viernes, mayo 02, 2008

Millones de trabajadores marcharon en su día.


En todo el mundo, la clase trabajadora conmemoró hoy el Primero de Mayo, marchando en reinvindicación de sus demandas contra la explotación capitalista. Así, en La Habana, unas 500 mil personas desfilaron por la Plaza de la Revolución donde se lleva a cabo la celebración de este día, que además cuenta con la presencia de mil 462 delegados de 61 países y 175 organizaciones del mundo, que visitan la isla para sumarse a la fiesta. Desde tempranas horas de la mañana de este jueves los cubanos iniciaron una movilización hacia la emblemática Plaza de la Revolución José Martí, ubicada en La Habana, donde se concentraron para celebrar el Día Internacional del Trabajador. Unos 10 mil estudiantes y profesores de la Universidad de Ciencias Informáticas comenzaron la movilización ondeando una pancarta con el lema: Unidad, Firmeza y Victoria, en respaldo al proceso revolucionario iniciado en la Isla el 1 de enero de 1959. El acto fue encabezado por el presidente cubano, Raúl Castro.
Durante su discurso pronunciado en la Plaza de la Revolución, el secretario general de la CTC, Salvador Valdés, llamó al pueblo cubano a mantener las conquistas logradas durante el proceso revolucionario. "Ratifiquemos nuestra determinación de continuar el camino trazado por el fundador de la Revolución, Fidel Castro, hacia un socialismo cada vez más justo, humano y eficiente", exhortó Valdés. "Nunca nos intimidan y no nos harán retroceder en el empeño de seguir construyendo el socialismo", afirmó.
En el Ecuador, los trabajadores realizaron marchas y concentraciones en varias ciudades del país para reclamar mejoras salariales y en respaldo al presidente Rafael Correa. Los manifestantes se reunieron en plazas y parques de Quito, Guayaquil y otros territorios, convocados por la Confederación Ecuatoriana de Organizaciones Libres Sindicales (CEOLS), la Federación de Servidores Públicos, la Confederación de Trabajadores del Ecuador (CTE) y el Frente Unitario de Trabajadores (FUT).
En Quito, más de 10 mil trabajadores avanzaron hasta el centro Histórico en demanda mejores políticas laborales y un incremento de los sueldos. Patricio Albán, secretario del sindicato de trabajadores de la Salud, señaló que aspiran a salario digno, que se homologue con el alto costo de la vida y la canasta básica de alimentos. Los empleados necesitan igualmente estabilidad laboral, libertad de organización, contratación colectiva, no regulada, resaltó al defender la revisión de sus convenios laborales, a lo cual se oponen otros gremios como la FUT y la CEOLS.
El día anterior, la Asamblea Constituyente de Ecuador aprobó varios artículos que eliminan las diversas formas de explotación laboral en ese país, en virtud del 1 de mayo.
La disposición sancionada por 95 asambleístas, anula la intermediación laboral, la contratación por horas y cualquier otra forma precaria de trabajo. De esta manera, se pone fin a un sistema de abuso en la contratación de personas, que vieron violados sus derechos al no poder acceder a los privilegios establecidos en el código laboral. La medida aprobada por el plenario determina, además, la necesidad de revisar los contratos colectivos de trabajo, que otorgan desmedidos beneficios al sector público.
Previó a la aprobación de estos artículos y disposiciones, en un acto de condecoración a trabajadores de la región Sierra, el presidente de Ecuador, Rafael Correa, revindicó la supremacía del trabajo sobre el capital, así como la necesidad de desarrollar el talento humano y la cohesión social. El mandatario ecuatoriano destacó la necesidad de "acabar con la explotación de los trabajadores y que la producción sea un bien moral y uno de los principios fundamentales de la nueva sociedad".
En Bolivia, el presidente Evo Morales encabezó hoy un acto de nacionalización de cuatro empresas petroleras que de ahora en adelante pasarán a ser accionistas minoritarios, en lo que representa la última fase de estatización de los hidrocarburos, decretada por el mandatario el 1º de mayo de 2006. "Queremos socios no dueños de nuestros recursos naturales", dijo Morales, al tiempo que le recordó a los empresarios que el Estado cumplirá con sus compromisos.
El Estado boliviano adquirió 51 por ciento de las acciones de las petroleras Andina, la filial boliviana de Repsol YPF; la empresa Chaco, que hasta ahora estaba en manos de la estadounidense Pan American Energy y del grupo British Petroleum; y de la operadora de gasoductos Transredes, que pertenece a la sociedad de capitales británica Ashmore, todas habían sido privatizadas en los años 90. También adquirió la mayoría accionaria de la Compañía Logística de Hidrocarburos Boliviana (CLHB), un consorcio de capitales peruanos y alemanes.
Poco después de firmar el decreto de compra venta de las acciones de las petroleras, Morales anunció también la nacionalización de la empresa de telecomunicaciones Entel, en un multitudinario acto con motivo del Día Internacional del Trabajador. "A partir de hoy día, Entel vuelve a manos del pueblo boliviano. Instruimos en territorio nacional el control absoluto, a partir de este momento, de Entel. Que antes ha sido privatizada", dijo el mandatario en medio de eufóricos aplausos de miles de asistentes, convocados por la Central Obrera Boliviana (COB). Explicó que la tardanza en la nacionalización de Entel no respondió a la "flojera" sino a la falta de voluntad de los negociadores de Euro Telecom. "Si hemos tardado más de dos años (en la estatización) no ha sido por flojera, no ha sido por negligencia, quiero que sepan, intentamos dialogar, negociar con Euro Telecom, los ministros hicieron esfuerzos, pero lamentablemente no hubo voluntad", deploró Morales. Añadió que ningún servicio básico debe estar en manos privadas, pues son derechos fundamentales. "Los servicios básicos, llámese energía, llámese agua, llámese telecomunicación, no pueden ser de negocios privados, eso es un servicio público", enfatizó. Entel, administrada por la multinacional italiana Euro Telecom International, es una de las empresas más poderosas de Bolivia.
En Venezuela, con gran júbilo los trabajadores y clases obreras en conjunto, con otras organizaciones del país, celebraron este jueves el Día del Trabajador, donde los asistentes manifestaron su agradecimiento por el incremento salarial anunciado este miércoles por el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez Frías. Con motivo a la celebración de este día los trabajadores realizaron una marcha desde La Bandera hasta Carmelitas, llamada De punta a punta; donde Elidio Salas, Franco Véliz, Francisco Ochoa, Irma Magalis Gómez, entre otros comentaron su complacencia por el incremento del 30% decretado por el Ejecutivo Nacional.
"Trabajadores comprometidos con la revolución", fue uno de los eslóganes de los marchistas en Caracas. Mario Briceño expresó que defenderá las políticas del presidente Chávez, con el objetivo de construir una patria distinta. “Estaremos defendiendo la igualdad, la equidad y el Socialismo del Siglo XXI que impulsa el presidente de la República, por esa razón hoy Día del Trabajador estoy aquí en esta gran marcha”, aseveró.
En Bogotá, miles de trabajadores colombianos marcharon para saludar el Día Internacional de los Trabajadores y expresar el inconformismo ante la crisis provocada por la parapolítica. La Central Unitaria de Trabajadores (CUT) explicó que además de las exigencias al Estado de respetar sus derechos laborales y libertades sindicales, la crisis institucional del país merece una reacción. Teniendo en cuenta esta situación, la CUT exhortó en esta oportunidad a sumarse a las marchas a todos los partidos opositores, organizaciones no gubernamentales, defensores de los derechos humanos, grupos religiosas, étnicas e indígenas.
Diversas marchas y concentraciones se desarrollaron hoy también en México con motivo del Día Internacional de los Trabajadores. Tanto la capital como las principales ciudades del país fueron escenario de las manifestaciones obreras que, aunque sin un carácter totalmente unitario, alcanzan denominador común en buena parte de las consignas defendidas. El rechazo a cualquier tipo de privatización de la industria petrolera, el reclamo de recursos para el desarrollo rural y la demanda de renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, (TLCAN), son algunas de ellas.
Miles de trabajadores chilenos se movilizaron hoy en Santiago de Chile y otras ciudades del país, esperanzados en mejorar su vida y condiciones de trabajo, pero también amenazados de perder su empleo. Así lo dijo el presidente de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), Arturo Martínez, quien sostuvo que en Chile “hay mucha precariedad y también endeudados”. El líder de la CUT convocó a chilenos y chilenas a demostrar en una gran concentración “la fuerza del sindicalismo para enfrentar firmemente al modelo neoliberal”.
Bajo el lema “Por un Estado Social, Democrático y Solidario”, exhortó a los trabajadores de Santiago y el resto del país a manifestarse de manera multitudinaria y con la activa participación de las organizaciones sindicales. Recordó que ese fue un acuerdo del recién concluido Quinto Congreso de la CUT, que se efectuó, dijo, en un marco multitudinario, pluralista, fraterno y transparente de dirigentes sindicales.
La marcha por el Día Internacional de los Trabajadores devino hoy una protesta contra el alto costo de la vida en Costa Rica. Los sindicalistas aprovecharon la ocasión para exigirle al gobierno de Oscar Arias reactivar el sector productivo con tal de garantizar los granos que precisan los habitantes del país y frenar los riesgos que acechan a la seguridad alimentaria. Si no producimos lo que vamos a comer seremos víctimas de la hambruna que viven otras naciones, declaró el presidente de la Asociación Nacional de Empleados Públicos y Privados, Albino Vargas.
El representante del gremio más numeroso de Costa Rica cuestionó la reacción del gobierno ante el riesgo de una crisis alimentaria y la calificó de tímida y calculada para no afectar los grandes intereses de los importadores de granos. En el ámbito de la celebración, Vargas insistió en que el aumento del costo de la electricidad es el primer efecto indirecto del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos.
En Francia, cientos de miles de personas desfilaron hoy por las calles de las principales ciudades francesas con lemas que rechazaron las políticas de reformas del gobierno de Nicolás Sarkozy, con acento especial en los temas de los retiros y el poder adquisitivo. París fue escenario principal de marchas en las Plazas de la República y de la Nación, los alrededores de la Academia Francesa, la Torre Eiffel y otras zonas importantes de la capital. Asimismo, Marsella, Toulouse, Lyon, Lille, Grenoble, Burdeos y Nantes, entre otras urbes, registraron actos que habían perdido protagonismo el 1 de mayo en los últimos tiempos.
Las razones esenciales de la vuelta a las calles de los trabajadores franceses son la medida del gobierno de extender a 41 años las cotizaciones para los retiros y la disminución del poder adquisitivo de la población, según fuentes sindicales. El líder de la Confederación General de Trabajadores (CGT), Bernard Thibault, al igual que el máximo dirigente de Fuerza Obrera (FO), Jean-Claude Mailly, dijeron a la prensa que el respaldo a la jornada de este jueves refleja el descontento popular. Después de varios meses de negociaciones, no hubo acuerdos satisfactorios entre las organizaciones obreras y la administración, por lo cual se hizo una convocatoria a huelga general el 22 de mayo.
En Alemania, el 1 de Mayo fue marcado por fuertes enfrentamientos entre trabajadores antifascistas y neo-nazis, que organizaron marchas en ciudades importantes como Hamburgo y Nuremberg para abusar el Día de la Clase Trabajadora. En Hamburgo, unas entre 10.000 y 15.000 personas se manifestaron contra un desfile de varios cientos de neo-nazis, produciéndose choques entre ambos bandos. Hubo pedradas, barricadas y bombas de humo. Los fascistas atacaron a periodistas y fotógrafos, mientras la policía se ocupaba de atacar a los manifestantes antifascistas para hacer posible la marcha nazi.
También en Nuremberg, en el sur de Alemania, se protestó con varias manifestaciones contra un desfile de los neo-nazis. El presidente de la Unión Alemana de Sindicatos, Michael Sommer, afirmó que “no es aceptable que la Justicia y la Administración no estén en condiciones de impedir provocaciones nazis en nuestro 1° de mayo”.
En Istanbul, la principal ciudad turca, la manifestación sindical del Día del Trabajo acabó con graves enfrentamientos entre las fuerzas del orden y los manifestantes que provocaron ocho heridos, y más de medio millar de personas detenidas. Los altercados comenzaron cuando la policía utilizó gases lacrimógenos y cañones de agua para impedir que los manifestantes se concentrasen en una plaza de valor simbólico, donde el 1 de mayo de 1977 murieron al menos 34 personas víctimas de la violencia.
En Rusia, unos 25.000 manifestantes desfilaron en Vladivostok (extremo oriente), 20.000 en Ekaterinburgo (Urales) y cerca de 30.000 en Moscú, tanto en marchas conovocadas por el Partido Comunista como en otras que fueron organizadas por el partido del Kremlin, "Nuestra Rusia".
En Italia se organizaron más de un centenar de actos para reclamar mayor seguridad en el trabajo, en un país donde cada año mueren 1.300 personas en accidentes laborales.
En Praga, unos 2.000 militantes del Partido Comunista de Bohemia y Moravia (KSCM) aprovecharon la festividad para manifestarse contra el proyecto de escudo antimisiles que Estados Unidos quiere instalar en Polonia y la República Checa.
En Marruecos, varios miles de personas se manifestaron en Casablanca para denunciar las malas condiciones de trabajo, como quedó patente tras el incendio de una fábrica el pasado fin de semana en el que murieron 55 trabajadores.
En el continente asiático, millones de trabajadores exigieron aumentos salariales ante la creciente alza de los alimentos y combustibles, en manifestaciones desarrolladas en diversas capitales de este populoso continente en ocasión del Día Internacional de los Trabajadores.
En Tokio, miles de obreros se reunieron en un céntrico parque japonés para demandar mayor seguridad laboral y mejores sueldos a los millones de trabajadores con contratos temporales. Una protesta semejante aconteció en Seúl, donde cinco mil personas desfilaron además contra un pacto de libre comercio firmado en marzo último con Estados Unidos para importar carne bovina, según la agencia de noticias Yonhap. Desde Yakarta, la agencia Antara comunicó que decenas de miles de indonesios se pronunciaron por el descenso de los precios de los alimentos, así como mejores salarios para los obreros y campesinos y expresaron su preocupación por el aumento del precio de la gasolina. Varios miles de trabajadores más se manifestaron en las populosas ciudades indonesias de Bandung, Semarang y Surabaya (Java), Medan (Sumatra) y en Macasar (Célebes), en donde tampoco se registraron incidentes. También en Bangkok, miles de manifestantes exigieron el ajuste del salario mínimo diario, la protección de los trabajadores, una remodelación del sistema de seguridad social y rechazaron el plan gubernamental de privatizar empresas estatales.
En tanto, unas tres mil prostitutas desfilaron en Kolkata, India, reclamando mejores condiciones de trabajo y reconocimiento de su condición laboral, de acuerdo con la agencia de noticias PTI.
Mientras, la agencia de noticias Xinhua reportó que la cadena francesa de hipermercados Carrefour y la televisora norteamericana CNN resultaron objeto de condenas masivas por parte de miles de manifestantes chinos en diversas ciudades del país. Los participantes en las demostraciones, pacíficas, con carteles y consignas contra ambas entidades, acusadas de favorecer y ayuda a los separatistas tibetanos, se concentraron frente a las tiendas galas en Beijing, Changsha, Chongqing y Fuzhou.
En Manila, miles de filipinos marcharon contra el gobierno y reclamaron la renuncia de la presidente Gloria Macapagal Arroyo por no adoptar medidas contra el alza del arroz. Los trabajadores tienen hambre y reclaman un aumento de los sueldos, el control de los precios y consecuentes reformas económicas", aseguró Elmer Labor, presidente del Movimiento del 1 de Mayo de Filipinas durante una concentración.

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