viernes, octubre 06, 2023

Onda expansiva del “yategate”


Kicillof, corrupción capitalista, miseria social y crisis política en la provincia de Buenos Aires.

 Kicillof será orador de fondo de un acto convocado para este viernes 6 en el Club Atenas de La Plata. Formalmente organizado por el ministro de Salud bonaerense, Nicolás Kreplak, el evento es presentado como un “relanzamiento” de la campaña electoral en la provincia de Buenos Aires después de la sucesión de escándalos conexos de corrupción. Kicillof se aseguró el apoyo de las burocracias de salud, de ambas CTAs y de otros sectores burocráticos afines al ministro de Trabajo, Walter Correa y a la Corriente Federal de Trabajadores (CFT). 

 No se salva nadie

 Se trata del segundo acto en poco más de una semana: a fines de setiembre, la llamada “Mesa de Ensenada” realizó su convocatoria en ese municipio con la presencia de Sergio Massa y Axel Kicillof, y del ahora quemado Martín Insaurralde. En Ensenada se puso de manifiesto la crisis interna del peronismo bonaerense, con un Máximo Kirchner desplazado de la organización y de la foto, y una movilización a cuentagotas de La Cámpora. Simultáneamente arrecian las presiones para convocar a un congreso del PJ bonaerense que remueva al hijo de la vicepresidenta; un golpe directo al kirchnerismo. 
 Esta dispersión y guerra de camarillas, con carpetazos incluidos, se traslada a todo el PJ provincial y a las intendencias donde los jefes comunales del peronismo están armando el corte de boleta atentos a la pérdida de votos de Unión por la Patria en las elecciones del 13 de agosto y a las derivaciones de los escándalos de “Chocolate” Rigau y del “yate gate” de Insaurralde. El candidato de Unión por la Patria a la reelección llegará al acto de “relanzamiento” bajo el impacto directo de estas bombas de demolición. El “yo no sabía nada” de Kicillof es una burla al pueblo, sostenida por el silencio y complicidad de la derecha que no quiere hacer olas para no verse salpicada.
 Sumando porotos al silencio del “anticasta” Javier Milei, Néstor Grindetti, candidato a gobernador por Juntos, se excusó de hablar sobre el tema tildando el viaje de lujo de Insaurralde como una cuestión de índole privada. El jefe de campaña de Grindetti es Adrián Urrelli, vicepresidente de la Cámara de Diputados de la provincia que lidera Federico Otermín, la mano derecha de Martín Insaurralde, delfín suyo en Lomas de Zamora y vinculado también a Sergio Massa. Entre bueyes no hay cornadas.

 Kicillof contra los docentes y funcional a la derecha

 Esta semana, la Dirección General de Escuelas (DGCyE) declaró ilegal el paro de 48 horas llamado por la oposición combativa Multicolor. Los anuncios públicos incluyen descuentos salariales, listas negras y amenazas de ceses por boca del ministro de Educación Alberto Sileoni. Los mismos que califican al “yate-gate” de error son los que exigen el presentismo para terminar con los paros docentes contra el ajuste salarial y educativo. Este ataque violento al derecho de huelga en las vísperas de la elección es una calculada adaptación a la derecha, que hace campaña pidiendo mano dura contra los docentes.
 No es la primera vez que ocurre, ni con Kicillof ni antes con Vidal o Scioli, pero sí es una “novedad” la difusión pública de este apriete a directivos y docentes; todo un síntoma de desesperación de un gobierno que no logra someter a la rebelde docencia de la provincia de Buenos Aires. La anunciada presencia de las burocracias sindicales en el acto del Club Atenas y posiblemente de Hugo Yasky y Roberto Baradel convalida esta provocación antihuelgas y obra como antecedente represivo a toda medida de fuerza de los trabajadores del Estado bonaerense. En lugar de reabrir las paritarias docentes y estatales frente a la inflación y la devaluación en curso, las burocracias justifican el “fondo para el presentismo”, señal de que los próximos “aumentos” deberían estar atados a la restricción de licencias, paros y derechos sindicales.

 Onda expansiva 

La corrupción organizada desde la pandilla de Estado que llevó a entronizar a Insaurralde como jefe de gabinete de Kicillof está en plena ebullición. La disolución de la estructura ministerial de Martín Insaurralde es un ajuste de cuentas del kicillofismo contra el “ministro interventor” y una lavada de cara; se desmantela la Jefatura de Gabinete sin investigación previa para borrar las huellas y ponerle un punto final a esta red de saqueo y corrupción. 
 Sabedor de lo que representa Martín Insaurralde en la tercera sección electoral y de los vínculos que tiene con la “liga de intendentes” del PJ, Kicillof le pidió permiso a Cristina Kirchner antes de aceptarle la renuncia a su ministro. Un dardo envenenado, porque pone el centro en la vicepresidenta y su hijo, titular del PJ provincial, que patrocinaron el ingreso de Insaurralde. De esta forma, el gobernador pretende desentenderse de lo que ocurrió, recalentando la interna en el peronismo y promoviendo el desplazamiento de Máximo.
 Apurado por la crisis política, el gobernador-candidato declaró aceptar el “convite” de una reforma de la Legislatura. Una reforma de este tipo, replicando el lenguaje de los Milei y cía, es un acto de distracción y apunta a restringir la representación popular disminuyendo la cantidad de representantes electos por el voto popular. Otro clavo en el ataúd de una Legislatura literalmente cancelada, que se reunió una sola vez en todo el año. Importa recordar también que el “honesto” Kicillof fue quien avaló las reelecciones eternas de los intendentes para congraciarse con el aparato del PJ bonaerense y apuntalar su proyecto reeleccionista.
 Una reforma de la Legislatura, diseñada y capitaneada por los bloques patronales que han hecho del manejo ilegal de los fondos un mecanismo habitual –en la nómina de “Chocolate” hay “asesores” del peronismo pero también de Juntos por el Cambio, mientras vuelve al ruedo que el insaurraldista Otermín le armó la lista a Milei y Píparo–, sólo puede tener una finalidad reaccionaria y de impunidad gubernamental, judicial y policial. 

 Unidos por el Juego

 Desde los tiempos de Duhalde, los intendentes de todos los colores vienen lucrando con la caja negra millonaria que reciben como lobistas de los casinos, bingos y juegos online. Refiriéndose a los vínculos de Martín Insaurralde con los empresarios del juego en la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof buscó atemperar las denuncias afirmando que no se puede actuar con “presunciones”. Lo que no dice es que como gobernador otorgó licencias a siete empresas para que opere el juego online en territorio bonaerense, la mayoría de estas extranjeras, o asociadas, como es el caso del Binbaires de Cristóbal López, con la griega Intralot Internacional. 
 En la campaña electoral del 2019, Axel Kicillof rechazaba las apuestas online que promovía María Eugenia Vidal. Electo gobernador, le dio continuidad a estos negociados. El “honesto” tampoco hace mención a que fue bajo su gobierno que se legalizaron las apuestas online con tarjetas de débito. Con récord de pobreza, que asciende en el conurbano al 47% de la población –un porcentaje que no recoge todavía el traslado de la devaluación a los precios de la canasta alimentaria–, el “nacional y popular” lucra con la desesperación popular. El “derecho al futuro” ha hecho de la provincia de Buenos Aires un territorio minado por la miseria. 

 Votar al Frente de Izquierda Unidad

 Como ha denunciado el Partido Obrero, el affaire Insaurralde retrata a un régimen podrido y a un gobierno provincial que viene actuando por decreto y pactando años tras año los presupuestos de ajuste con Juntos por el Cambio en la Legislatura. Ponerse a la cabeza de esta campaña es de vital importancia frente al silencio cómplice de la politiquería burguesa, que pide “comprensión” por Insaurralde y mano dura contra el movimiento piquetero, la docencia combativa y todos los que luchan contra el ajuste fondomonetarista. 
 El plan “motosierra” contra los trabajadores de la educación se ganó el repudio de la docencia bonaerense, que sale a la lucha por la reapertura de las paritarias, el aumento del salario, contra la sobrecarga laboral y en defensa de la escuela pública. Para reforzar esta movilización política hay que votar al Frente de Izquierda Unidad en la provincia y en todo el país.

 Daniel Rapanelli

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