Por: Osvaldo Piñero
De abril a noviembre de 1965, el comandante Víctor Dreke fue el segundo al mando de una compañía de 128 combatientes voluntarios cubanos en el Congo oriental. El comandante de la columna era Ernesto Che Guevara. Los voluntarios internacionalistas fueron al Congo a petición de las fuerzas de liberación pertenecientes al movimiento fundado por Patricio Lumumba. El objetivo de Cuba era ayudarles a derrotar al régimen neocolonial proimperialista de ese país.
Lumumba fue el principal dirigente del movimiento independentista en la antigua colonia belga y el primero en ocupar el cargo de primer ministro del Congo. Fue el más intransigente de los dirigentes congoleses que resistieron los esfuerzos de las potencias imperialistas por mantener a ese país bajo su dominio. En septiembre de 1960, unos meses después de que se ratificara la independencia, Lumumba fue derrocado mediante un golpe de Estado organizado a iniciativa de los gobernantes norteamericanos y belgas. El jefe del estado mayor del ejército congolés, Joseph Mobutu, fue el instrumento servil de estas potencias. Lumumba, puesto bajo la 'protección' de soldados de Naciones Unidas, fue capturado y luego asesinado en enero de 1961 por fuerzas leales a Moisés Tshombé, quien encabezaba un movimiento secesionista - con respaldo imperialista - en la provincia congolesa de Katanga.
A mediados de 1964, fuerzas que habían formado parte del movimiento de Lumumba impulsaron una nueva rebelión contra el régimen neocolonial. Los rebeldes lograron asumir el control de Stanleyville, actualmente Kisangani, la segunda ciudad del país. Sin embargo, en noviembre de 1964 fueron derrotados con la ayuda de fuerzas mercenarias belgas y sudafricanas blancas - apoyadas política y militarmente por Washington - cuya misión era impedir que las vastas riquezas minerales del Congo escaparan del control imperialista. Al retomar Stanleyville, las fuerzas mercenarias masacraron a miles de personas.
A pesar de la derrota, un número considerable de combatientes rebeldes se reagrupó en diversas zonas del país. Fueron estas las fuerzas que acudieron a Cuba y a otros en pos de ayuda. En respuesta, los voluntarios cubanos llegaron al Congo para ayudarlas en su preparación y apoyar su lucha. Al llevar a cabo esta misión internacionalista, la dirección del contingente cubano colaboró con otras fuerzas antiimperialistas en Africa, en especial con el gobierno revolucionario de Ahmed Ben Bella en Argelia. El esfuerzo internacional de apoyo a las fuerzas rebeldes congolesas gozó también del respaldo oficial de la Organización de la Unidad Africana, OUA.
En junio de 1965, cuando el contingente de voluntarios cubanos en el Congo aún estaba en vías de establecerse, en Argelia fue derrocado el gobierno de Ahmed Ben Bella por el ministro de Defensa Houari Boumedienne. El golpe militar constituyó un significativo revés contra las fuerzas antiimperialistas revolucionarias en Africa y minó las posibilidades de brindar apoyo continuo a la lucha en el Congo.
En octubre de 1965, la OUA retiró su apoyo a la lucha contra el régimen proimperialista. Debido a la decisión de la OUA, y a las profundas divisiones y otras debilidades en la dirección de las fuerzas en el Congo, los voluntarios cubanos se retiraron, a petición de los congoleses, en noviembre de 1965.
La mayoría de los voluntarios internacionalistas retornó rápidamente a Cuba. Sin embargo, Guevara y otros más fueron a Tanzania, donde permanecieron unos cuantos meses mientras se realizaban preparativos para abrir un frente revolucionario en Bolivia. Estando en Tanzania, Guevara escribió Pasajes de la guerra Revolucionaria. El original de Pasajes, según lo preparó y redactó Guevara, se publicó por primera vez 33 años después, en abril de 1999.
A pesar de su desenlace, la misión del Che en el Congo resultó ser una preparación inapreciable para el apoyo de Cuba a otros movimientos de liberación en toda Africa subsahariana, incluidos los de Angola, Monzambique, Etiopía y Guinea-Bissau.
La misión internacionalita cubana más grande fue la de Angola, realizada entre 1975 y 1989, y en la que participaron más de 300 mil combatientes. Ellos ayudaron a defender ese país de una invasión sudafricana y de una fuerza insurgente respaldada por el imperialismo, de nuevo apoyadas por Washington. Según dijo Nelson Mandela, el apoyo cubano fue 'un hito en la historia de la lucha por la liberación del Africa austral ' y 'un punto decisivo en la lucha por librar al continente y a nuestro país del azote del apartheid'.
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