El segundo crimen en menos de un mes.
Tropas israelíes asesinaron este miércoles en Cisjordania a Ghofran Warasneh, una periodista palestina que cumplía su primer día de trabajo para una radio. Es el segundo crimen contra trabajadores de prensa en pocas semanas, ya que recientemente había sido abatida Shireen Abu Akleh, la corresponsal de la cadena Al Jazeera.
A Warasneh, un soldado le disparó durante un operativo en territorio ocupado cisjordano (Arroub, al norte de Hebrón), de esos que las fuerzas de seguridad hacen recurrentemente. Los efectivos impidieron que personal de salud asistiera a la víctima, que murió desangrada. El Ejército alega que la periodista portaba un cuchillo, algo que los testigos niegan.
El caso tiene muchas coincidencias con el de Shireen, que también fue baleada mientras cubría un operativo de las fuerzas de seguridad. En ambas ocasiones, las tropas israelíes atacaron los cortejos fúnebres. El último adiós a Warasneh se vio perturbado por la represión, que dejó un palestino herido por armas de fuego.
La misma semana del crimen de Warasneh, otros dos palestinos fueron asesinados, elevando la cifra a más de 60 en lo que va del año.
Paralelamente, el gobierno continúa la usurpación territorial. A mediados de mayo, aprobó la construcción de 4.000 nuevas viviendas y la legalización de dos nuevos asentamientos en Cisjordania, donde ya viven medio millón de colonos. El reverso de la medalla es la expulsión de mil nuevos palestinos, por orden de la Corte israelí, de una región cisjordana declarada zona de fuego militar.
Las agresiones y provocaciones contra el pueblo palestino son incesantes. A fines de mayo, se realizó la marcha anual que organizan los grupos ultranacionalistas en Jerusalén Este, en conmemoración de la victoria israelí en la guerra de los seis días (1967), que culminó con la anexión de esa franja de la ciudad y de Cisjordania. Alrededor de 80 palestinos fueron atacados por las bandas derechistas en el curso de la procesión (veinte de ellos debieron ser hospitalizados), bajo cánticos antiárabes e inclusive de celebración de la muerte de la periodista de Al Jazeera.
Mientras tanto, la Knéset –parlamento israelí- discute si renueva una ley de emergencia que extiende el derecho penal israelí y algunas leyes civiles (referidas a cobro de impuestos y provisión de servicios de salud) para su aplicación a los colonos –excluyendo a los palestinos. La norma entró en crisis como fruto de la inestabilidad política israelí. El bloque de oposición que responde al exprimer ministro Benjamin Netanyahu amenaza con votar en contra, no por estar en contra de la misma, sino con la intención de golpear al oficialismo y abrir el camino de nuevas elecciones, en que algunas encuestas lo colocan en primer puesto. La actual coalición de gobierno es un ensamble de formaciones políticas de todo pelaje, desde la extrema derecha del primer ministro Naftali Bennett al Ra’am (partido árabe), con una mayoría sostenida con alfileres.
Repudiamos el crimen de Ghofran Warasneh y todos los crímenes contra el pueblo palestino. Abajo el Estado sionista. Por una Palestina única, laica y socialista. Por una federación de pueblos socialistas de Medio Oriente.
Gustavo Montenegro
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