sábado, abril 23, 2016

Papeles de Panamá: Los patios traseros del capitalismo



Cada día aporta nuevas revelaciones sobre los papeles de Panamá: para mantener en vilo a su público, los periódicos que tienen los documentos destilan las informaciones.

El punto de partida

Una fuente anónima informó a un periódico alemán de los archivos de un gabinete de abogados panameño, Mossack Fonseca, especializado en el montaje de sociedades pantalla offshore (extraterritoriales). Como se había producido en casos precedentes (ver más adelante), este periódico se puso de acuerdo con otros de diferentes países (en Francia, Le Monde) para explotar y publicar los ficheros.

No es la primera vez

Por limitarnos al período reciente y a los casos con una dimensión internacional, han sido revelados diferentes asuntos que implicaban mecanismos de fraude o de evasión fiscal (recetas para reducir sus impuestos a la vez que no se viola directamente la ley: grandes empresas y ricos particulares emplean para hacerlo baterías de consejeros fiscales). Esta recapitulación ha sido establecida sobre la base de informaciones publicadas por Le Monde.
– La UBS (Unión de Bancos Suizos) en 2008. La justicia americana fue informada de que decenas de miles de ricos americanos colocaron en este banco alrededor de 20 000 millones de dólares. La UBS ayudó a estas personas a defraudar al fisco pero además había ido a los Estados Unidos para incitarles a hacerlo. Pero el fraude tiene que ver también (entre otros) con franceses: en julio de 2015, el fisco francés recibió un disco en el que aparecían 38 330 cuentas de clientes franceses.
– Los “ofshores Leaks” en 2013. Algunos periodistas (grosso modo el mismo grupo que el de los papeles de Panamá) investigaron una “fuga” de 2,5 millones de documentos asociados a 122 000 sociedades offshore gestionadas por una firma de Singapur y otra localizada en las Islas Vírgenes británicas. Dos territorios no demasiado “meticulosos”. En lo que se refiere a Francia, este asunto permitió sacar a la luz el papel de ciertos bancos (BNP Paribas y Crédit agricole) en este sistema de esquivar al fisco. 130 franceses habían colocado activos en estas sociedades offshore (entre ellos el tesorero de la campaña de François Hollande en 2012). Otros países se veían evidentemente afectados por estos ficheros, entre ellos China con personas allegadas a los dirigentes del PC.
– Los “Luxemburg leaks” en 2014. El mismo grupo de periódicos, sobre la base de una fuga del gabinete de auditoría PricewaterhouseCoopers, reveló los acuerdos fiscales confidenciales realizados en el período de 2002 a 2010 entre el fisco luxemburgués y 340 multinacionales (Apple, Amazon, Ikea, etc.). Estos acuerdos permiten a estas firmas pagar menos impuestos.
– Los listing HSBC (2015). Son documentos desviados por un antiguo informático de HSBC y proporcionados al fisco francés. Los mismos periodistas tuvieron acceso a ellos. Como en los casos UBS, HSBC habría ayudado a sus clientes a escapar de los impuestos, proponiéndoles el propio banco constituir su sociedad offshore. Más de 5 700 millones de euros habrían sido así ocultados por contribuyentes franceses gracias a sociedades pantalla instaladas en Panamá o en las Islas Vírgenes británicas.

¿Se trata de una manipulación?

Los nombres más conocidos que han sido publicados no implican a americanos y hay pocos europeos entre ellos. Por el contrario, son bien visibles personas allegadas a Putin y a la dirección china. Rusia se ha defendido denunciando una manipulación, tesis retomada, en un primer momento en Francia por Jean-Luc Mélenchon.
Es legítimo hacerse ese planteamiento. Pero hay que ponerse de acuerdo en lo que sería una manipulación:
– ¿Se han añadido nombres? Es muy improbable: se sabe, por ejemplo, la costumbre de los oligarcas rusos de prepararse para el futuro llevando una parte de sus riquezas al extranjero.
– ¿Se han borrado nombres, en este caso, los de defraudadores americanos? Hay varias razones para poner en duda una manipulación así. Mossack Fonseca no es más que una de las sociedades que se dedican a este tipo de prácticas: es posible que en función de las redes con las que están en contacto, los americanos privilegien otras firmas (solo en Panamá, Mossack Fonseca tiene alguien de su talla que le hace la competencia: Morgan&Morgan). Por otra parte, los americanos tienen paraísos fiscales a domicilio como Delaware y Wyoming con la posibilidad de montajes que permiten disimular su identidad real. La ONG Tax Justice Network clasifica así a los Estados Unidos entre los territorios más opacos. Hay paraísos fiscales anglófonos muy cerca de los Estados Unidos, en el Caribe. En definitiva, la manipulación por sustracción de nombres no es imposible, sino poco probable. Pero la pregunta continuará existiendo mientras los ficheros no hayan sido hechos públicos.

¿Cómo funciona el sistema?

Mossack Fonseca ha creado y administrado más de 214 000 sociedades pantalla. ¿Para qué sirven? Imaginemos que alguien tiene rentas que no desea declarar, bien porque no son limpias, o sencillamente porque considera que pagar los impuestos es cosa de ingenuos; Mossack Fonseca le ayudará a montar una sociedad en un paraíso fiscal y esta sociedad abrirá una cuenta (no forzosamente en un banco del mismo país) en la que podrá disimular las rentas que llegarán a ella por caminos escabrosos. Hay en Europa (incluso en París) gabinetes especializados que pueden ayudar a abrir una sociedad offshore pasando por una firma como Mossack Fonseca.
Mossack Fonseca (u otra firma de ese tipo) podrá incluso proporcionarle testaferros para que su nombre no aparezca como administrador de esta sociedad e incluso falsos accionistas locales para aumentar la opacidad: así la persona que encarga todo esto será verdaderamente invisible, y así será muy difícil para el fisco incriminarle, aunque haya sospechas. Para complicar aún más las cosas, puede crear varias sociedades offshore o una fundación (las posibilidad de disimulo son aún mayores).

¿Un descubrimiento?

Todos estos mecanismos son perfectamente conocidos por los dirigentes y administradores fiscales de todos los países. Otra cosa es la voluntad política de ponerles fin. Los bancos franceses, que han multiplicado sus redes en los paraísos fiscales, son uno de sus engranajes, en particular la Société Générale (que figura entre los bancos más ligados a Mossack Fonseca) cuyo patrón Frédéric Oudea llegó incluso a mentir cuando testificaba bajo juramento ante el Senado en 2012.
“Prohibiré a los bancos franceses que tengan actividades en los paraísos fiscales”. La promesa de François Hollande figuraba en el 7º puesto de sus 60 compromisos por Francia en 2012: nada importante ha sido hecho. Hay que saber también que la lista oficial de esos paraísos fiscales es muy restringida, ¡hasta el punto de que Panamá ya no formaba parte de ella!
Además, había habido ya una fuga de extractos de los ficheros de Mossack Fonseca, que había sido vendida a las autoridades fiscales americanas, alemanas y británicas. Los alemanes emprendieron acciones (un banco había tenido que pagar en 2015 una multa de 17 millones de euros por haber ayudado a algunos de sus clientes a defraudar). Francia forma también parte de los países a los que se les había ofrecido la compra de documentos. ¿Qué decidieron los ministros y los responsables de los impuestos? Misterio. En cualquier caso ningún banquero fue entonces inquietado. Tras las recientes revelaciones, el ministro de Finanzas, Michel Sapin ha acabado convocando al patrón de la Société Générale pero ha parecido que se contentaba con un vago compromiso de clarificación. No hacer nada que disguste a los banqueros, esa es la política del gobierno.
Los nombres desvelados ilustran una vez más el cinismo de los poderosos: los superricos se escapan de los impuestos y como consecuencia los demás pagan más. En Francia, por ejemplo, según el economista Gabriel Zucman, hay 17 000 millones de euros de evasión fiscal ilegal offshore.
A fuerza de hablar de las finanzas en general, algunos olvidan a menudo a la burguesía. Los papeles de Panamá recuerdan que en último análisis, las ganancias llegan al bolsillo de individuos concretos que, a menudo, no dudan en utilizar todas los hilos para escapar a los impuestos. No va a faltar, ciertamente, alguna voz que diga que son las “ovejas negras” las que están en cuestión, cuando en realidad este asunto es un revelador de la realidad del sistema capitalista en sí mismo.

Henri Wilno

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