Se trata de un drama judicial basado en hechos reales que cuenta con un elenco de estrellas que incluye a Eddie Redmayne (La chica danesa), Sacha Baron Cohen (Borat), Jeremy Strong (Succession), Frank Langella (Frost/Nixon) y Joseph Gordon-Levitt (500 días con ella). Hasta se permite una pequeña intervención de Michael Keaton.
Corría el año 1968, Estados Unidos hacia 4 años que sostenía su guerra imperialista en Vietnam y amplios sectores de la población (estudiantes y afroamericanos principalmente), se movilizaban para frenar el conflicto bélico que hasta ese momento ya contaba con 30.000 bajas norteamericanas (cuando finalizó la guerra Estados Unidos a 60.000 y Vietnam aproximadamente a 1.100.000). Es así que ante la Convención Nacional Demócrata que se realizaría en Chicago ese año, distintos grupos se dispusieron a aprovechar el acontecimiento para manifestar su oposición a la Guerra. Los jóvenes marchaban con pancartas y hasta entonando poesías de Allen Ginsberg. Por las noches disfrutaban de la música e incluso algunos, del amor libre.
¿No hay juicios políticos?
Quienes participaban de estas protestas provenían de diferentes organizaciones que iban desde los que estaban mas orientados a la intervención política partidaria, pasando por los hippies y hasta objetores de conciencia. El grupo para detener la guerra de Vietnam (MOBE) era el más organizado y proponía una movilización masiva sin violencia, mientras que el grupo del Partido de la Juventud se orientaba también a la movilización, pero proponía realizar el "Festival de la vida" de música y teatro inspirado en Woodstock, poniendo no solo en cuestión la guerra sino también el estilo de vida de la sociedad norteamericana. Pero más allá del clima festivo la situación del país era explosiva. Los asesinatos políticos de Martin Luther King y de Robert Kennedy dan muestra del contexto en el que se vivía.
A ese hervidero social las autoridades de la ciudad, para mantener el “orden”, reunieron 12.000 agentes de policía de la ciudad en turnos de doce horas, a los que se le sumaron 7.500 soldados del Ejército y 6.000 miembros de la Guardia Nacional.
Fue la crónica de una represión anunciada. A las detenciones y la prohibición de acampar en el parque, les siguió el desenfreno de la violencia policial.
Quién inicio los disturbios será el eje central de la película con algunos flashbacks que nos irán dando la pauta de cuáles fueron los momentos decisivos. Aunque también entra en cuestión cómo el estado se sirve del poder judicial para perseguir y disciplinar a quienes lo ponen en cuestión.
La sangre que fluye
Dicen que Tom Hayden, uno de los líderes de MOBE, antes de que se iniciaran los enfrentamientos dijo “si la sangre va a fluir, déjala fluir por toda la ciudad”. Por los incidentes, los líderes de la protesta fueron a juicio por el delito federal de conspiración y el estado buscaba el castigo ejemplar de una condena de 10 años.
Con la dirección de Aaron Sorkin (Apuesta maestra), y en más de 2 horas entretenidas y fluidas vemos como los acusados se posicionan frente al juicio. Algunos buscando solo la absolución y otros tratando de aprovechar la exposición para sumar más jóvenes a su causa. De estos últimos Abbie Hoffman se destacaba como un líder carismático que era seguido por una multitud que admiraba su humor y trasgresión para enfrentarse al gobierno. En ese plan Hoffman, ante la evidente parcialidad del juez, usaba toda su ironía y sarcasmo para burlarse del magistrado.
También participó del juicio Bobby Seale, fundador del Partido de las Panteras Negras, quien debió sufrir con mayor intensidad el autoritarismo del juez y el racismo imperante. El personaje de Seale protagoniza, la que tal vez sea la escena más fuerte de la película.
En definitiva, se trata quizás de una versión edulcorada de aquellos días que conmovieron a la ciudad de Chicago. Algunos hechos, como el testimonio en el juicio del prestigioso escritor Norman Mailer, están ausentes y algunas banderas rojas que sabemos que flamearon esos días también.
Si bien los hechos sucedieron hace 50 años, Hollywood, no puede evitar volver a aquella historia que dejó su marca en toda una generación. Fue una guerra sostenida tanto por gobiernos Demócratas como Republicanos, los cuales, privilegiando su agenda imperialista, diezmaron al pueblo de Vietnam e incluso a la propia juventud norteamericana.
Un guiño del director parece darnos la clave de su búsqueda, la situación actual de Estados Unidos y el fracaso de los diferentes sectores del progresismo para llevar adelante un programa mínimo para hacer frente a problemas que en estas últimas 5 décadas no se resolvieron. En línea con esa derrota generacional podemos volver a El gran Lebowski de Joel y Ethan Coen (1998), 5 Sangres de Spike Lee (2020) y Last Flag Flying de Richard Linklater (2017). Y para quienes se interesen en el conflicto con mayor profundidad desde los aspectos políticos e históricos tienen el muy recomendable documental The vietnam war de Ken Burns.
Julio Urquia
@discipulodemarx
Jueves 22 de octubre | 18:41
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