El Banco Mundial, la OCDE, UNESCO y ONU, entre otras organizaciones internacionales multilaterales que representan claramente los intereses mundiales del capitalismo, les han marcado el rumbo a seguir a los gobiernos nacionales.
El “Marco para la reapertura de las escuelas”, dictado por la Unesco en junio pasado, exigió reabrir las escuelas para ‘garantizar el desenvolvimiento social’ que permita que el circuito de la economía mundial pueda reactivarse. No prosperó debido al alto ritmo de contagio de la Covid y a la resistencia de amplios sectores docentes y de las familias de alumnos.
La segunda ola de reaperturas de escuela ocurrió en septiembre. Los cuatro ejes prioritarios fueron: “funcionamiento seguro de las escuelas, foco en los aprendizajes, bienestar y protección y llegar con la educación a los más vulnerables”. Sostenían “que las escuelas no se han asociado con aumentos significativos en la transmisión comunitaria”, y que “los cierres de escuelas han tenido cada vez más claros impactos negativos en […] los ingresos familiares y de la economía en general”.
El “poco aumento de transmisión viral” fue desmentido por el alto contagio de coronavirus. En todos los continentes se cerraron escuelas que habían sido abiertas.
Esta reincidencia al fracaso demuestra que el sistema capitalista mundial no puede funcionar sin exponerl a la población al contagio masivo.
La Iglesia
Una de las particularidades de esta segunda ola de regreso a las escuelas a nivel mundial es que la Iglesia se ha jugado a fondo por la reapertura. No es de extrañar, ya que administra en todo el mundo una buena porción de la educación privada y público-privada.
La Iglesia se ha sumado al pedido de reabrir escuelas “para que los más humildes puedan recibir educación”. Para eso ha convocado al empresariado clerical educativo y a los padres. El empresariado clerical educativo es piedra basal de apoyo en el pedido de regreso a las escuelas.
Asistimos en varios países del mundo a un “pedido de padres” por el regreso a las escuelas. Se busca armar una base de masas para el libertismo fascista.
¿Y en Argentina?
El Consudec (Consejo Superior de Educación Católica) ha dispuesto organizar a “las familias y padres de los estudiantes”. Han organizado caravanas el pasado sábado 24 en algunas provincias y desarrollaron un “Encuentro Nacional de Familias por la Educación”, días más tarde. Consudec ha conquistado el apoyo de fundaciones y asociaciones civiles, desde donde se busca soluciones “innovadoras” para la educación.
En tanto, Faera (Federación de Asociaciones Educativas Religiosas de la Argentina) está pidiendo “con urgencia” el regreso a la presencialidad “parcial” en todo el país; aún en aquellas provincias donde los sistemas de salud están colapsados.
Ambas son un punto de apoyo importante para la política de Trotta y el Consejo Federal de Educación, que nuclea a todos los ministros de Educación del Interior.
Es tarea de la docencia organizarse para combatir estas corrientes y defender el no regreso a las escuelas, en resguardo de la salud y la vida. Como está sucediendo en Caba, donde docentes y padres se están organizando para rechazar las “burbujas” educativas que ya cuentan con varios contagios.
Diego Carrazán
02/11/2020
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