En un reportaje que el diario Infobae titula la “biblia de las reformas”, el precandidato a diputado José Luis Espert postula una batería de medidas, que muestran una agenda reaccionaria y antiobrera. El título es por demás emblemático, tratándose de un “libertario papal ” que se opuso y opone a la ley de legalización del aborto legal, seguro y gratuito; al igual que el facho porteño Javier Milei. “Avanza Libertad” es un títere de las iglesias y un encubridor de los abortos clandestinos.
Espert representa el oscurantismo contra los derechos de las mujeres, retoma la demagogia de la “antipolítica” mientras se presenta como un defensor trucho de los planes sociales “legítimos” y la democracia en los gremios contra la “mafia de los sindicatos” Lo señalamos en Prensa Obrera, el derechista captó la profundidad de la crisis social, y como todos los carreristas manipula el “hartazgo de la gente” para borrar su pasado de asesor e hijo fracasado del macrismo.
Sobando el lomo al capital
El spot de la “bronca” de Espert compite con un Florencio Randazzo que pretende presentarse como campeón de la reforma laboral. Los precandidatos de Avanza Libertad y de Vamos agitan en campaña los golpes a los trabajadores, mientras las burocracias sindicales peronistas dejan pasar cotidianamente y en los convenios colectivos bajo la forma del alargue de la jornada de trabajo, la flexibilización y tercerización laboral. Bajo el gobierno de Alberto Fernández, la resistencia de la clase obrera tiene una expresión multitudinaria en las movilizaciones piqueteras contra el hambre y por trabajo genuino. Mariano Ferreyra es un símbolo de esa lucha contra los negocios entre el gobierno, la burocracia sindical y las empresas protegidos por el kircherismo. Randazzo, el Espert del peronismo, fue parido por Néstor y Cristina Kirchner.
El reaccionario Espert aboga por una explotación sin límites de los trabajadores “sin corporaciones”, como tilda a los sindicatos y organizaciones obreras. La libertad que invoca es la del monopolio de la propiedad privada capitalista. La demagogia electoral contra la mafia corrupta de los Moyano y compañía es la coartada para arremeter contra las organizaciones que son conquistas de la lucha histórica de la clase obrera. Recordemos que el ahora candidato “liberal” de Avanza Libertad no abría la boca contra el “clan” cuando Moyano votó por Macri en 2015. Entonces el propio Espert pretendía hacer carrera como asesor económico del gobierno de Mauricio Macri.
A la burguesía, los aventureros y saltimbanquis como Espert o Randazzo le sirven para apurar al gobierno del Frente de Todos con las reformas que exige el FMI. Son las patronales las que pusieron en agenda la “biblia de reformas” para descargar la crisis capitalista sobre los trabajadores. La reforma laboral y la eliminación de las indemnizaciones son la “modernización de las relaciones laborales” que exigen desde Funes de Rioja, titular de la Unión Industrial y abogado de los grandes pulpos económicos, hasta el exdiputado nacional Facundo Moyano, quien renunció a su banca como parte de la rosca y juego de presiones entre la burocracia familiar de Camioneros y el gobierno que lo marginó de las listas electorales.
¿Un mundo sin sindicatos?
Al igual que la “defensa” oportunista y mentirosa de los programas sociales, Espert dice estar en contra del unicato sindical y a favor de la democracia en los gremios. Canalla y mentiroso, tilda a todos los sindicatos de “corporaciones fascistas” contrarias a la creación de empleos. El palo va en primer lugar contra el sindicalismo clasista y la acción directa a la que Espert descalifica como un chantaje corporativo. El “libertario” quiere la “libertad” de contratación individual, y cuanto mucho la descentralización de las negociaciones por empresa para atomizar los reclamos obreros. En ese lugar, admite a la mafia burocrática como recurso contra la lucha obrera.
La demagogia de Espert está al servicio de la dictadura despótica del capital y de la ofensiva contra las conquistas de las masas. No se trata de “crear empleos” sino de enfrentar toda resistencia organizada de la clase obrera para abaratar la mano de obra, dando rienda suelta a un incremento brutal de la extracción de la plusvalía absoluta, intensificación de los ritmos de trabajo y sujeción del trabajador a los vaivenes de la crisis capitalista. Al servicio de esta política está la propuesta de “reconversión” de los programas sociales en “incentivos” a los empresarios, a quienes Espert propone beneficiar con la eliminación de los “impuestos al trabajo”.
En criollo, sería eximir a los capitalistas del pago de aportes patronales con el consiguiente desfinanciamiento de la Anses y las jubilaciones. Estos “incentivos” bajo la forma de recortes y supresión de los aportes patronales vienen del menemismo y se anclaron con todos los gobiernos “nacionales y populares” y “neoliberales”. Espert se subió al carro de las provocaciones contra el Polo Obrero y la Unidad Piquetera que movilizaron más de 100.000 compañeros y compañeras por la universalización de los programas sociales y en defensa del trabajo genuino contra el clientelismo. El “moderno” Espert entiende por asistencia social la entrega de un “salario en especies” (bolsones) para desmoralizar a la clase obrera y dejarla inerme frente al capital. La “reconversión” de los planes de Espert es también la política de Alberto Fernández, del ministro Zabaleta, de Cambiemos y hasta de las organizaciones sociales de San Cayetano que ofician de funcionarios del Estado.
Vamos con el Frente de Izquierda Unidad
La alternativa política a los pactos con el FMI, y las fiestas clandestinas de Alberto Fernández y Carrió, sólo puede provenir de la izquierda que lucha contra el ajuste, en defensa de los trabajadores y por una reorganización social sobre nuevas bases. Espert atrasa y sus reformas antiobreras son una zona liberada a los despidos y una traba para la inversión tecnológica. Nunca mejor aquello de “Ladran Sancho, señal que cabalgamos” para impugnar con el voto al Frente de Izquierda Unidad a todos los candidatos del ajuste y la reforma laboral.
Daniel Rapanelli
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