Javier Milei brindó una conferencia de prensa en la que negó toda responsabilidad en el agravamiento de la corrida cambiaria, luego de haber incitado el desarme de plazos fijos en pesos. Aprovechó la denuncia recibida para enrostrarle la responsabilidad al gobierno, sin embargo, su intención no es resguardar a los ahorristas sino precipitar una megadevaluación antes que finalice el mandato presidencial de Alberto Fernández.
En ese sentido, el candidato de La Libertad Avanza exclamó: “¿Acaso soy responsable del déficit fiscal, de la emisión monetaria, de la toma de deuda, de la esterilización con Leliqs, de cada una de las regulaciones que están destruyendo el sistema productivo, del cepo? (…) Llevo solamente en política casi dos años. ¿Me van a achacar a mí el desastre? ¿Por qué no son más serios? ¿Por qué no se hacen cargo de los problemas? (…) Nuestras declaraciones, lejos de ser imprudentes, son las únicas declaraciones pensando en el bienestar de los argentinos. ¿O quieren que les mientan? ¿Acaso están a favor de los economistas que les dicen ‘no, por favor, sean responsables, quédense en pesos’. Mientras ellos acumulan en dólares”.
Es insoslayable que el principal responsable de que salten los dólares financieros es el gobierno. La devaluación de Massa posterior a las Paso a pedido del FMI, los dólares diferenciales que otorgó a distintas ramas exportadoras, el carácter insostenible de la deuda del Tesoro, el seguro de liquidez que les garantizó Economía a los acreedores de títulos públicos, la exposición de los encajes bancarios a la deuda del BCRA y del Tesoro y la crisis de reservas a causa de la fuga de capitales que ampara el poder político son todos factores desencadenantes de la corrida. Ahora bien, las declaraciones de Milei recomendando dolarizarse sin dudas funcionaron de aliciente.
Lejos de preocuparle el “ahorro de los argentinos”, a Milei le conviene que Massa ejecute una devaluación en regla antes del 22 de octubre y sea él quien pague los costos políticos de esa medida. Por un lado, para hundir a su contrincante y ganar las elecciones. A su vez, quiere que el gobierno actual haga el trabajo sucio de encarecer el dólar, algo que el propio Milei señaló como requisito para dolarizar la economía, lo cual desataría una hiperinflación. Incluso, a Milei le serviría que el candidato de Unión por la Patria sea a quien le toque lidiar con una corrida bancaria y recaiga sobre él la decisión de confiscar ahorros; de ese modo, un eventual gobierno de La Libertad Avanza se ahorraría tener que aplicar un nuevo plan Bonex, algo que figura dentro de sus propuestas como vía para desarmar el stock de deuda del BCRA.
A su vez, son verosímiles las versiones que acusan a Milei de promover un salto cambiario para beneficiar a fondos de inversión como BlackRock, los cuales podrían comprar deuda externa argentina a precio de remate y hacer un gran negocio en el futuro. Recordemos que los vínculos de su espacio político con este fondo internacional son muy estrechos, puesto que BlackRock tiene acciones en Pampa Energía, cuyo director es Darío Epstein, que a su vez es asesor económico de Milei. Finalmente, a nadie se le escapa que el candidato de La Libertad Avanza es un lobbista del capital financiero internacional.
Milei no solo tiene previsto perjudicar a los ahorristas enchufándoles bonos carentes de valor, sino que además la dolarización que propone terminará de hundir los ingresos de la población trabajadora porque implica una megadevaluación previa. Como vemos, no representa salida alguna a la crisis actual, con lo que corresponde canalizar la bronca frente al fracaso del gobierno saliendo a luchar y votando al Frente de Izquierda, la única fuerza política que vela por los intereses de los trabajadores.
Sofía Hart
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