sábado, agosto 15, 2020

Se intensifican los monstruosos incendios en el Ártico



Las imágenes de satélite de la NASA de los incendios en el este de Siberia nos muestran un infierno de proporciones monstruosas, a nada comparable en la historia moderna. Y se han intensificado a partir del pasado mes de julio. ¿Debería preocuparse la gente? Respuesta: Sí, una y otra vez sí.
Según Mark Parrington, destacado científico del Copernicus Atmosphere Monitoring Service (CAMS) of the European Centre for Medium-Range Weather Forecasts [Servicio de Control de la Atmósfera Copérnicus del Centro Europeo de Pronósticos Meteorológicos a Medio Plazo]: “Lo que resulta sorprendente es el rápido aumento en la escala e intensidad de los incendios en julio, en gran parte impulsados por el gran número de incendios activos en el norte de la República de Sajá”. (Fuente: Kasha Patel, NASA/NOAA Satellites Observe Surprisingly Rapid Increase in Scale and Intensity of Fires in Siberia, Sci Tech Daily, August 9, 2020) [Los satélites de la NASA / NOAA observan un aumento sorprendentemente rápido en la escala y la intensidad de los incendios en Siberia, Sci Tech Daily, 9 de agosto de 2020.]
El problema: “Las temperaturas anormalmente cálidas han generado una intensa temporada de incendios en el este de Siberia este verano”, ibid.
¿Se debe este calentamiento global a los esteroides?
Más información sobre “el problema”: El 23 de junio un titular de Sci Tech Daily decía: “Los meteorólogos están conmocionados por el calor y el fuego que abrasan Siberia”. No obstante, a fin de cuentas, los meteorólogos son científicos expertos con gran exposición a escenarios de desastre que no van a “sorprenderse” fácilmente.
Da la casualidad de que la misma región del planeta que es famosa por las temperaturas más frías de la historia, registra ahora en verano temperaturas como las de Miami, 38ºC. Debido a esta situación inaudita y sin precedentes, ¿debería incluirse este escenario catastrófico en tiempo real, al estar produciéndose ahora, en las reuniones informativas presidenciales de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA, por sus siglas en inglés) de EE. UU.? No, el presidente no lee. Entonces, ¿debería la NSA verbalizar la catástrofe al presidente? ¿Estás de broma? ¡Te arriesgas a que te despida!
Todo lo anterior es una señal poderosa e incondicional, especialmente para el grupo de compromiso del Acuerdo de París de 2015, excluyendo a EE. UU., de que el calentamiento global está arrasando y enloqueciendo. Tal vez la asamblea de París 2015 deba volver a convocarse para una reunión ad hoc de emergencia y hacer una revisión de cómo las naciones/Estados individuales están manejando sus compromisos voluntarios para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, porque el cuadro de mando del planeta parece una inmensa cagada.
Y mientras están en ello, tal vez les dé por consultar el Servicio de Monitoreo de la Atmósfera Copernicus y la NASA sobre las recientes emisiones de CO2 y CH4 a la atmósfera. Pues prepárense. Tenemos ya una evidencia directa, de ayer mismo, de lo importante que es reducir a cero las emisiones de combustibles fósiles.
Aquí va más información, de infarto, sobre esta amenaza para el bienestar del mundo:
Solo los incendios del Ártico en Rusia en junio y julio liberaron “más CO2 que cualquier temporada completa de incendios” desde que se llevan a cabo registros, y más CO2 que en toda Escandinavia, y todo ello en solo dos meses. Eso es más que impactante, y representa las emisiones de CO2 a escala nacional emitidas por la naturaleza misma, que ahora compiten frontalmente con todos los compromisos de París 2015.
Los incendios son un problema doble ya que la mitad de ellos se producen en turberas, que, una vez iniciadas, pueden arder casi para siempre si el calor es lo suficientemente intenso (y lo es) emitiendo tanto CO2 como CH4 en competencia inesperada con los dictados de París 2015.
“Los incendios de turba pueden arder más tiempo que los incendios forestales y liberar grandes cantidades de carbono a la atmósfera”. (Fuente: Kasha Patel, los satélites de la NASA/NOAA observan un aumento sorprendentemente rápido en la escala y la intensidad de los incendios en Siberia, Sci Tech Daily, 9 de agosto de 2020.)
La destrucción de la turba por el fuego es preocupante por muchas razones”, dijo Dorothy Peteet, del Instituto Goddard de Estudios Espaciales de la NASA. “A medida que los incendios queman las capas superiores de la turba, la profundidad del permafrost puede ahondarse, oxidando aún más la turba subyacente”, ibid.
Ah, por cierto, hace muy poco tiempo que se informó de que la cantidad de carbono almacenado en las turberas del norte es el doble de las estimaciones anteriores. (Fuente: Jonathan Nichols, et al, Holocene Ecohydrological Variability on the East Coast of Kamchtka, Frontiers in Earth Science, May 15, 2019 [Variabilidad ecohidrológica del holoceno en la costa este de Kamchatka, Frontiers in Earth Science, 15 de mayo de 2019].
No hace falta decir que las furiosas tormentas de fuego, en un ambiente de calentamiento global inducido por el calor que libera más gases de efecto invernadero a la atmósfera que varios países combinados, ensombrecen el epíteto de la teoría del “cisne negro” haciéndolo irreconocible.
Pero, ¿es realmente un cisne negro? Bueno, no es un cisne negro, porque las emisiones de carbono generadas por los humanos (antropogénicas), al igual que los gases de escape de los motores de SUV alimentados con combustibles fósiles, se han disparado, especialmente desde el comienzo del nuevo siglo (hasta duplicarse anualmente) y han cubierto la atmósfera (manteniendo el calor), lo que ha provocado lecturas extraordinarias de calor en las latitudes superiores. Entonces, sí, se esperaban más incendios, no cisnes negros.
Pero la intensidad de los incendios cumple, sin duda alguna, con ese criterio. Por lo tanto, sí, es un cisne negro, ya que la intensidad es tan abrumadoramente poderosa que nadie podría haber esperado que sucediera de esta manera y ahí radica el riesgo para la “gran esperanza” de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero a fin de disminuir el incremento de las temperaturas globales a 2°C por encima del valor de referencia o se desatará un infierno.
¡Tómenselo en serio! ¡Porque ya se está desatando!

Robert Hunziker

Robert Hunziker es un escritor especializado en temas ecológicos que vive en Los Ángeles, EE UU. Puede contactarse con él en: rlhunziker@gmail.com

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