viernes, abril 17, 2020

Brasil, crisis y pandemia

El fascista Bolsonaro se ha convertido en adalid de los “libertades” y de la libre circulación.

En Brasil, de norte a sur, muchos negocios y empresas no esenciales siguen abiertos. Esto ha motivado huelgas y cacerolazos, al grito de “Fuera Bolsonaro”. Cuando dijo que el virus se “estaba yendo”, salieron a la luz que los casos no sólo estaban aumentando, con picos de internaciones, sino que había un sub-registro de muertos por covid19. El Consejo Nacional de Justicia y el ministerio de Salud tuvieron que intervenir.
Las cifras oficiales constatan un crecimiento de la epidemia. El ritmo de contagio en los últimos días se compara con el de los países más complicados. Se estima que hay doce veces más de contagiados que lo que reconocen las cifras oficiales, según informa O Globo; ataca a los barrios más pobres y hace estragos en los estados norteños. El número de internados en Río se duplicó en la última semana. Los peores meses serán mayo y junio. Luego de las provocaciones lanzadas por Bolsonario a China, Brasil le ha comprado al país asiático casi 1.000 toneladas de insumos sanitarios.

Aislamiento vertical

Un cuarto de los muertos está por fuera de los grupos de riesgo, lo que muestra lo errado de la política bolsonarista de “aislamiento vertical” - a los mayores de 60 y con co-morbilidades. “En Brasil, la proporción de personas menores de 60 años que murieron a causa de Covid-19 es más de cinco veces mayor que la registrada en España (4,6%)” (O Globo, 13/4). La Corte Suprema determinó que los gobernadores y alcaldes tienen decisión autónoma sobre la realización del aislamiento social.
Según epidemiólogos, el aislamiento “ideal” para evitar el colapso del sistema de salud es del 70%, pero en San Pablo se registra el 55%, y en Río de Janeiro (RJ) oscila entre 45% y 59%.

Estadísticas y crisis

El ministro de Salud brasileño, Luiz Mandetta, dijo en TV Globo que “la gente duda si hacerle caso al presidente (Bolsonaro)”. Una semana atrás, Mandetta casi fue echado por Bolsonaro por “diferencias” sobre el abordaje de la pandemia, pero la intervención del ala militar del gobierno, encabezada por el general Walter Braga, lo impidió. Mandetta dijo también que, con estadísticas mejores, se puede planificar el combate al Covid19, en un sistema de salud que “carece de los respiradores suficientes”.
No se sabe si los decesos declarados por neumonía o insuficiencia respiratoria responden en realidad al Covid19. Los registros se llenan con informaciones que no pueden confirmar la causa del deceso. Los casos registrados de insuficiencia respiratoria subieron un 10% respecto a marzo de 2019, y 6,8% los de neumonía.
Mandetta dijo que en mayo y junio se verán los picos de la enfermedad. Bolsonaro, en cambio, dijo que el virus “se está yendo”. El ministro declaró este domingo: “Espero que esta validación de los diferentes modelos para hacer frente a esta situación pueda ser común y que podamos tener un discurso único y unificado”. El vicepresidente pidió discutir “intramuros”, no “frente a la prensa”.
Aunque para algunos el ministro busca forzar su renuncia, pero para otros se trata de una divergencia que podría arrastrar al propio presidente.

Emiliano Monge
16/04/2020

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