sábado, agosto 07, 2021

2,5 millones de nuevos pobres en un año

En el último año se sumaron a la estadística 2,5 millones de pobres, pero también muchos indigentes nuevos pasaron a engrosar las estadísticas oficiales. Esto representa que en Argentina hay 18,1 millones de pobres y 5,1 millones de indigentes (Clarín, 4/8). Las mediciones de pobreza son por ingreso, pero si utilizamos medidas multidimensionales de pobreza (acceso a cloacas, servicios, educación y salud, condiciones habitacionales, etc.) la pobreza crece exponencialmente. La pobreza no sólo afecta a desocupados, sino que también crece significativamente entre trabajadores registrados, no registrados y jubilados.
 “La indigencia o pobreza extrema subió del 8,6% al 11,2 % y la pobreza alcanzó al 39,5% frente al 34,6% en igual período de 2020, antes de la irrupción de la pandemia”. Pero esto no es todo, si se toman los ingresos familiares en su conjunto, “2,5 millones más de personas que un año atrás pasaron a vivir en hogares con ingresos insuficientes para comprar una canasta básica” (Clarín, 4/8). Los datos son de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) de este miércoles que difunde el INDEC. Estos demuestran un deterioro de los ingresos reales sobre todo de la población que vive con recursos muy bajos.
 La pobreza del primer trimestre de 2021 de 39,5% es menor a cómo cerró el cuarto trimestre de 2020, pero esto se debe a la incidencia del aguinaldo, por lo que metodológicamente es correcto comparar el primer y tercer trimestre con el segundo y el cuarto. “En este caso, el 39,5% es superior también a la cifra de pobreza tanto del primer como del tercer trimestre del año pasado e inferiores al segundo y cuarto trimestre de 2020” (ídem). Así, en 2020 la inflación del primer trimestre fue del 34,6%, 47,2% segundo trimestre, 38,8% el tercer trimestre y 45,2% cuarto trimestre. Y la medición semestral fue del 40,9% en la primera mitad del año y 42% en la segunda. Este aumento de la pobreza es el resultado de haber eliminado las ayudas durante la pandemia (IFE, ATP), y de haber reducido drásticamente el déficit fiscal (0,4%) para llegar a las metas impuestas por el FMI para renegociar los vencimientos de deudas. También se eliminaron los bonos a los jubilados y pensionados con haberes mínimos que se dieron en el primer trimestre de 2020 (ídem). Las jubilaciones a marzo de este año subieron un 29,4%, mientras que la inflación también a marzo fue del 42% y el valor de la canasta de pobreza creció un 45%. 
 La crisis fue descargada sobre aquellos trabajadores con ingresos más bajos: el 40% de los habitantes con menores recursos vio un incremento de sus ingresos del 27,4%, muy por debajo de la inflación interanual promedio del primer trimestre del año, que se ubicó en el 40,6%. Los trabajadores no registrados, quienes cobran la mitad que los registrados, tuvieron un incremento de 37,3%, que también perdió frente a la inflación. 
 En la Ciudad de Buenos Aires, donde la Dirección de Estadística porteña difundió los datos del primer trimestre, la pobreza aumentó del 22,9 al 26,5% en un año. Pero en el resto del país, en regiones y provincias históricamente más pobres, el aumento es muy superior. Por ejemplo, en Resistencia, capital de Chaco, encabeza el ranking nacional con el 53,9% de pobreza frente al 45,9% un año atrás. 
 En el conurbano bonaerense la pobreza subió del 39,8% al 44,4%. En el caso de la pobreza infantil, el dato supera al 60%. La crudeza de la crisis económica se evidenció ayer cuando un camión de alimentos volcó en la Panamericana altura Campana y fue saqueado por centenares de vecinos que no pueden pagar los alimentos con sus escasos ingresos. Una verdadera multitud se abalanzó para apoderarse de cartones de leche y otros alimentos, indica La Nación (4/8). “De la carga no quedó nada. A los vecinos de la zona, según el canal C5N, se sumaron automovilistas que se detuvieron para llevarse lo derramado”. “La gente del barrio tiene hambre”, dijo un vecino de la zona. La policía reprimió a la gente con hambre. Este es un termómetro importante de la crisis que tenemos en puerta.

 Precarización y caída de salarios

 En 2020 el sector perdió 75.000 empleos formales. En CABA, tomando en cuenta la Población Económicamente Activa, los ocupados plenos cayeron del primer trimestre del año pasado a este de 1.561.000 a 1.397.00 (Clarín, 4/8). Durante el primer trimestre de este año, la tasa de desempleo fue de 10,2%. Esto suma 1,3 millones de desocupados en los 31 aglomerados urbanos que mide el INDEC, pero a nivel nacional implica que hay 2 millones de desocupados. El desempleo está aún 1,1 puntos porcentuales por encima del 9,1% de desocupación que había en el primer trimestre de 2019. El tema también es la “calidad” del empleo creado: la supuesta “recuperación” del empleo está liderada por el rezago en términos reales de los ingresos, por la creación de trabajo precario y creación de empleo no registrado. La desocupación, precarización y la pobreza son el corazón de la crisis que atraviesa el país, y su aumento es consecuencia del pacto con el FMI, de la necesidad de un ajuste fiscal, pagado por los trabajadores activos y pasivos. Frente a la pobreza y la desocupación planteamos un salario mínimo igual a la canasta familiar, 82% móvil para los jubilados, reapertura de paritarias sin techo, reparto de las horas de trabajo entre ocupados y desocupados manteniendo los ingresos. 

 Emiliano Monge 
 06/08/2021

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