lunes, abril 25, 2016

El 1° de Mayo en Argentina: sus orígenes



En Argentina, como en cientos de ciudades de Europa y EE. UU., la clase obrera participó de las manifestaciones del 1° de Mayo de 1890 sumándose al reclamo por las 8 hs de trabajo. El hecho de que fuese el único país de América Latina donde los trabajadores concurrieron masivamente a estos actos (1) se explica por su temprana organización. En el último tercio del siglo XIX, llegaron al puerto de Bs. As. enormes contingentes de inmigrantes europeos expulsados de su tierra natal. Con ellos llegaron las ideas de izquierda, socialistas y anarquistas, que moldearon la conciencia de los trabajadores. Las terribles condiciones laborales, el hacinamiento y los accidentes en los talleres urbanos, eran moneda corriente. Por otro lado, la confluencia de las diferentes experiencias (y nacionalidades) enriquecían los debates entre obreros. Ambos aspectos consolidaron el carácter combativo del movimiento obrero local, expresando su solidaridad internacional en los actos de 1890.
Ese día se reunieron miles de trabajadores en pleno barrio de Recoleta. Fue impulsado por el club obrero alemán Vowarts (Adelante) luego de largas discusiones entre socialistas y anarquistas que ya manifestaban sus diferencias en cuanto a organización y método. Los socialistas querían presentar un petitorio al Congreso Nacional reclamando las 8 hs. Los anarquistas consideraban in- útil exigirle algo al Estado, pero la necesidad de fortalecer la propaganda por la emancipación social los hizo unirse en la misma jornada de lucha. Fue así que mientras La Nación se aliviaba de los “poquísimos argentinos” que habían, una de las oradoras – la zapatera feminista Virginia Bolten- pronunciaba un encendido discurso mientras alzaba una bandera roja en la que se leía: 1° de Mayo, fraternidad universal (2). El acto fue un gran paso en la organización de los trabajadores. Meses después se creó una Federación y salió a las calles un nuevo periódico: El obrero. El nuevo siglo vio surgir decenas de gremios combativos y se expandieron los métodos de lucha: paros, huelgas generales, acciones callejeras y enfrentamientos con la policía. Los actos del 1º de Mayo en los años siguientes se dividieron entre socialistas y anarquistas.
Si bien ambos eran blanco de la represión policial, los segundos fueron los más golpeados. En las manifestaciones de 1909, la policía atacó brutalmente las columnas obreras, dando inicio a la Semana Roja, una huelga general que por sus dimensiones demostraba que la clase obrera estaba en pleno ascenso. También tuvo períodos de reflujo (como en los primeros años de la década del 10) cuando la crisis económica aumentó la desocupación y el hostigamiento de la patronal. Una nueva etapa de ascenso fue producto de la Revolución rusa. El temor del gobierno radical a la amenaza comunista, llevó a su presidente Yrigoyen a atacar ferozmente a los trabajadores combativos, mientras que buscaba cooptar a sectores más amplios. La clase obrera argentina forjó –desde sus orígenes hasta comienzos de la década del 40- un espíritu contestatario y defendió los principios de la solidaridad de clase internacional, reconociendo como hermanos a los trabajadores de todo el mundo. Desde 1902, el movimiento obrero exigió cada 1º de Mayo, durante 40 años, la abolición de la Ley de Residencia que permitía deportar a los extranjeros que realicen “disturbios públicos”.
Con el avance de sectores reformistas y la burocratización de muchos dirigentes, las demandas se volvieron más corporativas y menos políticas. Primero, bajo la influencia de los sindicalistas y los socialistas (en los 20), y luego con el PC (con peso en importantes ramas industriales desde los 30). La política de Frente Popular impulsada por este último desde 1936, transformó las jornadas de lucha en actos “democráticos” y de colaboración de clase. Al desarmar ideológicamente a los trabajadores, las direcciones reformistas le allanaron el camino al peronismo para que imponga sin esfuerzo su “fiesta del trabajo”.

Claudia Ferri

1. Los anarquistas hicieron actos en Cuba ese mismo año.
2. Ver Antología. Historia del Primero de Mayo, Terramar Ediciones, 2011.

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