Este cuestionamiento resulta fundamental sobre todo para economías como la griega o la del estado español a las que, la permanencia en la moneda única les resulta enormemente gravosa en términos de restricciones de gasto en servicios sociales básicos que repercuten en un empobrecimiento acelerado de la población. En otras palabras, ¿de qué carajo sirve ser parte de la rica Europa, si el precio es que la gente sea cada vez más pobre?
En ese sentido vale la pena intentar hacer un ejercicio de análisis de que ventajas y desventajas tendría para Grecia salir del euro, más aún a la vista de lo ocurrido en las últimas semanas, incluido el miserable chantaje al que ha sido sometido por la Troika, el referéndum en que con enorme dignidad se han animado a decirle NO a los recortes y, finalmente, un acuerdo lleno de concesiones y que está, al parecer, en contra flecha de lo manifestado por el pueblo griego en la mencionada consulta popular.
Los pros y contras de salir del euro
Es evidente que una salida del euro tiene ventajas y desventajas que vale la pena analizar. La principal ventaja para los griegos y las griegas sería recuperar soberanía sobre su política monetaria, lo que permitiría imprimir más moneda o restringirla de acuerdo a las necesidades internas, no dependiendo de agentes externos claramente hostiles como el Banco Central Europeo.
En este sentido, es evidente que el primer y principal efecto de la salida del euro sería una devaluación de la moneda griega que, volviendo al dracma tendría un valor claramente por debajo del euro.
Por el lado positivo esto tendría un efecto notable en términos de competitividad, al abaratarse Grecia subirían sus exportaciones y fundamentalmente su sector turístico que, al convertirse Grecia en un país más barato que el resto de Europa se dinamizaría notablemente. Está demás decir que esto tendría un efecto positivo en mejorar los índices de empleo.
Por el lado negativo, debemos tener en cuenta que Grecia es un país con una Balanza comercial negativa, es decir importa más de lo que exporta y, como es lógico sus importaciones se encarecerían generando inflación y por tanto reducción del salario real.
No obstante es importante tomar en cuenta que, un análisis más detallado de dicha balanza comercial nos lleva a ver que Grecia, podría compensar de alguna manera y minimizar estos efectos negativos. Resulta que, si bien Grecia importa más de lo que exporta, su principal producto de importación son los derivados del petróleo, y su principal proveedor Rusia. No se escapa a nadie que, dada la situación geoestratégica de la región, los rusos estarán, sin dudarlo, en posibilidad y disposición de abaratar el petróleo que suministran a Grecia y compensar este efecto negativo. Mucho más difícil lo tendrían con su segundo proveedor de importaciones, Alemania. Sin embargo debemos apuntar que, buena parte de lo que Alemania le vende a Grecia es armamento. Con lo cual, al gobierno griego le queda la posibilidad de cambiar de proveedores, otra vez Rusia y también China, estarán encantadas de entrar a este tipo de negocio, o por otra parte, y esto sería lo serio y responsable, reducir su gasto militar que resulta claramente excesivo superando el 3,6% del PIB. Sus otros vendedores importantes son Italia y China, queda claro que este último estará sin duda en disposición de ser flexible con Grecia por intereses similares a los de Rusia.
Otro efecto positivo de la salida del euro sería la conclusión obvia de que, una vez en bancarrota y fuera de la moneda común Grecia dejaría de pagar el servicio de deuda. Grecia ha sido obligada a entrar en una espiral suicida en la que, la mayor parte del dinero que se presta sirve para pagar intereses de deudas anteriores, con lo cual el agujero es cada vez más grande con una deuda que ya es del 177% de su PIB y resulta a todas luces impagable. Sin embargo, un cese total del pago de la deuda liberaría a Grecia de miles de millones de euros, recordemos que el país heleno tiene un superhavit primario del 1,5%, es decir que, sin contar la deuda tiene mayores ingresos que gastos, finalmente su déficit público es del 3,5%, con lo que está destinando aproximadamente un 5% anual de su PIB a pagar la deuda.
Si tomamos en cuenta esto, debemos apuntar que el país heleno, en caso de dejar de pagar la deuda, podrá destinar un 1, 5% adicional de su PIB a gasto social y programas de emergencia contra la crisis y, aún así mantener un equilibrio fiscal envidiable aún para Alemania o cualquier país de la zona euro.
El otro gran peligro de la salida del euro sería la caída en picada de la banca producto de una más que probable fuga masiva de capitales. Si atendemos a la experiencia de Islandia, país que prefirió dejar caer sus bancos a que su ciudadanía asuma sus deudas, en ese caso, y Grecia tendría que actuar de manera similar, el Estado nacionalizó los bancos, y asumió solamente los depósitos y deuda de aquellas familias y empresas localizadas en el país sin hacerse cargo del dinero y deudas de los especuladores financieros internacionales. A día de hoy, se habla poco de Islandia y su manejo de la crisis debido a que tras negarse a rescatar a la banca tiene una tasa de paro del 4%, muy lejos del 25% de Grecia y crecimiento económico.
En síntesis, Grecia puede salir del euro, no sola pero si apoyándose en economías fuertes como Rusia y China sobre todo en abaratar sus importaciones , buscando nuevas fuentes de financiamiento más allá de Europa, recordemos que se acaba de hacer pública la creación el Banco de los BRICS que supone un desafío abierto de las naciones emergentes a los desmanes del FMI, El Banco Mundial y el BCE. Deberá además sustituir su ineficiente gasto militar por gasto social y apoyo a sectores claves como el turismo, tendrá también que asumir el control de la banca desde lo público con primacía a garantizar los depósitos de los pequeños ahorristas y finalmente, abrirse a un mundo cada vez más multipolar.
Los poderes económicos europeos tienen más que perder que el pueblo griego ya bastante machacado, una salida de Grecia del Euro, además de poner en tela de juicio la construcción de la UE, rompería con el chantaje al que se somete a los pueblos del sur de Europa amenazándolos constantemente con la expulsión si no se disciplinan a la pobreza impuesta.
Además la salida del euro podría y debería acompañarse con la salida de la OTAN, lo cual incidiría de manera notable en el reacomodo geopolítico del mundo actual. Finalmente, no solamenta hay vida más allá del euro, sino que, con probabilidad sería una vida mejor.
René Behoteguy Chávez
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