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domingo, febrero 21, 2016
Camilo Torres, el fuego y la palabra
A 50 años de la muerte en combate de Camilo Torres Restrepo, compartimos un repaso de su vida como estudiante, periodista, sacerdote, docente, guerrillero y dirigente político.
“Yo quiero decirle al pueblo colombiano que este es el momento. Que no le he traicionado. Que he recorrido las plazas de los pueblos y ciudades caminando por la unidad y la organización de la clase popular para la toma del poder.
Ya todo está preparado. ¿Qué más esperamos, colombianos? Yo me he incorporado a la lucha armada. Desde las montañas colombianas pienso seguir la lucha con las armas en la mano, hasta conquistar el poder para el pueblo. Me he incorporado al Ejército de Liberación Nacional porque en él encontré los mismos ideales del Frente Unido”
Estas palabras son un fragmento de la “Proclama a los colombianos” que se dieron a conocer para el primer aniversario del ELN, la firma “Camilo Torres Restrepo. Desde las montañas, enero de 1966”. Apenas un poco más de un mes después, Camilo moría bajo una ráfaga de balas. Trataba de conseguir su primer fusil, dentro de las reglas de cualquier combatiente, robándoselo al enemigo y en combate.
Pero aquellas líneas, además de ser la explicación de su incorporación a la flamante guerrilla, son el reflejo de las convicciones más profundas de Camilo Torres. Su vida se caracterizara por una sucesión de episodios y opciones que explican y fundamentan los siguientes. En un espiral ascendiente de compromiso político que lo pasean por el periodismo, el derecho, el sacerdocio, la sociología y su academia, la dirigencia popular y la guerrilla.
Jorge Camilo Torres Restrepo nació el 03 de febrero de 1929, hijo del matrimonio de Calixto Torres Umaña e Isabel Restrepo Gaviria. Familia acomodada de la nueva burguesía colombiana, por lo que pasa los primeros tres años de su vida en Europa: Bruselas y Barcelona son su hogar en esos tiempos. Vuelve a Colombia para ocupar un asiento en los colegios más importantes de Bogotá, pasando por el Colegio Alemán de Bogotá, el Bachillerato de la Quinta Mutis, donde repite cuarto año, y luego el Liceo Cervantes de donde se recibe como bachiller en 1946. Durante todo este periodo Camilo también incursiona en el periodismo, escribiendo y editando el periódico El Puma.
Luego colabora en el diario La Razón, mientras cursa la carrera de Derecho, proyecto abortado por el llamado de su convicción. Tras un intento fallido (su madre lo baja del tren con dos policías) de ingresar al Convento de los Dominicos, logra unirse en el Seminario Conciliar de Bogotá. En 1954 adelantan su ordenación para lograr anotarse en la carrera de Sociología en la prestigiosa Universidad Católica de Lovaina, Bélgica. Experiencia trascendental en la vida de Camilo: allí, antes de graduarse en 1958, conoce entre otros a François Houtart, a Henri Grouès, se relaciona con la Democracia Cristiana, los sindicatos cristianos y grupos de la resistencia argelina. Además en 1955 funda el Equipo Colombiano de Investigaciones Socioeconómicas, junto a un grupo de estudiantes colombianos.
En 1960, junto a Orlando Fals Borda, funda la Facultad de Sociología en la Universidad Nacional, donde desde el año anterior era Capellán auxiliar. Años después, para 1962, Camilo deberá renunciar a sus actividades en la Universidad Nacional luego de acompañar el reclamo y las manifestaciones contra la suspensión de la matrícula a diez estudiantes por asuntos políticos. Ese mismo año y luego de la salida de la Universidad Camilo forma parte del comité técnico de la Reforma Agraria, del Instituto Colombiano para la Reforma Agraria.
Los últimos años de su vida transcurren entre trabajos sociológicos verdaderamente originales sobre la triste realidad de algunos colombianos y la profundización de su perfil político y dirigente en su mejor acepción. Ambas cuestiones comienzan a sumarle más presiones desde el clero, situación que desemboca en su renuncia al sacerdocio en 1965. Año, también, de creación del Frente Unido del Pueblo y el periódico Frente Unido. Octubre de 1965 ya lo encuentra en el monte. Su última trinchera.
Camilo Torres, vigencia de una época
Camilo Torres es sin duda el símbolo de una época marcada a fuego por la violencia política. Ya en mayo del 65 -en un discurso pronunciado en el homenaje que le ofrecieron estudiantes de la universidad nacional- analizaba: “…cuando la clase dirigente, a pesar de seguir detentando el poder con todos sus factores, se ha demostrado incapaz para manejar el país, esta misma clase tiene que recurrir a la represión contra todo el que propicie un cambio…”
En el año 1948 en Colombia se produce el asesinato de Jorge Gaitán, candidato por el Partido Liberal a la presidencia de la republica. La enorme reacción popular es conocida por la historia popular colombiana como el “Bogotazo”. Para algunos es el año del surgimiento de las Autodefensas Campesinas que luego dan origen a las FARC, también es el proceso de nacimiento del ELN.
El hilo que recorre el pensamiento de Camilo es ampliamente compartido por la militancia de aquel momento que en todo el continente entendía que las clases dominantes no iban a entregar el poder de forma pacifica ni renunciar a sus privilegios tan fácilmente.
Hay quienes afirman que Camilo se incorpora a la lucha armada a “solicitud del ELN pero ante unas condiciones de seguridad bastante criticas”.
Camilo va en una ida y vuelta constante del Frente Unido a la Teología de la Liberación. Sobre la unión revolucionaria decía: “tenemos que lograr la unión revolucionaria por encima de las ideologías que nos separan; al mismo tiempo que bregaba por el acercamiento entre comunistas y cristianos: “nosotros nos ponemos a discutir si el alma es mortal o inmortal y dejamos sin resolver un punto en que si estamos todos de acuerdo y es que la miseria es mortal”.
Camilo, el sacerdote guerrillero ocurre indudablemente en un momento de auge, un hecho importante para la historia que abrió el cristianismo en America, por ejemplo es reconocida la participación de muchos cristianos en la lucha armada tras la muerte de Camilo, no solo en Colombia. En Argentina es recordado el “comando Camilo Torres” uno de los grupos que conformaron en sus inicios la organización político-militar Montoneros.
Muere en combate, el 15 de febrero de 1966, en la vereda de “Patio Cemento”, en Santander. Sus restos mortales fueron sepultados en algún lugar clandestino, desconocido hasta el momento.
En Camilo y su época hay una comprensión del momento histórico extendida en todo el continente, era necesaria la lucha armada, para defender al pueblo y las conquistas sociales ante los ataques y la violencia de la oligarquía, sin embargo nos interesa destacar que en la propuesta del Frente Unido y en el desarrollo que hace Camilo en sus “mensajes” a los cristianos, a los campesinos, a los comunistas, a las mujeres, a los sindicalistas, etc., está su propuesta política más integral. Una idea gramsciana de conformar un “bloque histórico” de las mayorías populares o clases populares como decía.
El legado de Camilo Torres Restrepo tiene hoy un enorme vigor, el pensamiento y la acción que atraviesa su obra y su vida es guía indispensable de estudio de cualquier proceso emancipatorio en el mundo entero.
Francisco Farina y Federico Orchani – @panchofarina y @fedeorchani
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