La Feria del Libro de Frankfurt cumple 75 años y comienza este miércoles. El aniversario de la más importante feria editorial del planeta iba a celebrarse a toda orquesta pero comienza envuelta en un escándalo por la suspensión del homenaje a la escritora y dramaturga palestina Adania Shibli (Palestina, 1974).
Shibli, que vive entre Jerusalén y Berlín, resultó ganadora del LiBeraturpreis, galardón concedido anualmente a escritores de África, Asia, América Latina o el mundo árabe. Su novela “Un detalle menor” narra cómo los soldados de una unidad militar israelí encuentran en el desierto del Néguev a una joven palestina; la apresan, encierran en su campamento, violan en grupo, matan y entierran en la arena.
Pero la asociación encargada del premio, Litprom, decidió no celebrar la ceremonia debido a "la guerra iniciada por Hamás". La censura fue respaldada por Jürgen Boos, el director de la Feria, que declaró que el evento “es completamente solidaria con Israel”. Al tiempo que silencias a Shibli, la Feria ha decidido “crear espontáneamente un espacio adicional para las voces israelíes”.
Cuando anunció el premio, Litprom había destacado la habilidad de la escritora para "crear una obra de arte compuesta formal y lingüísticamente con rigor que habla del poder de las fronteras y de lo que los conflictos violentos hacen a las personas". Ya en ese momento se originó una controversia porque un miembro del jurado, el periodista Ulrich Noller, se retiró en protesta por la elección. Más de 600 personalidades del mundo de la cultura, entre las que se incluyen premios Nobel de Literatura como Abdulrazak Gurnah u Olga Tokarczuk, han firmado un escrito de protesta contra la decisión de la feria por "cerrar el espacio" a las voces palestinas.
"Quienes nos dedicamos a la escritura, la traducción y la publicación afirmamos firmemente que cancelar eventos culturales no es el camino a seguir", señala el texto, que exige a la Feria del Libro de Frankfurt que favorezca la creación de "espacios para que los escritores palestinos compartan sus pensamientos, sentimientos y reflexiones sobre la literatura en estos tiempos terribles y crueles".
La carta denuncia que mientras la feria "quiere hacer que las voces israelíes sean 'especialmente visibles'", está cerrando "el espacio para una voz palestina". Además, acusan a la organización de anunciar que había sido "una decisión conjunta" con la escritora, cuando no fue así.
Por su parte, varios grupos editoriales árabes han anunciado que boicotearán la feria y Malasia ha informado que retira su presencia por es "la actitud pro Israel y el apoyo abierto de los organizadores a Israel". Las autoridades de este país han agregado en un comunicado que los ataques de Israel contra Palestina violan "las leyes internacionales y los derechos humanos" y mostraron su apoyo por la causa palestina.
El mundo editorial alemán se suma así a la limpieza étnica y silenciamiento del pueblo palestino. Allá bombas, acá mordazas. No es la primera vez que la censura acalla a los palestinos.
El año pasado, una de las relevantes certámenes de arte contemporáneo Documenta de Kassel- decidió cubrir con tela negra un mural que contenía “figuras ofensivas para los judíos” y censurar la obra Tokyo Reels Film Festival (TRFF), un trabajo basado en películas pro-palestinas rodadas entre los años sesenta y ochenta del siglo pasado.
También el año pasado, un teatro alemán retiró un premio a la dramaturga británica Caryl Churchill porque apoya a organizaciones que defienden los derechos de los palestinos y considerar ese apoyo antisemitismo.
En julio, la banda española de rock Ska-P denunció que la policía alemana le advirtió que no podía tocar la canción Intifada en un festival en Munich, porque la letra es considerada delictiva.
El régimen del capital es incompatible con los derechos democráticos de los oprimidos.
Olga Cristóbal
19/10/2023
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