Nuria Barbosa León
Es sorprendente ver las grandes movilizaciones que se realizan en Cuba para festejar el primero de mayo, donde cada trabajador unido a sus familiares toma las calles para apoyar a la Revolución y reafirmar el socialismo.
Si miramos el panorama que se presenta hoy en el mundo vemos que grandes manifestaciones y protestas suceden a cada momento porque es imposible sostener el orden social que impone el capitalismo. El desempleo aumenta, la pobreza se expande, el trabajo precario y el incremento de la inmigración son más agudos.
Hace cinco años el precio del barril de petróleo era de 27 dólares, ahora se cotiza en 117, le achacan la culpa al gobierno de México ó de Venezuela, a Arabia Saudita o incluso ¡al sultán de un Emirato Árabe! La verdadera razón son los juegos geopolíticos, los oleoductos, las guerras imperialistas, las acciones de la bolsa. Según los datos oficiales de las organizaciones internacionales durante el 2007, los precios de los productos básicos aumentaron en un 40%.
Por ello hace unos días en Bangladesh, cientos de miles de personas se manifestaron por el precio del arroz. Se registraron 120 heridos. En Egipto dos trabajadores murieron mientras se manifestaban en contra de la pobreza. En Haití, las fuerzas de la ONU tomaron el papel de la policía con el resultado de: 23 muertos y más de 200 heridos.
Grandes manifestaciones y huelgas por el mismo motivo han tenido lugar en los últimos días en Burkina Faso en África Occidental, en Costa de Marfil, en Camboya e Indonesia, en Perú, en Honduras, en Uzbekistán, en Pakistán, en Yemen, en Etiopía, en Filipinas, en México, en Tailandia y en todos los países en vías de desarrollo.
Durante el mismo periodo, los salarios de los trabajadores se han mantenido bajos. Todo esto es resultado de la actual barbarie capitalista a costa de los pueblos de África, Asia, América Latina y todo el Tercer Mundo.
La realidad en Cuba es otra, hemos sido testigos de cambios y transformaciones en la sociedad que todos aplaudimos, vemos mejoras en el transporte, se incrementó las construcciones de viviendas, y se asegura la canasta básica alimenticia. Las pensiones de los jubilados aumentaron y las ventas de algunos equipos electrodomésticos fueron autorizadas, vale mencionar el acceso a servicios prohibido en décadas atrás.
Nuestro socialismo se mantiene, pese a los pronósticos del imperialismo. Los verdaderos cubanos estamos aquí, nos pronunciamos por la sociedad perfecta y queremos resolver nuestros problemas materiales con la inmediatez de un chazquido de dedo.
A los escépticos les pedimos que nos sigan, a los niños que crezcan junto a nosotros, a los jóvenes que nos iluminen con sus ideas, a los intelectuales que avancen a la vanguardia del pelotón y a los revolucionarios que no se cansen.
Marchamos este primero de mayo, una vez más, para apoyar a la Revolución, reafirmar el socialismo y tirarle una trompetilla al imperio. Seremos una masa compacta en el desfile y nuestro grito gutural dirá: “será mejor hundirnos en el mar antes de traicionar la gloria que se ha vivido”.
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