El proceso judicial condenó a prisión a algunos responsables, pero el juicio popular pronunció una sentencia inapelable: mientras se congregaba en las calles para condenar a esa Alianza Antiobrera, reivindicó el camino de la lucha organizada y la solidaridad de clase como recurso inmejorable de la clase trabajadora y la militancia que la acompaña.
Desde CORREPI, en las calles y en los estrados, exigimos juicio y castigo a TODOS los culpables, por eso nos sumamos a este imprescindible ejercicio no sólo de la memoria, sino también de renovada confianza en las fuerzas de la clase trabajadora, cuya lucha incesante fue, es y seguirá siendo, el motor de la historia.
Con un abrazo a todos y todas,
Ismael Jalil y María del Carmen Verdú Militantes de CORREPI
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