Alejandro Fargosi, abogado que integró el Consejo de la Magistratura y miembro del partido evangélico Valores Para mi País, atacó este lunes por Twitter a la candidata a diputada nacional por el Frente de Izquierda – Unidad, Myriam Bregman. Le arrogó una frase en sentido de “no cantar el himno por ser de izquierda” y la describió como “militante judía del Frente de Izquierda”. En tono increpante, preguntó: “¿Vos votás estas ideas?”. No se trata del desbarranque de un twittero, sino de una agresión por parte de un hombre que personifica a altos mandos del capital y el Estado.
Fargosi fue miembro del Consejo de la Magistratura, electo por el voto de los abogados, entre 2010 y 2014. El Consejo de la Magistratura es el órgano que designa y observa la actividad de los jueces. El macartismo de Fargosi tiene como correlato por supuesto el accionar del aparato represivo y judicial que persigue, ataca y encarcela al activismo y a los luchadores. Los agravios a Bregman expresan un ataque a la militancia de izquierda que saca a relucir la ideología nacionalista reaccionaria, especialmente característica de todo el entramado conspirativo del Estado. El antisemitismo pervive entre los militares, servicios de inteligencia, y, como la casta judicial.
Además, Fargosi es director del Banco Macro, que fuera propiedad del fallecido Jorge Brito, e integró directorios y asesorías de numerosas empresas privatizadas y, antes, de empresas estatales.
La acusación de no cantar el himno emparentó el ataque de Fargosi con el de Gerardo Morales contra el FIT. Cambia Jujuy, presentó un spot televisivo contra la izquierda por “no respetar los símbolos patrios”.
Es curioso, porque el disparo proviene de un gobernador macrista que prioriza el pago de la deuda externa y la entrega de las riquezas a las multinacionales -como el litio- mientras crece la pobreza de forma despiadada. De la misma manera que Fargosi, asesoró a las multinacionales que saquearon el país con las privatizaciones. La reivindicación de los “símbolos patrios” es para atacar a la izquierda, cuando es esta izquierda la que defiende las causas nacionales en oposición a todo el régimen que se dirige a un nuevo acuerdo con el FMI.
Ni las declaraciones de Fargosi ni el macartismo de Morales nacen de un repollo. Brotan de sectores del poder, y son concepciones enquistadas en el aparato judicial y represivo del Estado. Para ponerle un punto final no alcanza con una declaración de solidaridad, hay que apuntar al desmantelamiento del conjunto del entramado conspirativo del régimen, que está lleno de “Fargosis”.
Manuel Taba
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