Hasta entonces, habrá que “batallar este proyecto que tiene que ser porque el Museo no es patrimonio de la Argentina, sino que es patrimonio de la Humanidad”, apostó la flamante embajadora argentina ante el organismo internacional, Marcela Losardo. “Tenemos todo este tiempo, estoy contenta”, se definió durante el acto de firma y entrega oficial del documento, que se llevó a cabo en las afueras del casino de oficiales donde funcionó el centro clandestino de la Escuela de Mecánica de la Armada, y del que también participaron los ministros de Educación, Jaime Perczyk; de Justicia, Martín Soria; y de Cultura, Tristán Bauer, titular e integrantes, a su vez, de la Comisión Nacional Argentina de Cooperación con la Unesco (Conaplu).
“Que estén sentados cuatro ministerios en este acto significa lo importante que es esta candidatura para el Estado, lo importante que es para el Estado si logramos que este museo se transforme en el patrimonio del Nunca Más”, destacó Pietragalla Corti, quien remarcó que el museo, así como la iniciativa para que integre los lugares del Patrimonio del Nunca Más –como lo es, por ejemplo, el campo nazi de concentración y extermino de Auschwitz-Birkenau, en Polonia o el puente viejo de Mostar, en Bosnia-Herzegovina– “es la mejor respuesta que podemos dar a los discursos negacionistas y de odio que buscan reinstalar planteos que ya superamos hace mucho. Esto que estamos haciendo acá hoy es institucionalizar la memoria”, planteó.
El expediente firmado por Pietragalla Corti y entregado a Perczyk contiene información detallada del museo así como del valor histórico y social que tiene el espacio para la sociedad argentina y la región: “Es el resultado de años de trabajo de un equipo interdisciplinario para reunir la información técnica y la documentación del museo que requiere Unesco para presentar la nominación”, señaló Alejandra Naftal, directora del museo. La información abarca desde datos biográficos y edilicios del lugar hasta aquellos que amplían las razones que explican que sea la representación de las crímenes de lesa humanidad que tuvieron lugar durante la última dictadura cívico militar en todo el país, pero también el trabajo de memoria, verdad y justicia que los organismos de derechos humanos, les sobrevivientes y la sociedad han logrado sobre aquellos.
“Estoy orgullosa de estar al frente de una misión política tan importante”, aseguró Losardo a su turno. Como flamante embajada ante la Unesco –fue antes ministra de Justicia y Derechos Humanos–, será la encargada de dirigir los esfuerzos para llevar la nominación hasta su propósito: integrar el Museo Sitio de Memoria ESMA en la ajustada lista de lugares que Unesco considera que aportan un “valor universal único” a la humanidad. “Nuestra política de derechos humanos es la más importante que tenemos y además un punto en común con la Unesco, porque todo lo que hace tiene que ver con los derechos humanos”, consideró.
El documento partirá durante las primeras semanas de enero desde la Cancillería hacia las oficinas centrales de la Unesco en París, Francia, vía valija diplomática. Durante ese mes se presentará al Centro de Patrimonio Mundial del organismo y, a partir de entonces, se abre un período de estudio, chequeo y deliberación de su parte. Se prevé que a mediados del año próximo, una delegación del comité directivo visite el sitio de memoria que funciona en lo que fue el centro clandestino de detención y tortura, además de maternindad clandestina y espacio de trabajo esclavo de la Marina durante el terrorismo de Estado. La definición llegará recién a mediados de 2023.
Los ministros que participaron del acto también destacaron la nominación. Perzcyk destacó el “consenso que lograron los organismos de derechos humanos en toda la sociedad” sobre los crímenes de la última dictadura como base de la existencia del Museo, así como “las políticas públicas de derechos humanos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández, y que continúan en el gobierno de Alberto Fernández”. Bauer también eligió recordar a las Madres y las Abuelas de Plaza de Mayo, les Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas, las agrupaciones de Hijos y de sobrevivientes que “frente a tanto odio y agravio supieron presentar batalla desde la paz y supieron vencer”. Para Soria, el museo “es un emblema del terrorismo de Estado” que, convertido en museo y sitio de memoria significa “sembrar memoria”. Todes se comprometieron a convertirlo en patrimonio mundial.
Ailín Bullentini
28 de diciembre de 2021 - 00:30
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