Con seis votos a favor y tres en contra, el Tribunal Supremo de Estados Unidos falló que el gobierno federal puede subsidiar paquetes de servicios de salud, tanto en los estados que pusieron en marcha mercados de seguros médicos como en aquéllos que no lo hicieron, dentro de la llamada Ley de atención accesible (Affordable Care Act), conocida comúnmente como "Obamacare". La medida sumó votos positivos de jueces que anteriormente habían fallado contra la ley en otras instancias.
La reforma del Sistema de Salud estadounidense fue la principal promesa de Obama para la campaña presidencial de 2008 y un eje de las polémicas con la oposición republicana desde su aprobación. Actualmente, Estados Unidos no cuenta con un sistema de salud gratuito, con lo cual toda consulta o tratamiento es paga, tanto en hospitales públicos (una minoría en el sistema) como en los privados. La Ley de atención accesible instalada por la administración Obama planteó dos puntos principales. El primero es la ampliación del programa Medicaid, creado en la década del ’60 para la cobertura de la población de muy bajos recursos, programa que hoy se encuentra sobrecargado y desfinanciado por los distintos estados, especialmente luego de la crisis capitalista de 2008. El otro se podría considerar el pilar fundamental de la ley y es el llamado "mandato individual", que obliga a todos los estadounidenses -salvo aquéllos de muy bajos ingresos- a contratar un seguro medico de las grandes corporaciones; en caso contrario, se debe pagar una multa del 1% de los ingresos. Por esta vía se buscó tomar una medida frente a la crisis sanitaria, rescatando los intereses de las aseguradoras y corporaciones de la salud.
Basta con ver el origen de la reforma para entender aún más su carácter. Como antecedente a la ley actual, se cita a la reforma sanitaria llevada adelante en Massachusetts por el republicano Mitt Romney, redactada por la Heritage Foundation, un think tank (o "laboratorio de ideas" en su versión poética) conservador, defensor del liberalismo económico. En cuanto a la Ley de atención accesible, se debe su autoría a Liz Fowler, quien al momento de su elaboración, se desempeñaba como vicepresidente de Well Point, una de las compañías aseguradoras más grandes del mercado. Se trata, entonces, de una ley en regla con los intereses de los CEO de las corporaciones.
"El congreso aprobó la ley de atención accesible para mejorar los mercados de seguros de salud, no para destruirlos", se pronunció el tribunal superior (Financial Times, 25/6). El mismo Obama respaldó con cifras las ganancias de las aseguradoras, explicando que de ser el fallo desfavorable, 7,5 millones de estadounidenses con ingresos insuficientes habrían perdido esos beneficios y no se hubiesen podido permitir pagar un seguro médico. A partir de la ley, las aseguradoras ganaron más de 16 millones de nuevos afiliados, siendo finalmente los subsidios federales, aprobados por el Tribunal Supremo, un rescate económico a las grandes corporaciones de seguros médicos. Es esta orientación, contraria a la de un sistema de salud universal y gratuita como el que necesita la población trabajadora de Estados Unidos, la que defienden hoy los jueces "progresistas" y conservadores, las corporaciones de seguros y el presidente Obama.
Pablo Eivers
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