A pesar de que la Auditoría General de la Nación haya detectado “múltiples irregularidades” en el préstamo del FMI bajo el mandato de Mauricio Macri, el Frente de Todos continúa firme en su orientación de rescatar esa deuda ilegítima, con sobretasa incluida, agravando las penurias de la población trabajadora. A su vez, también procede a endeudarse en moneda extranjera para financiar la fuga de capitales.
Según la auditoría, casi el 30% de los desembolsos del Fondo se utilizó para financiar la salida de capitales financieros; algo que el kirchnerismo denuncia, sin embargo, convalida esta estafa dado que romper con el organismo está por fuera de su agenda. A su vez, omite que el gobierno del cual forma parte también toma préstamos en dólares y esas divisas salen del país bajo múltiples mecanismos de fuga.
Desde el 25 de abril a esta parte, el Banco Central vendió U$S 700 millones para intentar bajar la cotización de los dólares paralelos, lo cual no es otra cosa que solventar la corrida cambiaria a costa de las reservas. Curiosamente, Cristina Kirchner halagó ese acto de “desobediencia” por parte de Massa al FMI, cuando, lejos de beneficiar al pueblo, dicha medida profundiza el saqueo nacional a manos del capital financiero.
Al igual que ocurrió en el gobierno de Cambiemos, el destino de los préstamos internacionales contraídos por el Frente de Todos es la fuga de capitales. Según el Mirador de la Actualidad del Trabajo y la Economía, entre marzo 2022 y marzo 2023, se gastaron U$S 6.671 millones en el pago de deuda externa pública e intereses, U$S 3.210 millones en vencimientos de deuda externa privada e intereses y U$S 545 millones en la formación de activos externos.
Eso explica que en los últimos doce meses la deuda moneda extranjera se haya incrementado en U$S 5.656 millones, sin embargo, las reservas líquidas se encuentran en terreno negativo, con un rojo que alcanza los U$S 7 mil millones. Son créditos que no están dirigidos a la inversión productiva sino a engrosar los bolsillos de los especuladores. De esta manera, se agrava el peso de una hipoteca que pagamos los trabajadores, con más ajuste y privaciones.
Massa promete acentuar ese rumbo: se encuentra negociando un nuevo desembolso del FMI por U$S 10 mil millones, una ampliación de Swap con China y financiamiento de los BRICS. A su vez, la sangría continúa considerando que, entre abril y diciembre de este año, los vencimientos de deuda externa rondan los U$S 9.957 millones, según los datos de la Oficina de Presupuesto del Congreso.
De ese monto, U$S 2.106 millones se pagarán en concepto de intereses al FMI, sobre los que rige una tasa ultrausuraria. Como vemos, el oficialismo denuncia el carácter fraudulento de dicho préstamo pero lo convalida, profundizando la bancarrota nacional.
Es necesario repudiar el conjunto de la deuda externa usuraria y romper con el FMI para salir del abismo en el cual nos hundieron los políticos capitalistas que se alternaron en el poder.
Sofía Hart
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