domingo, agosto 21, 2022

El affaire del estacionamiento y las grúas en la Ciudad de Buenos Aires


Uno de los tantos negociados del gobierno de Horacio Rodríguez Larreta (en este caso, heredado de Mauricio Macri) acaba de estallarle en la cara como una fruta podrida.
 Desde 1990, dos empresas, Dakota SRL y BRD SAICFI, explotaron la concesión de grúas y el acarreo de autos en la Ciudad de Buenos Aires. Hasta hace 15 días, también controlaban el cobro del estacionamiento medido a través de los parquímetros y las máquinas tickeadoras. 
 El año pasado hubo 125.000 acarreos y facturaron $547 millones. El gobierno porteño, que paga el sueldo de los agentes de tránsito que van en las grúas y el 20% de los salarios de los trabajadores de ambas concesionarias, apenas recibió $1,3 millones, el 0,2%. Migajas. 
 Esto se explica porque el canon mensual está congelado desde 2014 y es ridículo: 55.000 pesos mensuales cada empresa. Una forma de medir la estafa es que en 2014 la tasa de acarreo salía $350 y este año más de $6.000. Pero el canon es el mismo. 
 Pero, además, Dakota y BRD operan hace 21 años con contratos vencidos, prorrogados discrecionalmente, a su turno, por Mauricio Macri y Rodríguez Larreta. El PRO y sus socios bloquearon todo llamado a una nueva licitación que les arrebatara un negocio millonario, obtenido a expensas de la población.
 Los negocios de las empresas van más lejos que las grúas: Dakota, de la familia Violante, opera 15 enormes playas de estacionamiento en CABA, concesionadas por el gobierno de la Ciudad -la de las plazas Congreso y Lavalle, por ejemplo. Los directivos de BDR, cercanos a Hugo Moyano, están denunciados como posibles evasores fiscales por sus cuentas en Suiza. 
 Pero, como dice el refrán, no hay peor astilla que la del mismo palo. Esta vez la denuncia salió del riñón del gobierno. Más precisamente del auditor Juan José Calandri, un hombre de la Coalición Cívica. “En media hora las grúas recaudan los $55 mil del canon mensual”, dijo Calandri ante cuanto micrófono le pusieron por delante. “Calandri soy yo”, suele decir Elisa Carrió (LN, 16/8). 
 La denuncia, que puso a Larreta al borde de una primera derrota legislativa, expresa la escalada de los choques dentro de JxC. Porque, como bien señala Infobae, “lo curioso es que el último informe de la Auditoría, que fue publicado en marzo de 2021 y analizó la situación hasta el 31 de diciembre de 2016, había sido aprobado por unanimidad” (Infobae, 18/7).
 El cañonazo de Carrió dio en el plexo solar de Larreta, que se postula como el más honesto de los candidatos, por oposición a la corruptela kirchnerista. Toda la oposición aprovechó la volada, constituyendo de facto un “frente antigrúas” -desde Milei hasta Solano- que propuso votar la baja de la licitación, ilusionados con tener un quórum prestado por los cuatro legisladores de Carrió. La noche antes de la sesión, un TT de Carrió confirmó la presencia. 
 Sin embargo, la sangre no llegó al río. Para evitar la fractura del bloque oficialista, Larreta anuló por decreto la prestación del servicio de las empresas y estableció que AUSA lo ejerza hasta fin de año, cuando debería entrar en vigor una nueva concesión. Aplacados, ni los de la Coalición Cívica ni los republicanos dieron quórum. Y la meneada comisión investigadora quedó en el olvido. 
 La nueva licitación, sobre la que nadie dice ni pío, es un zarpazo contra la población porque amplió el estacionamiento arancelado a toda la Ciudad. De las históricas 4.000 plazas aranceladas, la Legislatura las pasó a unas 80.000 (LN 19/11/20). Como gran concesión, los residentes podrán estacionar gratis en un radio de 300 metros de su domicilio. Todos los demás deberán pagar por su derecho a estacionar, con diferentes tarifas por horario y por barrio. 
 La atropellada de la Coalición Cívica contra Larreta ocurrió a días de que Marc Stanley, el embajador de Estados Unidos, instara públicamente al jede de Gobierno porteño a armar ya una coalición -“no esperen a 2023”- que aglutine -“sin importar la ideología o la posición partidaria”- a los sectores dialoguistas del Frente de Todos y de Juntos por el Cambio. O sea, dejando en la banquina a Cristina Fernández y a Bullrich y Macri. El gringo parece temer un horizonte de turbulencias sociales indeseables y también quiere barrer todo peligro amarillo de la explotación de litio y de Vaca Muerta.
 El prontuario delictivo de Larreta es capaz de competir con la corrupción de cualquier otro. A medida que la disgregación y los choques dentro de la oposición prosperen, es probable que estallen muchos casos más. 

 Olga Cristóbal 
 20/08/2022

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