Suele tenerse a EE.UU. como una democracia impoluta que habría atravesado la ´década infame´ de los años 30 del siglo pasado sin coquetear con el fascismo. Denton tiene a bien ´recordar´ que eso no sólo no fue así, sino que aborda la conducta de Roosevelt frente a la asonada golpista de 1933.
Cuando Roosevelt asume el 4 de marzo de 1933, EE.UU. atravesaba una crisis terminal. “Washington nunca había estado tan fortificado desde la guerra civil, con policías armados que custodiaban los edificios federales”. “Los audaces experimentos del New Deal de Roosevelt”, señala, “inflamaron a la clase alta, provocando una reacción violenta de los banqueros, industriales y corredores de Wall Street más poderosos de la nación”. Agrega que “Antisemitas estadounidenses destacados, como Charles Lindbergh y Henry Ford” eran partidarios de organizar grupos paramilitares como los Camisas pardas de Hitler o las Negras de Mussolini. “Un país dividido y los poderosos enemigos envalentonados contra FDR hicieron que el complot para derrocarlo pareciera plausible”. Por todo EE.UU. avanzaban las organizaciones paramilitares o se afirmabann las ya existentes, como el Ku Klux Klan.
Denton no compara a los Proud Boys y Oath Keepers, las bandas supremacistas de ultraderecha trumpeanas de hoy, con sus “antepasados extremistas”. Señala, sin embargo, que “En 1933, un núcleo intransigente de veteranos conservadores formó las Camisas Caqui en Filadelfia y reclutó inmigrantes pro-Mussolini. Los Camisas Plateadas eran una milicia cristiana apocalíptica inspirada en los Texas Rangers, notoriamente racistas, que operaban en 46 estados y almacenaban armas”. “JP Morgan Jr, uno de los hombres más ricos del país”, partidario del gobierno de Mussolini “se niega desafiante a pagar el impuesto sobre la renta e imploró a sus pares que se le unieran para socavar a FDR”.
Fue entonces “cuando el mayor general retirado del Cuerpo de Marines de EE. UU. Smedley Darlington Butler afirmó que había sido reclutado por un grupo de financieros de Wall Street para liderar un golpe fascista contra FDR y el gobierno de EE. UU. en el verano de 1933”. Butler era entonces el oficial del cuerpo de marines más condecorado de la historia de EE.UU. Un “cuáquero” – recuerda Denton - que “recibió grandes ovaciones cuando afirmó que durante sus 33 años en la marina: ´Pasé la mayor parte de mi tiempo siendo un hombre musculoso de clase alta para las grandes empresas, para Wall Street y para los banqueros. En resumen, yo era un mafioso del capitalismo´”.
El golpe se frustró porque el propio Butler lo delató al famoso jefe del FBI J. Edgar Hoover, quien lo informó a Roosevelt. Butler luego testificó ante el Congreso que un corredor de bonos y miembro de la Legión Estadounidense, llamado Gerald MacGuire, le llevó el plan. Éste le dijo que el golpe estaba respaldado por el American Liberty League, un grupo de líderes empresariales que se formó en respuesta a la victoria de FDR, y cuya misión era enseñar al gobierno ´la necesidad de respetar los derechos de las personas y la propiedad´. Entre ellos estaban JP Morgan, Jr; Irénée du Pont; Robert Sterling Clark de la empresa de máquinas de coser Singer y los directores ejecutivos de General Motors, Birds Eye y General Foods”.
“El golpe le exigía liderar un enorme ejército de veteranos, financiado con 30 millones de dólares de los titanes de Wall Street y con armas suministradas por Remington Arms, para marchar sobre Washington, derrocar a Roosevelt y toda la línea de sucesión, y establecer una dictadura fascista respaldada por un ejército privado de 500.000 ex soldados”.
“El golpe fue instigado después de que FDR eliminara el patrón oro en abril de 1933, lo que amenazaba a los hombres más ricos del país, que pensaban que si la moneda estadounidense no estaba respaldada por oro, el aumento de la inflación disminuiría sus fortunas … la Legión Estadounidense desde su formación en 1919 … era una fuerza política militarista, conocida por su antisemitismo y políticas reaccionarias contra los sindicatos y los derechos civiles”.
“Hay mucha evidencia de que los hombres más ricos de la nación, tanto republicanos como demócratas, estaban tan amenazados por las políticas de FDR que conspiraron con el paramilitarismo antigubernamental para dar un golpe de estado”.
“El informe final del comité del Congreso encargado de investigar las denuncias, entregado en febrero de 1935, concluyó que ´[El comité] recibió pruebas que demostraban que ciertas personas habían intentado establecer una organización fascista en este país´, y agregó que ´No está en cuestión que estos intentos fueron discutidos, planificados y podrían haber sido puestos en ejecución cuando y si los patrocinadores financieros lo consideraron conveniente´”.
“Todavía hay mucho que no se sabe sobre el intento de golpe. Butler exigió saber por qué se eliminaron los nombres de los hombres más ricos del país de la versión final del informe del comité. ‘Como la mayoría de los comités, ha escrachado a los pequeños peces y ha permitido que escapen los gordos´, dijo Butler en una entrevista radial en Filadelfia en 1935. ´Los peces gordos ni siquiera fueron llamados a testificar. Todos ellos fueron mencionados en el testimonio. ¿Por qué se suprimió toda mención de estos nombres en este testimonio?´”
“Los periodistas e historiadores, incluidos Mike Thomson de la BBC y John Buchanan de EE.UU., concluyeron más tarde que FDR llegó a un acuerdo con los conspiradores, lo que les permitió evitar los cargos de traición y la posible ejecución”. Roosevelt pasó el chubasco de aquel golpe tras reactivar la economía después de la gran crisis de 1929-33 -lo que no le resultó fácil y sólo pudo lograr cuando EE.UU. ingresó a fondo en la Segunda Guerra Mundial. De este modo pudo ser reelegido. Biden no logra lo primero, pero se empeña en una guerra en Ucrania que le permita obtenerlo. Es altamente probable que no logre lo segundo , cuando los sondeos prevén una gran derrota demócrata en las elecciones intermedias de noviembre próximo.-.
En 1933 —dice Denton— “en lugar de inflamar a una nación temblorosa, FDR instó con calma a los estadounidenses a unirse para superar el miedo, desterrar la apatía y restaurar su confianza en el futuro del país. Ahora, 90 años después, un año después del intento de golpe de Estado de Trump, el tono de Biden fue más alarmante, sonando a un llamado de atención para que los estadounidenses salven la democracia misma, para asegurarse de que tal ataque ´nunca, nunca vuelva a suceder´”. La historia parece repetirse, aunque nunca sabremos adónde habría llegado Roosvelt de haber llegado los conspiradores a la acción.
“Si los conspiradores hubieran tenido que rendir cuentas en la década de 1930 -dice la historiadora-, es posible que las fuerzas detrás del intento de golpe del 6 de enero nunca hubieran florecido en el siglo siguiente”. Esta reflexión no tiene, como es obvio, rigor histórico. No se trata del efecto de las acciones penales. Estados Unidos era, a pesar de todo, en 1930, una potencia en ascenso – ahora se encuentra en retroceso irremediable. El fascismo es un producto del capitalismo en descomposición, no de conductas personales. La victoria de un golpe fascista en EE.UU., en los años 30, lo hubiera precipitado a la ruina. En 1941, los conspiradores se llenaron de plata trabajando para el esfuerzo bélico contra el imperialismo alemán.
Norberto Malaj
12/01/2022
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