miércoles, abril 13, 2016

Sr. Presidente: ¿Esperamos algo más después de su visita?

Sr. Presidente, su visita fue muy buena para ambos países. Debemos decir que usted dejó nuestra plaza impresionada, con sus modales, su sinceridad y honestidad, al decir lo que gustó y lo que no gustó. Compartió con el pueblo, lo que impresionó mucho, porque Fidel Castro nos tiene acostumbrados a eso.
Pero lo que más impresionó a la gente, es que todo parecía ocurrir en la atmosfera como de un sueño: ¿Un presidente de Estados Unidos en Cuba? Era como un verdadero milagro. Nadie podía imaginar, Sr Presidente, que después de tantos años de sufrir agresiones de todo tipo; económicas, militares, biológicas, paramilitares, sicológicas, desde el principio de la historia, a nuestra soberanía y ansias de independencia un presidente norteamericano viniera a Cuba y nos hablara de amistad, lanzara un “ramo de olivo”, halagara nuestra forma de ser, nuestro orgullo y patriotismo, nos reconociera como pueblo, al igual que reconoce el suyo. Aunque nos haya puesto a Miami, como modelo plausible, como decimos acá, “fue fuerte” Sr. presidente. Fue una impresión que nosotros no podremos olvidar y mucho menos Usted.
¿Pero qué viene ahora Sr. presidente? Después de su cálida visita. Quedan muchas cosas pendientes entre nosotros, de las que la inmensa mayoría los cubanos consideramos como muy importantes, para satisfacer necesidades, saldar deudas y hacer honor a nuestras aspiraciones y dignidad nacional.
El presidente Raúl C astro, ha insistido en varios asuntos que Cuba considera como fundamentales:

1- Liquidar el bloqueo.

2- Hacer desaparecer la agresividad mediática de la política exterior norteamericana.

3- Devolvernos el territorio donde está enclavada esa base militar norteamericana, que es una ofensa a nuestra dignidad como pueblo.

4- Comenzar a pagar los daños, productos de tanta agresión a la economía, las personas y a la planta física de nuestro país.

¿Usted va a continuar trabajando por solucionar esos problemas que tanto nos afectan y que hacen que cientos de miles de personas como yo, no estén finalmente confiados en la buena voluntad que puso de manifiesto durante su visita y que afectan tanto, poder entrar realmente, en un proceso de normalización de nuestras relaciones mutuas?
Le queda poco tiempo ya en el cargo, unos escasos ocho meses. Con ese tiempo pienso podría tratar de solucionar algunas cosas y al menos, dejar encaminadas las más difíciles.
En particular, su “cuarto paquete de medidas” del pasado 15 de marzo, supera a los anteriores tres. Pero aun no es suficiente porque sobre todo, todavía no tenemos ideas de cómo podría funcionar. Especialmente las medidas que se refieren a la utilización del dólar.
Además, el propio paquete mencionado, despierta en muchos de nosotros serias preocupaciones sobre cuáles son sus verdaderas intenciones políticas. ¿Por qué? Le explicaré Sr. presidente:
Su paquete continúa siendo unilateral. Pues fija la atención, no en toda la sociedad cubana, la que por cierto, ha sufrido por más de 50 años el injusto y criminal bloqueo de los gobiernos norteamericanos. Por el contrario, como La Ley de Ajuste de 1966, que privilegia solo a los cubanos que logran poner sus pies sobre tierra norteamericana, su paquete solo tiende a beneficiar a aquellos, que forman “coro voluntario o involuntario”, para la generación de una clase media, que al parecer, Ud. Buaca que le ayude políticamente, en sus intenciones de “cambiar el régimen político en Cuba”. Cuestión esta última, que Usted ha negado en varias ocasiones; pero que con todo respeto Sr. presidente, le digo que es muy difícil de creerle. Porque, al menos para mí, la lógica de su política desde el 2009, indica todo lo contrario.
El estado revolucionario, socialista, en Cuba, no parece recibir ningún beneficio de sus últimas medidas. Ni de las anteriores tampoco. No le pedimos el absurdo de que se haga Usted socialista, sino solo que entienda que de la fortaleza de ese estado ha dependido, durante todos estos años, la precaria estabilidad de un régimen económico, que no ha hecho más que beneficiar a los antes desamparados de nuestra sociedad. Y porque si Usted no desea desestabilizar a Cuba, tener alguna colaboración con el estado cubano, nos ayudaría mucho.
Entre otras Sr. Presidente, ¿porque Ud. No deja que el capital norteamericano y cubanoamericano venga a Cuba?
Cuando Ud. nos va a entregar el territorio ilegalmente ocupado por la Base Naval de Guantánamo, fruto de una acción colonial, que ya no se corresponde con la modernidad militar alcanzada por la sociedad norteamericana. Es una verdadera falacia de su Departamento de Defensa, decir que esa base tiene un carácter estratégico, a menos que piensen utilizarla como a principios del siglo XIX.
Comprendemos que la estancia de los prisioneros en la base, debe ser un asunto a solucionar, prioritaritariamente a la entrega de ese territorio; pero la acción lógica que correspondería realizar después, seria entregar a Cuba ese espacio de tierra y mar que nos pertenece. Tamaña inmoralidad, como debe entender, no se corresponde con su reciente discurso en Cuba. Porque una falta de acción en ese asunto, lo identifica a Ud., mas de 100 años después, con la historia tan negativa de Estados Unidos en su política hacia Cuba.
Sr. Presidente, no le tememos a Internet, a la libertad de información y de expresión, ni a sus proyectos de impulsar la creación de un contexto cultural, que compita con la cultura que Cuba ha generado, hasta ahora, por cierto, sin la ayuda de Estados Unidos.
Nuestra cultura nacional es lo suficientemente fuerte, sentida e integrada, como para competir con cualquiera que desease negativamente penetrarla. Pues hasta ahora, han sido los Estados Unidos, los que no han podido resistir el influjo cultural de esta nación. De lo contario, presidente, pregúntele a los miles de norteamericanos que ya nos han visitado, a los cientos de estudiantes que han pasado por nuestras universidades y convivido con nuestras familias; a las decenas de organizaciones, de todo tipo, que nos visitan continuamente. A nuestros miles de amigos en esa nación, para que escuche, que se van de Cuba, con una imagen que no tiene nada que ver con las ideas que les ha tratado de inculcar siempre la propaganda negativa sobre Cuba en los Estados Unidos.
Cuba ha logrado apartar de sí los influjos negativos de la cultura del consumismo, el mesianismo, el espíritu de superioridad, el sálvese quien pueda, la violencia, la criminalidad y el racismo, que han caracterizado siempre a la sociedad norteamericana.
Si usted no hubiera contado con esa realidad aquí mencionada, no gozaría de la popularidad que tiene ahora dentro de la sociedad norteamericana, su idea de cambiar la política hacia Cuba y de levantar el bloqueo.
No fueron solo la resistencia de Cuba y las presiones del resto del hemisferio, las que crearon el entorno propicio para tratar de cambiar la política hacia Cuba y Usted autodeclararse como contrario al bloqueo; sino que también, fue el resultado de que el prestigio de Cuba ha venido creciendo dentro de la propia sociedad norteamericana y en nuestro hemisferio.
Hace falta que el Departamento del Tesoro, clarifique un poco, haciéndolo más explicito y entendible, qué debemos esperar de las medidas que se refieren a la utilización del dólar, ¿qué manejo hará la banca norteamericana, si será esta ultima solo con la que se podrá manejar el dólar, si se mantendrá la “espada de Damocles”, sobre el resto de la banca trasnacional? Recurriendo a las multas, cuando Cuba negocia con ella, continuando la persecución despiadada que ha regido hasta ahora.
Si Cuba puede confiar para poder liberar al dólar del gravamen del 10º% en su circulación interna, etc. ¿Qué significa que los cubanos que se vean beneficiados con salarios en dólares y otras concesiones no podrán pagar impuesto al estado cubano?
El documento del Departamento del Tesoro está plagado de subterfugios y entuertos burocráticos-financieros, que a veces lo hacen ininteligible.
¿Cuándo Estados Unidos comenzará a sufragar las deudas que tiene con Cuba? ¿Cuándo nos van a devolver el costo de tantos muertos, incapacitados, daños materiales y sicológicos, que nos hicieron durante estos más de 50 años? Deudas que pesan sobre vuestras conciencias. Deudas que Ud. Sr. Presidente no las creó, pero de las cuales ahora es su representante y máximo responsable.
Ante tales situaciones pendientes, puede estar seguro de que continuaremos activamente esperando. No nos vamos a cansar de reclamar.
Por eso, en la próxima Asamblea General de Naciones Unidas, volverá a estar sobre la mesa la resolución cubana contra el bloqueo; nuestras delegaciones continuarán reclamando por las soluciones que nos deben y el prestigio de Estados Unidos, su nación, estará ocupando un espacio cada vez más bajo en el juico de los pueblos del mundo, en que ya hoy casi todos, emiten su voto a favor de que tales injusticias terminen para siempre.
Sr. Presidente, le pedimos que complete lo más posible la tarea, no la deje a medias. Y así el agradecido pueblo cubano lo recordará con más simpatía, de la que desplegó durante su visita.

Esteban Morales. UNEAC.

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