viernes, agosto 26, 2022

La inflación en la cultura, otro golpe a los trabajadores


La inflación en recreación y cultura fue récord en julio

 El rubro que marcó el nivel más alto en la suba de precios en julio, según el Indec, fue el de recreación y cultura, con 13,2% (el promedio general fue de 7,4%). Esta categoría engloba los servicios recreativos y culturales, periódicos, diarios, revistas, libros y artículos de papelería. 
 No ha habido grandes análisis de los motivos del alza, aunque algunos medios han indicado que influyó el período vacacional, con los consecuentes aumentos en los servicios asociados al turismo. 
 En lo que va del año, la inflación del sector trepa al 44% y a un 70% interanual (julio 2021-julio 2022), números que se asemejan a la inflación general.
 Uno de los rubros en que es más notable el encarecimiento es el de los libros. Un artículo de Infobae (4/8) brinda algunos ejemplos: el libro “Todo Mafalda”, de 600 páginas, con las historietas de Quino, pasó en un año de 3.370 a 8.950 pesos (166% de aumento). “Nuestra parte de la noche”, novela de Mariana Enríquez, trepó en el mismo período de 1.795 a 4.150 pesos. Y “Las tres vanguardias”, ensayo de Ricardo Piglia, saltó de 1.200 a 2.400 pesos.
 Las editoriales argumentan que parte del papel se importa y que el papel local es más barato, pero escasea. Desde la Federación de la Industria Gráfica (Faiga) rebaten que el problema está “en la distribución y en la venta de librerías” (ídem). Pero lo más probable es que las dos industrias sean responsables del incremento, además del gobierno, que habla para la tribuna del control de precios mientras deja pasar todas las remarcaciones.
 Quienes lo sufren son los sectores populares, a los que se les hace cada vez más difícil acceder a la cultura. Un informe de la consultora Management & Fit de julio-agosto señala que ocho de cada diez encuestados afirman haber modificado sus consumos debido a la inflación, recurriendo a segundas marcas y a un recorte de los gastos en ocio y cultura (ídem, 15/8). 
 El cóctel de salarios devaluados, precarización laboral e inflación desatada, dispara la pobreza y acentúa la brecha en el terreno de la educación y la cultura.
 La salida es organizarse y luchar. 

 Gabriel Martinez

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