jueves, agosto 26, 2021

50 años de “Construcción” de Chico Buarque: un diseño mágico de la realidad obrera

Este año se cumplen 50 años de “Construcción”, obra maestra del escritor y compositor carioca Chico Buarque.
 A lo largo del disco, a través del uso de diferentes estrategias musicales y literarias, Buarque “construye”, en tanto recreación poética, la vida cotidiana, las emociones y los pensamientos del trabajador brasileño de inicios de la década del setenta mientras en Brasil se desarrollaba un contexto de represión, prohibiciones y censura por parte de la dictadura militar. 
 El ejercicio de la censura quedó institucionalizado por la dictadura a través del Acta Institucional N° 5, del 13 de diciembre de 1968, que legalizó la tortura y la persecución y fue fortalecido por la Ley de Seguridad Nacional, de 1969, que decretaba el exilio y la pena de muerte en el territorio brasileño para los elementos considerados “comunistas”. Esto afectó la obra de destacados artistas de la época como Caetano Veloso, Gilberto Gil y Chico Buarque entre otros. Buarque, que tenía en su haber muchas canciones censuradas, fue detenido en diciembre de 1968 y luego liberado bajo la prohibición de dejar Rio de Janeiro. Un mes después solicitó un permiso para viajar a Cannes y por el lanzamiento de un disco en Roma donde decidió quedarse con su familia hasta 1970 por no estar garantizada su seguridad en Brasil.
 “Construcción” marcó una bisagra en la carrera del autor. Fue el disco que publicó en 1971 al regresar de su doloroso exilio y cuando estaba en tela de juicio si volvería a retomar su vena creativa. El personaje que muere en el tema “Construcción”, que dará el nombre al disco, trasciende a la canción misma atravesando la obra completa y formando una tríada compacta con otros dos temas - “Cotidiano” y “Dios le pague”. El hombre que muere injustamente en “Construcción” es el mismo que, en ¨Cotidiano¨ madruga y antes de ir a trabajar besa a su mujer con boca de mentol, mientras acuna y cuida a su hija, que acalla su necesidad de parar la rutina laboral metiendo arroz en su boca y que se rebela, irónica y polifonicamente, en “Dios le pague”, ya que la doble muerte del trabajador -muerte en una vida alienada y la muerte física- no hay quien la compense, lo único que queda es el repudio y la rebelión. Los tres temas se caracterizan por una música machacona y dramática, y una poesía que evoca la rutina y la alienación del trabajador bajo el sistema capitalista y un régimen dictatorial siendo “Dios le pague” una especie de tema satélite que gira alrededor de “Construcción” y un estribillo que se repite in crescendo. 
 El título "Construcción”, entonces, encarna un doble sentido: por un lado, relatando el día de un obrero que cae del andamio de un edificio en construcción y muere “a contramano interrumpiendo el tránsito ". Luego, está la "Construcción " poética de la subjetividad del trabajador, que semeja a una pared de ladrillos progresivamente desplazados e intercalados, tal como son las paredes de ladrillos. Pero en este caso los 'ladrillos" son palabras -siempre esdrújulas- que se van corriendo de lugar a medida que se reitera la letra. La escasez objetiva de este tipo de palabras en nuestro sistema lingüístico lleva al artista a la necesidad de la reiteración de frases lo que ayuda a recrear la escasez material del trabajador asalariado y el clima de rutina alienante en el que queda inmerso:
 Amó aquella vez como si fuese última besó a su mujer como si fuese última y a cada hijo suyo cual si fuese el único y atravesó la calle con su paso tímido subió a la construcción como si fuese máquina alzó en el balcón cuatro paredes sólidas ladrillo con ladrillo en un diseño mágico sus ojos embotados de cemento y lágrimas (...) y flotó por el aire cual si fuese sábado (..) murió a contramano entorpeciendo el público. 
 Cada reiteración profundiza el clima que da la sensación de un torbellino caótico y de alienación que lleva a la tragedia final. Este trabajador que se entreteje como ficción y realidad, es construido por Buarque “ladrillo con ladrillo, en un diseño mágico” mientras al mismo tiempo intenta ser contra-construido desde un relato con estilo periodístico -”murió a contramano entorpeciendo el público...el tránsito...el sábado”- que puede leerse como una crítica punzante a los medios masivos de comunicación y su construcción de realidades funcionales al poder de turno.
 A cincuenta años de esta enorme obra artística el contenido de su denuncia está más vigente que nunca en un mundo que, en medio de una pandemia, privilegia el lucro de las grandes corporaciones sobre la vida de quienes vivimos de nuestro trabajo. Los trabajadores podemos caer pero nunca de modo definitivo y nunca callados porque nosotros somos los que creamos y recreamos el mundo que unos pocos quieren apropiarse. La lucha por un mundo en manos de las manos que lo construyen, por una vida digna de ser vivida, por el derecho al pan pero también por el derecho al ocio, al amor, a vínculos humanos desmercantilizados se nos impone como urgente frente a la deshumanización imperante. 

 Ana Belinco 
 26/08/2021

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