación política. En la CNT podías ser militante con muchos matices, pero no podías “pertenecer” al partido comunista. En esto la FAI solía ser muy expeditiva. Pedra por cierto tenía algo muy claro: lo más difícil de un ideal era poder ser consecuente en un mundo tan terrible como este.
Esta crisis sucedió el año 1933, y todo porque ambos habían participado como candidato a las lecciones por el Partido Comunista algo que según Pedra estaba penalizado en los “Estatutos” de la CNT desde el Congreso de Sants. Llegó un momento en el que su relato comenzó a suscitar disenso. Servidor ya estaba más fajado en las lecturas, muchas de las cuales facilitaba por un veterano cenetista de la Torratxa, García, que era como una suerte de biblioteca clandestina, en una misión que él consideraba su aporte militante. Recuerdo un día en que García trajo una serie de ejemplares de La Revista Blanca como si fuera oro en paño, y la verdad es que su prestación la consideré como una deferencia muy especial. Pero a lo que íbamos, siempre había debate, y uno de estos fue sobre del Bario y Alcubierre. El mocoso que estaban enseñando había leído que el mismísimo Fanelli había pertenecido a “un partido”, y era diputado, Es más, pudo viajar a España a impartir bakuninismo gracias a las ventajas del cargo, un cargo del que, por lo demás se sentía muy orgulloso. Aquello era demasiado, pero había todavía otro argumento Del Barrio y Alcubierre eran “muy libres” de pertenecer a un partido o de presentarse a las lecciones, otra cosa sería que no cumplieran como sindicalistas.
Siguiendo su pista, me enteré que José del Barrio Navarro había nacido en 1907 en Valladolid, 5/ en el seno de una familia de izquierdas, su padre era un obrero ferroviario republicano y su madre, simpatizante socialista, su hermano mayor Francisco le precedió en todo los pasos de su militancia hasta que falleció en 1933, siendo miembro del Comité Central del PCE. José inició su compromiso militante desde muy joven. En 1915, un año después de la muerte de su padre, José se trasladó a Barcelona con la intención de ayudar a la familia. En 1919 regresó nuevamente a Valladolid donde con la ayuda de la familia realizó estudios de primaria y se inició en eI oficio de mecánico, ya por entonces se consideraba “bolcheviquista”, como se decían entonces casi todos los anarquistas y los socialistas más combativos. Se afilió a la CNT antes del golpe de Estado de Primo de Rivera, y fue uno de los primeros militantes comunistas en la ciudad del Pisuerga. Siguiendo esta vez los paso de su hermano, ya como militante en el PCE, se marcha a Barcelona de nuevo, pero esta vez con la finalidad de ayudar mejor a la familia.
En los años siguientes, del Barrio, codo con codo con su hermano con el repartía tareas políticas, José se convirtió en uno de los hombres más destacados del ínfimo PCE en Cataluña donde tempranamente Joaquín Maurín comenzó a tomar distancias del Komintern, cada vez más atado a las exigencias de la política exterior rusa. Siempre “disciplinado” y con la “fe del carbonero”, José toma parte la organización de una nueva Federación Comunista Catalanobalear del comité de la cual formará parte.
Por entonces, cuando apenas sí tiene 20 años, será responsable de Ia organización juvenil comunista como secretario a pesar de que en un principio se niega; según Vicente Uribe, del Barrio decía que los bolcheviques habían hecho la revolución sin contar con unas juventudes. Esta actividad llevará a del Barrio a ocupar en 1927 la secretaria general de la Unión de Juventudes Comunistas de España, lo que automáticamente comprende la presencia en la más alta instancia del PCE: el comité ejecutivo.
Como es sabido, la Dictadura de Primo de Rivera se mostró especialmente dura con anarcosindicalistas y comunistas, de manera que en 1928, la totalidad de los delegados del PCE que tenían que tomar parte en el VI Congreso de la Internacional Comunista en Moscú, son detenidos, únicamente del Barrio conseguirá atravesar la frontera y llegar a su destino. Este congreso se sitúa en el momento en una espiral colectivista a la que le corresponderá una intransigencia izquierdista para las secciones de la Internacional, y que llevará a dos sectores importantes del comunismo español (el “bujarinista” de Maurín y el “trotskista” de Nin), a crear otras alternativas.
Pero no consta que del Barrio a pesar de su carácter difícil y autosuficiente, tozudo, crítico y con inclinaciones a la discrepancias, mostrará por aquel tiempo ninguna inquietud en este sentido. Sí acaso mostró una animadversión contra los discrepantes. Como comunista, del Barrio nunca dudó que la URSS era el ejemplo a seguir.
Como en España se encuentra en orden de captura, permanecerá en Moscú hasta 1930, regresa nuevamente a Barcelona. En esta época entra a trabajar en Lámparas Z gracias a su hermano Francisco. Obviamente, del Barrio asume en esta primera época de la República todas y cada una de las premisas del “tercer periodo” de la internacional, la misma que llevó a PCE a manifestarse contra la República burguesa en nombre de los soviet, en traducir al castellano la definición de “socialfascismo” (o anarcofascismo), a crear “sindicatos rojos”, detalles que sin duda también estaban detrás de la expulsión de 1933, y que le escaparon a Pedra, quizás porque por entones la FAI insurreccionalista compartía no pocos de estos planteamientos.
En el mes de julio de 1934 viaja de nuevo a Moscú, formará parte de una delegación del PCE para discutir con el CE de la Internacional los problemas de la revolución en España, y al regreso a Barcelona, después de que la CNT rechazara su propuesta de reingreso, pasará a ser secretario de la UGT catalana. En esta época, el PCC no se cuestionaba que la revolución que había que hacer en España no era otra que la obrero-socialista. Es más, en las discusiones que anteceden la constitución del Frente Popular, del Barrio defendió la creación previa de un frente obrero (una posición no muy diferente a la que proponía el POUM), influenciado sin duda por la línea de alianzas que había argumentado George Dimitrov en el VII Congreso del Komintern, pero es derrotado. En 1936 fue uno de los candidatos comunistas en las elecciones para diputado, y figura como uno de los principales fundadores del PSUC, representado en un principios a la corriente más radicalizada, lo que vale decir todavía situado en la línea de “burocratismo revolucionario” del periodo anterior..
José formó parte del Comité Central de Milicias Antifascistas de Cataluña inicial representado a la UGT, pero por su carácter fuerte y voluntarioso acabará asumiendo las tareas militares y marcha al frente de Aragón, su actividad en este terreno es tan discutida como la de tantos otros jefes militares improvisados. El caso es que del Barrio sería, juntamente con Manuel Trueba, uno de los dos jefes de los 1.200 hombres enrolados en las columnas del PSUC. Poco o casi nada se sabía de su intervención en los acontecimientos de mayo del 37. Pero según demuestra Agustín Guillamón, del Barrio se brindó en la ocasión nada menos que a bombardear Barcelona para reducir la revuelta obrera en el más puro estilo estaliniano, después de machacar los barrios proletarios insurrectos. En julio del mismo año, José presidirá la I Conferencia Nacional del PSUC celebrada en Barcelona y al final de la cual fue nombrado miembro del comité ejecutivo de este partido
Pero por su manera de actuar, recibió desde el principio de la guerra duras críticas, especialmente de los “consejeros” internacionales, significativamente de Togliatti, y por extensión de la cúpula del PCE. Fue reiteradamente acusado de desviaciones nacionalistas pequeñoburguesas, sobre todo por su empeño por mantener la máxima autonomía posible del PSUC como “partido nacional”. Dichas acusaciones se fueron acentuando en el último tramo de la contienda, ampliando las acusaciones a otras por sectarismo, así como por haber tratado de rivalizar con otros líderes comunistas del PCE como Líster o Modesto. Pasa al exilio después de haber cubierto la retirada de su partido, hasta que será internado en el campo de concentración de Saint Cyprien, como miles de republicanos exiliados.
Su nombre destaca junto con los de Benejam, García Matas y Perramon. Reclaman la convocatoria de una reunió que se concretará en el Comité Central de Anvers celebrado en la capital francesa los días 2 y 3 de marzo de 1939. Hay un tema central: dictaminar la responsabilidad del partido en la derrota militar. En el curso de la reunión se establece con claridad que el PSUC era un partido de “nuevo tipo”, fruto específico de la unificación socialista y comunista, pero sobre todo porque representaba a una nación sin Estado, algo que hasta entonces no había contemplado la Internacional. Se subraya por lo tanto su independencia respecto al PCE. Del Barrio fue reelegido para el ejecutivo, y también nombrado como parte de una delegación del PSUC integrada en otra más amplia del PCE para debatir lo mismo en el Komintern: la actuación del partido en el curso de la guerra civil. Según testimonios, en Moscú moderó mucho su habitual tono áspero. Es más, subrayó su apoyo el alineamiento del PSUC con el PCUS, lo que no fue obstáculo para su marginación en la dirección del PSUC y su caída consiguiente sobre la ofrece bastante información Miquel Caminal en el tercer tomo de su biografía de Comorera .
En septiembre de 1940 todavía escribió un artículo oficialista titulado La misión histórica a cumplir por el PSUC en el que expresaba su acuerdo con Joan Comorera en la “necesaria bolchevización del partido”, con tal de hacerlo merecedor de ser la Sección Catalana de la Internacional Comunistas que, por cierto, apenas si existía ya como entidad. Insiste que el PSUC tiene que transformarse en un partido marxista-Ieninista-estalinista, con lo cual lo de partido de “nuevo tipo” tiene un difícil encaje. Aunque las reuniones moscovitas concluyeron en julio de 1939, del Barrio permaneció en la capital soviética unos meses más. Pero finalmente, el Komintern le encomienda, junto con su antiguo camarada Miquel Serra Pámies, la supervisión de las organizaciones “psuqueras” en América Latina, Japón y los Estados Unidos, de manera que a finales de 1939 fue enviado a Chile, vía Vladivostok. El 1940 ya estaba en Santiago de Chile organizando a los militantes del PSUC, trabajando para poder vivir y planea la marcha hacia México, contrariando de esta forma a sus compañeros del comité ejecutivo.
El 1941, siguiendo las consignas del partido, José se traslada a Buenos Aires con una documentación falsa. Trabaja en la clandestinidad para organizar una red de enlace con Cataluña así como la distribución de propaganda hasta que resultó relevado del su cargo en Ia Argentina y expulsado del PSUC en una escenificación desarrollada en Santiago de Chile, el 8 de enero de 1943. En sus memorias, del Barrio explica que todo se debió asu independencia de criterio y a su defensa del carácter diferencial del PSUC frente al PCE, desde el cual lo acusaron de desviacionista, nacionalista, pequeñoburgués Esto provocaría el segundo momento álgido en la crisis de la llamada “bolchevización” del PSUC, concepto que se puede traducir por otra vuelta a la turca en la subordinación a la URSS. Paradójicamente, durante esta fase, el aguerrido estalinista del Barrio fue considerado por sus antiguos camaradas como un “trotskista” infiltrado, y por lo mismo como un agente de la burguesía, y por lo tanto como uno de Ios grandes renegados y traidores al partido como luego lo será el propio Joan Comorera.
Del Barrio marcha finalmente a México donde, junto con otros expulsados, formará una agrupación que se dirá “Acció pel Redresament del PSUC a I’exili”, dedicada en parte a la crítica de la política del secretariado del PSUC. El 1944, con una documentación chilena falsa, logra enrolarse como marinero para intentar llegar a Francia, lo que conseguirá dos años más tarde. En 1948 fundará, junto con Félix Montiel, antiguo diputado comunista por Murcia, el Movimiento de Acción Socialista (MAS) y el maquis conocido como “El Esquinazo”, y durante un tiempo del Barrio fue un ferviente “titoista”, para distanciarse a continuación El MAS acabará siendo disuelto por las autoridades franceses el año 1958, aunque resistirá en la clandestinidad hasta 1963, fecha en la que fue definitivamente liquidado sin haber jugado un papel significativo en ningún momento. Residente en París hasta su muerte, José del Barrio realizaría frecuentes incursiones a Sitges y a Barcelona. Desde 1977 hasta su muerte militará en el PSC-PSOE donde lo que quedaba del MAS será absorbido.
En esta última época contribuirá con sus minuciosas declaraciones en obras históricas tan señaladas como las de Joan Estruch, El PCE en la clandestinidad, 1939-1956 (Ed. Siglo XXI, Madrid, 1982); y la de Gregorio Morán, Miseria y grandeza del Partido Comunista de España, 1939-1985 (Planeta, Barcelona, 1986).
Pepe Gutiérrez-Álvarez
Notas
1/ La militancia de Miquel Alcubierre acompaña a la de del Barrio en Lámparas Z la CNT, la UGT, el PCC y luego en el PSUC Su pista se pierde en el exilio mexicano
2/ Rafael Vidiella (1890-1981), tipógrafo, militante destacado de la CNT (1911-1932), pasa ser funcionario del Ayuntamiento de Barcelona y uno de los líderes de la UGT y del PSOE En julio de 1936 es nombrado secretario de relaciones del PSUC y jefe del Comité de Investigación)n del CCMA, sustituirá simbólicamente a Nin en la consejería de Justicia (diciembre 1936), se mantendrá como uno de los líderes del PSUC en el exilio, y regresó a Cataluña en 1974. Contó su vida a Montserrat Roig que escribió, Rafael Vidiella, L´aventura de la Revolució (Laia, Barcelona,1976)
3/ Agustín Guillamón, Barricadas en Barcelona (Ed. Espartaco Internacional, Barcelona, 2007) Ver anexo F: Teletipo de Vidiella, que comunica el plan elaborado por José del Barrio para acabar con los disturbios de Mayo de 1937 bombardeando Barcelona, 7 Mayo 1937. A las 1.25.
4/ El carácter de esas diferencias van más allá del ámbito poumista para alcanzar también a algunos de los antiguos bloquistas como Ángel Estivill y Llibert Estatus (asesinado en el exilo por los estalinistas según fuentes que no han sido contradichas), que ingresaron en el PSUC, y que también fueron acusados de “trotskistas”.
5/ Para más datos: Josep Lluís Martin i Ramos, Els origens del Partit Socialista Unificat de Catalunya (1930-1036) (Ed. Curial, Barcelona, 1977); Miquel Caminal, Joan Comorera (Empúries, Barcelona, 1985) sobre todo los volúmenes II Guerra i Revolució (1936-1938) y IIII, Comunisme i Nacionalismo (1939-1958), amén el Diccionari biogràfic del moviment obrer als països catalans (Ed. Universitat de Barcelona-Publicacions de l´ Abadía de Montserrat.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario