CFK ha roto el silencio, que mantiene desde hace más de un mes, para referirse a la guerra en Ucrania. Los medios opositores han querido, caprichosamente, resaltar que en el hilo de tuits de la vicepresidenta no hay una condena a la invasión rusa.
Es cierto que no hay una condena explícita a Rusia, pero tampoco a la Otan. Eso no significa que CFK mantenga una posición “intermedia” o neutral. Ella se refiere a la guerra reivindicando haber votado en 2014 en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas junto a EE.UU. cuando este planteó desconocer el referéndum en Crimea por su independencia, que impulsaba Rusia. Textual: “Ese día (15 de marzo de 2014) 13 de los 15 países miembros del Consejo de Seguridad, entre ellos Argentina, votaron a favor del texto presentado por EEUU que defendía la ‘soberanía, la independencia, la unidad y la integridad territorial’ de Ucrania” (del hilo de tuits de CFK).
Recordar su alineamiento con EE.UU. de hace 8 años en relación a Ucrania, en el medio de la guerra, sin condenar la política de expansión de la Otan hacia Europa Oriental es claramente un alineamiento con el imperialismo. El pronunciamiento los deja en offside a los macristas, que pretenden plantar a CFK del lado de Putin. Como la expansión de la Otan es parte de la colonización financiera del este europeo vía el FMI (como sucede en Ucrania) también golpea a los kirchneristas que la quieren presentar como el freno al pacto infame con el Fondo. No ha habido un solo pronunciamiento público de la vice sobre el acuerdo y sus diversas letras (la chica y la no tanto), y cuando habla reivindica su voto junto a EE.UU. por Ucrania. Más que claro.
La reaccionaria “integridad territorial” de CFK
Con el tuit Cristina les recuerda a todos de qué lado está en esta guerra reivindicando su voto junto a EE.UU. sobre Ucrania hace 8 años. Coincide con la intervención del canciller argentino, Santiago Cafiero, de hace unas horas condenando la invasión rusa a Ucrania en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU y reclamando que Rusia se retire del territorio ucraniano. Cafiero ha venido declarando que el gobierno argentino defiende la “integridad territorial” de las naciones.
Este es el argumento central de CFK en su hilo de tuits. Lo hace en forma de reproche reclamando por una supuesta ambivalencia en las posiciones de las “grandes potencias”. Sostiene que EE.UU. rechazó el referéndum en Crimea pero no en Malvinas.
Cristina establece como un principio internacional inviolable la “integridad territorial”, aunque esta signifique el avasallamiento de los reclamos de independencia nacional de aquellos pueblos que se encuentran sojuzgados por otro. Tomar el caso de Malvinas es arbitrario ya que los kelpers no califican como un pueblo sometido sino que son parte de la ocupación de la islas por el Reino Unido.
No es el caso de los 26 millones de kurdos que están divididos entre 4 países y que son brutalmente reprimidos. Mucho menos de los palestinos los cuales han sido expulsados de su territorio y los que quedaron son prisioneros del Estado de Israel y su “integridad territorial”.
El argumento de CFK es el mismo de la monarquía española contra catalanes y vascos, que han dado luchas históricas por su independencia. Esto para citar solo algunos casos.
Como se ve la posición de CFK y del gobierno nacional es, también en este aspecto, reaccionaria, enemiga de los reclamos nacionales de los pueblos oprimidos. Los socialistas por el contrario hemos sostenido el derecho a la autodeterminación de los pueblos. Es bueno volver a recordar las palabras de Lenin sobre Ucrania porque son la expresión de la política que los socialistas revolucionarios hemos sostenido consecuentemente: “Nosotros somos enemigos de los odios nacionales, de las querellas nacionales y del aislamiento nacional. Somos internacionalistas. Aspiramos a una unión estrecha y a la completa fusión de los obreros y campesinos de todas las naciones del mundo en una República Soviética mundial única… queremos una unión voluntaria de las naciones: una unión que no tolere violencia alguna de una nación sobre otra, una unión que se base en la más plena confianza, en la clara conciencia de la unidad fraternal, en un acuerdo plenamente voluntario” (Carta a los obreros y campesinos de Ucrania, 28/12/1919).
Eduardo Salas
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